Los sirios protestan tras los atentados que dejaron 56 muertos
Siria, CNN
Los sirios salieron a las calles este viernes en señal de protesta, un día después de dos atentados suicidas en la capital, que mataron a docenas de personas, en el ataque más mortífero en el país desde que iniciaron las manifestaciones, hace 14 meses.
Nuevos ataques ocurrieron este viernes, donde fallecieron al menos cinco personas, de acuerdo con los Comités de Coordinación Local de Siria, un grupo opositor.
Dos de los fallecidos fueron torturados hasta la muerte en Homs y Hama, mientras que los otros fueron blanco de francotiradores, según la red de activistas.
En la zona de Jabal Zawyeh de la provincia de Idlib, una fuerte explosión resonó cerca de un puesto de control después de reportes de que los soldados establecidos allí habían desertado, informó el grupo.
Dos explosiones golpearon un concurrido barrio de Damasco este jueves, matando a más de 50 personas, según activistas y autoridades. Los estallidos también destruyeron el edificio de inteligencia del gobierno.
Rusia, un aliado de Siria, condenó los atentados suicidas y acusó a otras naciones de instigar la violencia para fomentar el levantamiento que ha dejado miles de muertos.
"Algunos países están incitando a fuerzas externas a interferir en la situación de Siria, lo cual es inaceptable", dijo el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, según los medios estatales chinos.
Lavrov, quien se encuentra en Beijing para sostener conversaciones con su homólogo chino, no especificó qué países.
"Tales actos tienen por objeto llevar al país a una nueva ola de violencia sangrienta y extremadamente peligrosa", dijo.
Durante una conferencia de prensa después de los atentados de este jueves, los dos funcionarios hicieron hincapié en su rechazo a la intervención extranjera militar en Siria y la necesidad de que el gobierno y la oposición entablen un diálogo.
"Para abordar correctamente la cuestión de Siria, todas las partes interesadas deben respetar la independencia de Siria, la soberanía y la integridad territorial", dijo el canciller chino, Yang Jiechi.
El pueblo sirio debe decidir su propio destino, dijo Yang, de acuerdo con la agencia de noticias Xinhua.
Rusia y China vetaron una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba el régimen sirio, pero apoyan el plan de paz propuesto por el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Los atentados de este jueves fueron el ataque más mortífero desde que las fuerzas sirias comenzaron a tomar medidas enérgicas contra disidentes en marzo de 2011. Dos coches bomba con más de una tonelada de explosivos estallaron en una intersección en un barrio densamente poblado de Damasco, matando a 59 personas, según la oposición.
Bashar Jaafari, embajador de Siria ante Naciones Unidas, dijo que 56 personas murieron y otras 372 sufrieron "lesiones graves" en el ataque cercano a cuatro escuelas. También fueron destruidas las instalaciones de la agencia de inteligencia de Siria.
En tanto, Annan está sopesando una invitación para reunirse con el presidente Bachar al Asad en Siria, dijo su portavoz, tras las explosiones en Damasco, que recibieron una condena generalizada.
Annan medió un acuerdo de alto el fuego que debía entrar en vigor 12 de abril. Desde la tregua, algunos días han sido más tranquilos, pero la violencia ha continuado. Según la oposición, al menos 1,025 personas han muerto desde esa fecha.
Los sirios salieron a las calles este viernes en señal de protesta, un día después de dos atentados suicidas en la capital, que mataron a docenas de personas, en el ataque más mortífero en el país desde que iniciaron las manifestaciones, hace 14 meses.
Nuevos ataques ocurrieron este viernes, donde fallecieron al menos cinco personas, de acuerdo con los Comités de Coordinación Local de Siria, un grupo opositor.
Dos de los fallecidos fueron torturados hasta la muerte en Homs y Hama, mientras que los otros fueron blanco de francotiradores, según la red de activistas.
En la zona de Jabal Zawyeh de la provincia de Idlib, una fuerte explosión resonó cerca de un puesto de control después de reportes de que los soldados establecidos allí habían desertado, informó el grupo.
Dos explosiones golpearon un concurrido barrio de Damasco este jueves, matando a más de 50 personas, según activistas y autoridades. Los estallidos también destruyeron el edificio de inteligencia del gobierno.
Rusia, un aliado de Siria, condenó los atentados suicidas y acusó a otras naciones de instigar la violencia para fomentar el levantamiento que ha dejado miles de muertos.
"Algunos países están incitando a fuerzas externas a interferir en la situación de Siria, lo cual es inaceptable", dijo el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, según los medios estatales chinos.
Lavrov, quien se encuentra en Beijing para sostener conversaciones con su homólogo chino, no especificó qué países.
"Tales actos tienen por objeto llevar al país a una nueva ola de violencia sangrienta y extremadamente peligrosa", dijo.
Durante una conferencia de prensa después de los atentados de este jueves, los dos funcionarios hicieron hincapié en su rechazo a la intervención extranjera militar en Siria y la necesidad de que el gobierno y la oposición entablen un diálogo.
"Para abordar correctamente la cuestión de Siria, todas las partes interesadas deben respetar la independencia de Siria, la soberanía y la integridad territorial", dijo el canciller chino, Yang Jiechi.
El pueblo sirio debe decidir su propio destino, dijo Yang, de acuerdo con la agencia de noticias Xinhua.
Rusia y China vetaron una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba el régimen sirio, pero apoyan el plan de paz propuesto por el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Los atentados de este jueves fueron el ataque más mortífero desde que las fuerzas sirias comenzaron a tomar medidas enérgicas contra disidentes en marzo de 2011. Dos coches bomba con más de una tonelada de explosivos estallaron en una intersección en un barrio densamente poblado de Damasco, matando a 59 personas, según la oposición.
Bashar Jaafari, embajador de Siria ante Naciones Unidas, dijo que 56 personas murieron y otras 372 sufrieron "lesiones graves" en el ataque cercano a cuatro escuelas. También fueron destruidas las instalaciones de la agencia de inteligencia de Siria.
En tanto, Annan está sopesando una invitación para reunirse con el presidente Bachar al Asad en Siria, dijo su portavoz, tras las explosiones en Damasco, que recibieron una condena generalizada.
Annan medió un acuerdo de alto el fuego que debía entrar en vigor 12 de abril. Desde la tregua, algunos días han sido más tranquilos, pero la violencia ha continuado. Según la oposición, al menos 1,025 personas han muerto desde esa fecha.