Negociaciones cruciales en Bagdad sobre la política nuclear iraní

Bagdad, AFP
Irán y las grandes potencias se reunirán el miércoles en Bagdad para buscar una salida a la crisis por la política nuclear de Teherán, a pesar de que el anuncio de un "acuerdo" entre el gobierno iraní y la AEIA, la agencia nuclear de la ONU, fue visto con escepticismo por Israel.
Las negociaciones entre Irán y el grupo 5+1 (los miembros permanentes del Consejo de seguridad de la ONU -Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña- más Alemania) llegan un día después de la visita del lunes del director general de la AIEA, Yukiya Amano, a Teherán.

Amano anunció este martes tras su visita a Teherán que un "acuerdo" será firmado "próximamente" con Irán. Se tratará de un "acercamiento estructurado" para resolver las cuestiones en suspenso sobre el controvertido programa nuclear de Irán, una decisión que Amano calificó de "desarrollo importante".

"La última vez dije: 'hubo avances', y esta vez digo: 'hubo una decisión'", declaró sobre una crisis que perturba desde hace años las relaciones de Irán con la comunidad internacional.

Sin embargo, un alto dirigente israelí expresó su escepticismo sobre un posible acuerdo entre las partes.

"Somos muy escépticos sobre ese aparente acuerdo entre la AEIA e Irán. Hemos visto (en el pasado) como acuerdos entre la AIEA e Irán eran violados de manera flagrante por Irán", afirmó a la AFP este martes el responsable que no quiso identificarse.

"Irán sigue queriendo destruir Israel y amenaza la paz mundial", había asegurado por su parte el lunes el primer ministro Benjamin Netanyahu.

El programa de la reunión del miércoles podría verse afectado por el mal tiempo, que obligó a cerrar el aeropuerto de Bagdad. Aunque el jefe de los negociadores iraníes, Salid Jalili, ya está en la capital irakí, la llegada de las demás delegaciones está en suspenso.

Irán ha ampliado considerablemente la gama de sus actividades nucleares en los últimos años, cuando comenzó a enriquecer uranio a un 20%, acercándose al nivel de 90% necesario para fabricar armas atómicas.

Por su lado, el Consejo de Seguridad de la ONU aumentó las presiones sobre una economía iraní debilitada por la recesión y la inflación.

Para el presidente de Estados Unidos Barak Obama, que aspira a la reelección en noviembre frente a un adversario republicano que lo acusa de no ser suficientemente duro con Irán, un avance en el tema iraní sería muy beneficioso.

Varios nuevos factores, como una reunión en Estambul a mediados de abril, la primera en 15 meses, abrieron el camino a la reunión del miércoles en Bagdad.

Según de ambas partes, el ambiente mejoró notablemente y existe voluntad de diálogo.

En Bagdad las discusiones deberán centrarse "en la substancia concreta".

"Ahora son los iraníes los que tienen la palabra. Son ellos que que tienen que dar el primer paso", advirtió un diplomático europeo en Bruselas, subrayando que el tiempo se estaba agotando.

Las grandes potencias quieren convencer a Irán para que suspenda su enriquecimiento a 20% y para que acepte visitas más estrictas de inspectores de la AIEA mediante el establecimiento de un protocolo adicional del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

Por su lado Irán podría ver frustrado su deseo de que se reduzcan las sanciones a cambio de concesiones sobre su programa nuclear. En el mejor de los casos los iraníes pueden esperar una promesa -condicional- de no discutir la adopción de nuevas sanciones.

De todas maneras, nada garantiza que los dos campos puedan llegar a hacer promesas firmes, según otro diplomático. Aún cuando las discusiones se desarrollan en un buen ambiente, los resultado podrían no ser "tangibles".

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