Un hombre lanza un zapato a Breivik durante el juicio por la masacre
Oslo, EP
Un hombre ha lanzado un zapato este viernes a Anders Behring Breivik, el autor confeso de la masacre perpetrada en julio de 2011 en Oslo y la isla noruega de Utoya, durante el juicio por los asesinatos.
"¡Vete al infierno, vete al infierno, mataste a mi hermano!", ha gritado el hombre, que estaba sentado en la segunda fila de asientos, después de arrojar un zapato a Breivik, que se encontraba a unos pocos metros de distancia, según ha informado el periódico noruego 'VG' en su página web.
El zapato alcanzó a Vibeke Hein Baera, abogada del acusado, que se encontraba más cerca de los asientos de los asistentes al juicio. Cuando el hombre, el hermano mayor de una de las víctimas de Breivik, lanzó el zapato, se estaba presentando en la sala un informe sobre autopsias. Según 'VG', algunos de los asistentes al juicio aplaudieron, otros dijeron "por fin" y otros empezaron a llorar.
La Policía sacó al hombre de la sala y entraron más agentes. Según los medios noruegos, Breivik dijo: "Si alguien quiere lanzarme algo, podéis hacerlo mientras entro o salgo del tribunal", pero "no lancéis cosas a mis abogados".
Rune Bjoersvik, el policía responsable de mantener la seguridad en el tribunal, ha declarado a la agencia Reuters que lo que ha ocurrido este viernes es "un arrebato emocional espontáneo" y que, si bien la Policía desearía que no se hubiera producido, no supone "una infracción grave de las normas de seguridad".
Durante esta semana se han estado escuchando los testimonios de los supervivientes de la masacre. Un atentado con bomba en Oslo causó la muerte de ocho personas y luego Brevik se dirigió a la isla de Utoya, donde el Partido Laborista había organizado un campamento de verano, y mató a otras 69 personas, muchas de ellas adolescentes.
El asesino confeso ha escuchado tranquilamente las descripciones sobre la masacre y apenas ha mostrado sus emociones, excepto cuando se describieron sus "gritos de alegría" y sus risas mientras disparaba, algo que él ha negado. Durante la sesión de este viernes, ha afirmado que en Utoya fue agredido por una persona que le lanzó un objeto a la cara.
Breivik admite haber cometido los crímenes pero afirma que no tiene responsabilidad penal porque lo hizo para defender la pureza de la raza noruega frente a los inmigrantes musulmanes y el multiculturalismo apoyado por el Partido Laborista.
Un equipo de psiquiatras llegó a la conclusión de que el acusado se encontraba en estado psicótico cuando cometió los asesinatos, pero otro indicó luego que estaba mentalmente sano. Si se confirmase esta última teoría, podría ser condenado a una pena de hasta 21 años de cárcel que se podría prolongar indefinidamente si se considera que sigue siendo peligroso.
Un hombre ha lanzado un zapato este viernes a Anders Behring Breivik, el autor confeso de la masacre perpetrada en julio de 2011 en Oslo y la isla noruega de Utoya, durante el juicio por los asesinatos.
"¡Vete al infierno, vete al infierno, mataste a mi hermano!", ha gritado el hombre, que estaba sentado en la segunda fila de asientos, después de arrojar un zapato a Breivik, que se encontraba a unos pocos metros de distancia, según ha informado el periódico noruego 'VG' en su página web.
El zapato alcanzó a Vibeke Hein Baera, abogada del acusado, que se encontraba más cerca de los asientos de los asistentes al juicio. Cuando el hombre, el hermano mayor de una de las víctimas de Breivik, lanzó el zapato, se estaba presentando en la sala un informe sobre autopsias. Según 'VG', algunos de los asistentes al juicio aplaudieron, otros dijeron "por fin" y otros empezaron a llorar.
La Policía sacó al hombre de la sala y entraron más agentes. Según los medios noruegos, Breivik dijo: "Si alguien quiere lanzarme algo, podéis hacerlo mientras entro o salgo del tribunal", pero "no lancéis cosas a mis abogados".
Rune Bjoersvik, el policía responsable de mantener la seguridad en el tribunal, ha declarado a la agencia Reuters que lo que ha ocurrido este viernes es "un arrebato emocional espontáneo" y que, si bien la Policía desearía que no se hubiera producido, no supone "una infracción grave de las normas de seguridad".
Durante esta semana se han estado escuchando los testimonios de los supervivientes de la masacre. Un atentado con bomba en Oslo causó la muerte de ocho personas y luego Brevik se dirigió a la isla de Utoya, donde el Partido Laborista había organizado un campamento de verano, y mató a otras 69 personas, muchas de ellas adolescentes.
El asesino confeso ha escuchado tranquilamente las descripciones sobre la masacre y apenas ha mostrado sus emociones, excepto cuando se describieron sus "gritos de alegría" y sus risas mientras disparaba, algo que él ha negado. Durante la sesión de este viernes, ha afirmado que en Utoya fue agredido por una persona que le lanzó un objeto a la cara.
Breivik admite haber cometido los crímenes pero afirma que no tiene responsabilidad penal porque lo hizo para defender la pureza de la raza noruega frente a los inmigrantes musulmanes y el multiculturalismo apoyado por el Partido Laborista.
Un equipo de psiquiatras llegó a la conclusión de que el acusado se encontraba en estado psicótico cuando cometió los asesinatos, pero otro indicó luego que estaba mentalmente sano. Si se confirmase esta última teoría, podría ser condenado a una pena de hasta 21 años de cárcel que se podría prolongar indefinidamente si se considera que sigue siendo peligroso.