Y sería fácil asumir que la tradicional tienda de tarjetas ha sufrido a causa de los sitios de internet, que ofrecen tarjetas personalizadas y baratas.
Pero no es el caso. A las tiendas de tarjetas en las calles británicas les está yendo bien. Puede que el video haya matado a la estrella de la radio, como dice la canción, pero no ha ocurrido lo mismo con internet y las tarjetas.
clicLea: Por qué en el Reino Unido se maneja al revés y otras rarezas británicas
El año pasado hubo un aumento del 3% en la venta de tarjetas, comparado con 2009, y aunque Clinton Cards esté batallando, otras cadenas como Scribbler y Paperchase han florecido.
"Las tarjetas nos hacen sentir amados", dice Sharon Little, directora ejecutiva de la Greeting Cards Association. Así que todavía hay un cierto estigma en torno a las tarjetas electrónicas.
"Es adorable recibir una tarjeta de alguien, y no toda la gente compra sus tarjetas en internet; la gente cree que es una señal de pereza".
Las de cumpleaños siguen siendo las más compradas, seguidas por las de Navidad, las del día de los Enamorados y las del Día de la Madre. Las del Día del Padre no se quedan atrás.
Nuevas tradiciones
Las tarjetas decoradas con brillo y otros adornos se venden bien.
Pero hay nuevas categorías que reflejan los tiempos cambiantes.
"Hay tarjetas para cuando apruebas el examen de manejo, para felicitarte por tu divorcio, y para muchos eventos multiculturales también: Diwali (una festividad india), Eid (una fiesta árabe) y el Año Nuevo Chino entre otros", señala Little.
"Hay cada vez más ocasiones para enviar tarjetas".
Las tarjetas de Pascua, que antes no se conocían, ahora son una porción significativa de las ventas de temporada en primavera, el periodo que incluye el día de los Enamorados y el Día de la Madre.
En otros tiempos, uno enviaba una tarjeta de felicitaciones a alguien que acababa de tener un bebé; ahora se envían cuando alguien anuncia un embarazo. Otra novedad de temporada -importada de Estados Unidos- es la tarjeta de Halloween.
Las tarjetas de divorcio disponibles ahora podrían caer mal a algunos. Pero hay aquí un eco de la primera tarjeta de Navidad comercial, que según se dice ofendió a muchos en 1843.
El pionero en la tarjetas de felicitaciones, Sir Henry Cole, cometió un error al incluir la foto de una escena de fiesta familiar en la que los adultos brindaban con sus copas de vino frente a niños pequeños.