Lo que hay detrás de la barbarie del narco en México
Las escenas de cuerpos decapitados y mutilados en Nuevo León, donde 49 cuerpos fueron arrojados a la carretera este domingo, sacudieron a muchos por la extrema barbarie exhibida por los asesinos. Incluso en México, que después de cinco años de intensa guerra entre cárteles parecía haberlo visto todo.
Según el gobierno del estado de Nuevo León, a los cadáveres de Cadereyta se les había cortado la cabeza, los brazos y, en algunos casos, las piernas. Y de acuerdo al vocero del gobierno estatal, ninguno de ellos presentaba heridas de bala, por lo que podrían haber sido torturados y mutilados a sangre fría, mientras aún estaban vivos.
Pero, ¿qué hay detrás de la extrema violencia y crueldad con la que estos grupos actúan?
"Es un reflejo de los actos que han venido ocurriendo a lo largo del país, como fue recientemente lo de Nuevo Laredo, lo que ocurrió hace unas semanas en Jalisco y hace algunos meses en Veracruz"
Jorge Domene, Seguridad de Nuevo León
Las autoridades argumentan que los criminales recurren a esta brutalidad para dificultar la identificación de sus víctimas, por lo que todavía se desconoce quiénes son realmente los fallecidos, si son mexicanos o migrantes, o cuándo fueron matados realmente.
"Es un reflejo de los actos que han venido ocurriendo a lo largo del país, como fue recientemente lo de Nuevo Laredo, lo que ocurrió hace unas semanas en Jalisco y hace algunos meses en Veracruz", explica Jorge Domene, vocero de Seguridad de Nuevo León.
Una consecuencia, dice, de una guerra entre cárteles que se intensifica en esta región del noroeste mexicano. Pero no es ese el único objetivo de estas salvajes técnicas, advierten los expertos.
Guerra psicológica
Nuevo León es desde 2010 escenario de una brutal batalla entre dos poderosos grupos criminales -el cártel del Golfo y Los Zetas- que se disputan el mercado local de venta de drogas y, sobre todo, el tráfico hacia Estados Unidos a través de este estado fronterizo con Texas.
A esta batalla se une ahora otro cártel, el de Sinaloa, según expertos en crimen organizado, lo que explica las recientes matanzas allí y en otros estados mexicanos.
No se trata sólo de una batalla ordinaria entre rivales, es casi una guerra psicológica o una "guerra de reputaciones" para advertir al enemigo de las consecuencias que tendrá para su gente entrar en lucha con ellos y para amedrentar a la población civil, que cada mañana desayuna con nuevos detalles macabros de las matanzas en México.
Si su objetivo es asustar, ya ha tenido los primeros resultados. El diario El Mañana, de Nuevo León, anunció este lunes en un editorial que debido a la violencia en la región, "se abstendrá, por el tiempo necesario, de publicar cualquier información que se derive de las disputas violentas".
"El consejo editorial y de administración de esta empresa ha llegado a esta lamentable decisión, obligado por las circunstancias que todos conocemos y por la falta de condiciones para el libre ejercicio del periodismo", reza el texto del periódico, que sigue los pasos de otros medios amenazados en México.
Desviar la atención
"Estas masacres múltiples tienen varios fines: intimidar a los rivales y fortalecer su reputación de brutalidad ante otros grupos, pero también llevar a la autoridad al terreno del rival", le dice a BBC Mundo el analista de seguridad Alejandro Hope.
Se trata en definitiva, asegura Hope, de llamar la atención del país y escandalizar con la brutalidad, pero cometiendo este tipo de masacres en el terreno del cartel rival.
Así se obliga a las autoridades a reforzar la seguridad, mandar más efectivos de ejército o policía y, por tanto, aumentar la presión sobre el enemigo en su propio terreno.
"Lo que están haciendo las autoridades, en lugar de castigar al grupo agresor, es calentar la plaza del rival, desviar la atención y los recursos del Estado, pero no se refuerza la vigilancia en el territorio dominado por quien cometió la masacre", dice Hope, titular del proyecto 'Menos Crimen, Menos Castigo', de las consultoras Imco y México Evalúa.
¿Crece la violencia en México?
La última actualización de la base de datos sobre homicidios relacionados con el crimen organizado -el instrumento con el que el gobierno mexicano mide la evolución de la violencia- se publicó en enero de 2012 y revela un aumento en el número de homicidios, aunque a menor ritmo que en años anteriores.
Ante la falta de cifras oficiales actualizadas, los medios de comunicación citan varios casos recientes de asesinatos múltiples en regiones como Nuevo León, aunque también en otros estados, como prueba de que la violencia no ha cesado.
El 4 de mayo, 23 personas aparecieron sin vida en Nuevo Laredo (Tamaulipas), algunas de ellas colgadas de un puente y con mensajes de advertencia dejados por los presuntos autores del crimen.
A la vez, hechos similares se han sucedido en las últimas semanas en Veracruz y Jalisco.
Mientras, en la ciudad que antes se consideraba la más peligrosa del mundo, Juárez, ahora se celebran los días en que no llega ningún asesinado a la morgue.
Este domingo, las autoridades de Juárez anunciaban el decimo cuarto día de 2012 sin ningún homicidio, un hito para la localidad más golpeada por la guerra al narco, con más de 10.000 asesinatos en los últimos cuatro años y medio.
El gobierno mexicano también presume avances en Chihuahua, Veracruz, Tijuana y la Comarca Lagunera. Y hace apenas una semana, el ejecutivo de Felipe Calderón anunciaba el refuerzo de la misión del ejército y la policía federal en Nuevo León, que a menudo se pone como paradigma de la colaboración entre autoridades locales y nacionales.
La propia vocera del presidente, Alejandra Sota, citaba hace unos días a Nuevo León como ejemplo de la reducción de la delincuencia en México.
Pero los 49 cuerpos, casi descuartizados y lanzados al suelo en bolsas de plásticos en la carretera que une a Monterrey y Reynosa sirven de recordatorio a México: el fin de la violencia podría estar este lunes un poco más lejos que hace unas semanas.