Timor celebra 10 años de independencia, en medio de una paz recuperada
Meagan Weymes, AFP
Timor Oriental se dispone a celebrar este fin de semana los 10 años de su independencia, con el orgullo de haber restablecido la paz después de décadas de conflictos, aunque el país del sureste de Asia aún debe probar que puede garantizar su desarrollo y salir de la pobreza endémica.
La bandera timorense roja, amarilla y negra ya fue izada en los edificios públicos en Dili. Empleados públicos tratan de tapar los numerosos baches de las calles semidestruidas, mientras grupos de niños corren alrededor de una vieja fuente situada frente al palacio presidencial.
Así, Timor se prepara a recibir el sábado a las delegaciones oficiales. Entre los invitados estarán líderes de los antiguos "enemigos": Aníbal Cavaco Silva, presidente de Portugal, país que abandonó Timor en 1975, y Susilo Bambang Yudhoyono, presidente de Indonesia, país que invadió Timor poco después de la salida portuguesa.
La invasión indonesia de Timor dio inicio a 24 años de conflictos que provocaron la muerte de casi un cuarto de la población del diminuto país.
La ONU decidió intervenir en 1999 y abrió la vía a la independencia formalmente declarada el 20 de mayo de 2002. Esa declaración no puso de inmediato fin a la violencia, ya que en 2006 el país se encontraba al borde de la guerra civil, y dos años más tarde el presidente resultó herido de gravedad en un atentado.
Desde entonces, Timor Oriental ha conquistado poco a poco la paz, como lo prueba la realización de elecciones presidenciales sin conflictos en marzo y abril. El nuevo presidente, el ex guerrillero Taur Matan Ruak, será investido en la noche del sábado al domingo, justo antes de las conmemoraciones por la independencia.
El proceso electoral se completará con la realización de elecciones legislativas el 7 de julio, mientras que la ONU prepara la salida de sus contingentes de cascos azules para fines de año.
La conquista de la paz es innegable, pero el nuevo desafío para este país de 1,1 millón de habitantes es probar que puede sobrevivir sin la ayuda internacional.
"El principal problema es el desempleo", dijo Francisco Tilman, de 40 años. "No hay ni una fábrica aquí, no hay nada. Las personas se marchan al extranjero en busca de trabajo", dijo.
Más de 20% de los timorenses se encuentra actualmente sin empleo y la mitad de la población vive por debajo del umbral de pobreza.
El descubrimiento de un yacimiento de hidrocarburos en el mar de Timor Oriental hizo nacer la esperanza del desarrollo. Pero los 10.000 millones de dólares hasta ahora reunidos en el "Fondo del Petróleo" parecen muy lejos de los barrios de la periferia de Dili, donde niños desnudos juegan en la calle con perros vagabundos y cochinos.
Más allá de los hidrocarburos, el país sólo posee entre sus recursos una modesta producción de café. El dinero del petróleo cubre el 90% de los gastos del Estado, y por ello Timor es "la economía más dependiente de petróleo en todo el mundo", según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero ese recurso no es inagotable, advirtió Charles Scheiner, dirigente de la organización no gubernamental "La'o Hamutuk" ("Marchemos de manos unidas" en tetum, la lengua vernácula timorense).
"El próximo gobierno será el último que podrá vivir el lujo del dinero del petróleo y esperamos que los que asuman las funciones piensen más seriamente en el futuro", dijo.
El propio presidente electo Matan Ruak había dicho en una entrevista a la AFP que se debe "construir y desarrollar un sistema económico coherente y duradero y reducir la dependencia del petróleo".
Soldados de Timor Oriental con la bandera de Indonesia y de Timor Oriental durante un ensayo del desfile para los festejos del aniversario de la independencia del 20 de mayo.
Timor Oriental se dispone a celebrar este fin de semana los 10 años de su independencia, con el orgullo de haber restablecido la paz después de décadas de conflictos, aunque el país del sureste de Asia aún debe probar que puede garantizar su desarrollo y salir de la pobreza endémica.
La bandera timorense roja, amarilla y negra ya fue izada en los edificios públicos en Dili. Empleados públicos tratan de tapar los numerosos baches de las calles semidestruidas, mientras grupos de niños corren alrededor de una vieja fuente situada frente al palacio presidencial.
Así, Timor se prepara a recibir el sábado a las delegaciones oficiales. Entre los invitados estarán líderes de los antiguos "enemigos": Aníbal Cavaco Silva, presidente de Portugal, país que abandonó Timor en 1975, y Susilo Bambang Yudhoyono, presidente de Indonesia, país que invadió Timor poco después de la salida portuguesa.
La invasión indonesia de Timor dio inicio a 24 años de conflictos que provocaron la muerte de casi un cuarto de la población del diminuto país.
La ONU decidió intervenir en 1999 y abrió la vía a la independencia formalmente declarada el 20 de mayo de 2002. Esa declaración no puso de inmediato fin a la violencia, ya que en 2006 el país se encontraba al borde de la guerra civil, y dos años más tarde el presidente resultó herido de gravedad en un atentado.
Desde entonces, Timor Oriental ha conquistado poco a poco la paz, como lo prueba la realización de elecciones presidenciales sin conflictos en marzo y abril. El nuevo presidente, el ex guerrillero Taur Matan Ruak, será investido en la noche del sábado al domingo, justo antes de las conmemoraciones por la independencia.
El proceso electoral se completará con la realización de elecciones legislativas el 7 de julio, mientras que la ONU prepara la salida de sus contingentes de cascos azules para fines de año.
La conquista de la paz es innegable, pero el nuevo desafío para este país de 1,1 millón de habitantes es probar que puede sobrevivir sin la ayuda internacional.
"El principal problema es el desempleo", dijo Francisco Tilman, de 40 años. "No hay ni una fábrica aquí, no hay nada. Las personas se marchan al extranjero en busca de trabajo", dijo.
Más de 20% de los timorenses se encuentra actualmente sin empleo y la mitad de la población vive por debajo del umbral de pobreza.
El descubrimiento de un yacimiento de hidrocarburos en el mar de Timor Oriental hizo nacer la esperanza del desarrollo. Pero los 10.000 millones de dólares hasta ahora reunidos en el "Fondo del Petróleo" parecen muy lejos de los barrios de la periferia de Dili, donde niños desnudos juegan en la calle con perros vagabundos y cochinos.
Más allá de los hidrocarburos, el país sólo posee entre sus recursos una modesta producción de café. El dinero del petróleo cubre el 90% de los gastos del Estado, y por ello Timor es "la economía más dependiente de petróleo en todo el mundo", según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero ese recurso no es inagotable, advirtió Charles Scheiner, dirigente de la organización no gubernamental "La'o Hamutuk" ("Marchemos de manos unidas" en tetum, la lengua vernácula timorense).
"El próximo gobierno será el último que podrá vivir el lujo del dinero del petróleo y esperamos que los que asuman las funciones piensen más seriamente en el futuro", dijo.
El propio presidente electo Matan Ruak había dicho en una entrevista a la AFP que se debe "construir y desarrollar un sistema económico coherente y duradero y reducir la dependencia del petróleo".
Soldados de Timor Oriental con la bandera de Indonesia y de Timor Oriental durante un ensayo del desfile para los festejos del aniversario de la independencia del 20 de mayo.