La religión entra en campaña en EE UU
El presidente explica su postura sobre el matrimonio gay a los reverendos de EE UU. Las encuestas dicen que el 49% de los afroamericanos se opone al matrimonio gay
Yolanda Monge
Washington, El País
Una vez más, la historia llamaba a su puerta y debía responder. El presidente sabía que declarar su apoyo a las bodas entre homosexuales era “lo que había que hacer”, según sus propias palabras, pero también era consciente de que por ello iba a pagar un precio. ¿Cuál? Está por ver. Pero el equipo de campaña de Barack Obama se lanzó a la contención de daños minutos después de producirse el histórico anuncio.
Menos de dos horas después de que Obama asegurara el pasado miércoles haber completado su “evolución” y llegado a la conclusión de que “las parejas del mismo sexo deben de poder casarse”, el presidente contactó a través de vídeo llamada a varios líderes religiosos, todos negros, para explicarse.
La reacción no fue monolítica pero en líneas generales respondió a lo que se esperaba: la decisión tomada por el presidente iba a hacer difícil su apoyo a la reelección.
Las encuestas dicen que el 49% de los afroamericanos se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo frente al 39% que lo apoya, según una encuesta de abril del Pew Research Center. Los números son contrarios en el caso de la población blanca: el 47% lo aprueba y el 43% es contrario. El voto negro fue decisivo en la victoria de Obama en 2008 y esa misma población acude regularmente a la iglesia, donde la voz del pastor se escucha y se respeta.
El pasado domingo, apenas tres días después del extraordinario paso dado en el desarrollo de los derechos civiles, en diferentes congregaciones negras de EEUU sucedía lo más temía el equipo de la Casa Blanca: líderes religiosos anunciando a sus feligreses su rechazo a Obama.
“Yo quiero a este presidente pero no puedo apoyar lo que ha hecho”, declaró Emmett Burns, pastor de Baltimore, a CNN. Según Burns, el apoyo de Obama a los matrimonios homosexuales le costará la reelección en noviembre.
En otras congregaciones, los líderes negros religiosos se mostraban prudentes y apelaban a la tolerancia. “Dios es amor”, apuntaba a CNN el reverendo Calvin Butts, influente pastor de Nueva York, quien no apoyó el punto de vista del presidente pero denunció a aquellos que ejercen la discriminación, la marginalización o el odio.
Un tema que hace cuatro años no tenía ninguna relevancia ha entrado en la campaña por la puerta grande, de mano del presidente. Sin duda, los pastores y reverendos negros tendrán que pronunciarse ante sus congregaciones. El pasado viernes, el reverendo y activista Al Sharpton hizo pública una carta de apoyo a Obama y su posición frente a los matrimonios homosexuales en la que también pedía respeto pos todos aquellos que no sean de la misma opinión. “Habrá quienes usen este tema para dividir a nuestra comunidad”, advertía Sharpton. “Como pueblo, no podemos permitirnos tal división”, puntualizaba el defensor de los derechos civiles, conocedor de que estas elecciones se presentan reñidas.
En el otro lado del espectro político, el casi seguro candidato republicano a la nominación para la carrera por la Casa Blanca vio como su perfil conservador se veía reforzado por las declaraciones del presidente. Mitt Romney declaraba su frontal oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo: “Creo que el matrimonio no es otra cosa que la unión entre un hombre y una mujer”, dijo el ex Gobernador de Massachusetts, que ya entonces tuvo que pronunciarse también al respecto, ya que el Supremo de aquel Estado aprobó esas uniones por la vía judicial.
Yolanda Monge
Washington, El País
Una vez más, la historia llamaba a su puerta y debía responder. El presidente sabía que declarar su apoyo a las bodas entre homosexuales era “lo que había que hacer”, según sus propias palabras, pero también era consciente de que por ello iba a pagar un precio. ¿Cuál? Está por ver. Pero el equipo de campaña de Barack Obama se lanzó a la contención de daños minutos después de producirse el histórico anuncio.
Menos de dos horas después de que Obama asegurara el pasado miércoles haber completado su “evolución” y llegado a la conclusión de que “las parejas del mismo sexo deben de poder casarse”, el presidente contactó a través de vídeo llamada a varios líderes religiosos, todos negros, para explicarse.
La reacción no fue monolítica pero en líneas generales respondió a lo que se esperaba: la decisión tomada por el presidente iba a hacer difícil su apoyo a la reelección.
Las encuestas dicen que el 49% de los afroamericanos se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo frente al 39% que lo apoya, según una encuesta de abril del Pew Research Center. Los números son contrarios en el caso de la población blanca: el 47% lo aprueba y el 43% es contrario. El voto negro fue decisivo en la victoria de Obama en 2008 y esa misma población acude regularmente a la iglesia, donde la voz del pastor se escucha y se respeta.
El pasado domingo, apenas tres días después del extraordinario paso dado en el desarrollo de los derechos civiles, en diferentes congregaciones negras de EEUU sucedía lo más temía el equipo de la Casa Blanca: líderes religiosos anunciando a sus feligreses su rechazo a Obama.
“Yo quiero a este presidente pero no puedo apoyar lo que ha hecho”, declaró Emmett Burns, pastor de Baltimore, a CNN. Según Burns, el apoyo de Obama a los matrimonios homosexuales le costará la reelección en noviembre.
En otras congregaciones, los líderes negros religiosos se mostraban prudentes y apelaban a la tolerancia. “Dios es amor”, apuntaba a CNN el reverendo Calvin Butts, influente pastor de Nueva York, quien no apoyó el punto de vista del presidente pero denunció a aquellos que ejercen la discriminación, la marginalización o el odio.
Un tema que hace cuatro años no tenía ninguna relevancia ha entrado en la campaña por la puerta grande, de mano del presidente. Sin duda, los pastores y reverendos negros tendrán que pronunciarse ante sus congregaciones. El pasado viernes, el reverendo y activista Al Sharpton hizo pública una carta de apoyo a Obama y su posición frente a los matrimonios homosexuales en la que también pedía respeto pos todos aquellos que no sean de la misma opinión. “Habrá quienes usen este tema para dividir a nuestra comunidad”, advertía Sharpton. “Como pueblo, no podemos permitirnos tal división”, puntualizaba el defensor de los derechos civiles, conocedor de que estas elecciones se presentan reñidas.
En el otro lado del espectro político, el casi seguro candidato republicano a la nominación para la carrera por la Casa Blanca vio como su perfil conservador se veía reforzado por las declaraciones del presidente. Mitt Romney declaraba su frontal oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo: “Creo que el matrimonio no es otra cosa que la unión entre un hombre y una mujer”, dijo el ex Gobernador de Massachusetts, que ya entonces tuvo que pronunciarse también al respecto, ya que el Supremo de aquel Estado aprobó esas uniones por la vía judicial.