El amor, según Obama
La revista 'Vanity Fair' ofrece un adelanto de su biografía escrita por un reportero del diario 'The Washington Post'
Washington, El País
Política, pura política. La campaña electoral se calienta; el presidente viaja a Afganistán —con nocturnidad y alevosía— para firmar un acuerdo de posguerra; y la revista Vanity Fair se descuelga con un artículo sobre Barack Obama y sus novias de juventud —pocas, muy pocas, tan escasas que el fanático reaccionario de derechas Rush Limbaugh considera que son importantes precisamente por su ausencia—.
Tal fue la conmoción que causó ayer la existencia de un libro sobre Obama y el amor que la página web de la publicación en EE UU fue inaccesible durante horas. La revista publica en su número de junio un extracto del libro escrito por el reportero del diario The Washington Post David Maraniss titulado Barack Obama: The story. En esas seis páginas, de las que consta el resumen que el propio Maraniss ha hecho de su obra para Vanity Fair, se habla de dos de sus novias de la época de la universidad: Alex McNear y Genevieve Cook. La revista informa pasada la entradilla del artículo de que si el lector de Internet desea ver una foto de Obama y Cook tendrá que desplazarse hasta el quiosco en junio (¿demasiado para la época digital en la que vivimos?).
Pues así, con la miel arrancada de los labios, sin foto que llevarse a la boca, sin cara que poner a uno de los amores del presidente, comienza el lector a saber que la relación que el presidente tuvo con McNear fue sobre todo epistolar, que se conocieron en Los Ángeles, en Occidental College, antes de que Obama se fuera a estudiar a Columbia, Nueva York en 1982, cuando el hoy líder del mundo libre tenía tan solo 20 años. Muchas de estas cartas están en el libro de Maraniss y alguna en el artículo de Vanity Fair.
“La soledad que sentía Obama en Nueva York se refleja en muchas de esas cartas a Alex McNear”, se lee en la revista. Ella es una joven que enamoró al hombre que por entonces se hacía llamar Barry. La relación entre Barry-Barack y Alex murió por la distancia cuando el verano de 1982 tocó a su fin.
Después Obama conoció en diciembre de 1983, en una fiesta de Navidad, a Genevieve Cook, hija de un destacado diplomático australiano. El libro de Maraniss revela ahora que Cook es la mujer de la que el presidente habla en su libro Sueños de mi padre, aunque como el hoy presidente anota en la introducción de ese libro la mujer de la que habla es la suma de varias, no nadie en concreto.
Esta joven y el presidente compartieron vida durante un tiempo, breve. En mayo de 1985 rompieron su relación. El autor del libro explica que ofreció a Barack Obama leer el diario que de aquella época escribió Genevieve Cook. El presidente rechazó la idea ya saben, Afganistán; la campaña política…— Pero sí se interesó por ella. “¿Qué hace hoy? ¿Cómo se encuentra?”, preguntó. Para el resto de la historia habrá que esperar a que el libro esté a la venta. El éxito está más que asegurado.
Washington, El País
Política, pura política. La campaña electoral se calienta; el presidente viaja a Afganistán —con nocturnidad y alevosía— para firmar un acuerdo de posguerra; y la revista Vanity Fair se descuelga con un artículo sobre Barack Obama y sus novias de juventud —pocas, muy pocas, tan escasas que el fanático reaccionario de derechas Rush Limbaugh considera que son importantes precisamente por su ausencia—.
Tal fue la conmoción que causó ayer la existencia de un libro sobre Obama y el amor que la página web de la publicación en EE UU fue inaccesible durante horas. La revista publica en su número de junio un extracto del libro escrito por el reportero del diario The Washington Post David Maraniss titulado Barack Obama: The story. En esas seis páginas, de las que consta el resumen que el propio Maraniss ha hecho de su obra para Vanity Fair, se habla de dos de sus novias de la época de la universidad: Alex McNear y Genevieve Cook. La revista informa pasada la entradilla del artículo de que si el lector de Internet desea ver una foto de Obama y Cook tendrá que desplazarse hasta el quiosco en junio (¿demasiado para la época digital en la que vivimos?).
Pues así, con la miel arrancada de los labios, sin foto que llevarse a la boca, sin cara que poner a uno de los amores del presidente, comienza el lector a saber que la relación que el presidente tuvo con McNear fue sobre todo epistolar, que se conocieron en Los Ángeles, en Occidental College, antes de que Obama se fuera a estudiar a Columbia, Nueva York en 1982, cuando el hoy líder del mundo libre tenía tan solo 20 años. Muchas de estas cartas están en el libro de Maraniss y alguna en el artículo de Vanity Fair.
“La soledad que sentía Obama en Nueva York se refleja en muchas de esas cartas a Alex McNear”, se lee en la revista. Ella es una joven que enamoró al hombre que por entonces se hacía llamar Barry. La relación entre Barry-Barack y Alex murió por la distancia cuando el verano de 1982 tocó a su fin.
Después Obama conoció en diciembre de 1983, en una fiesta de Navidad, a Genevieve Cook, hija de un destacado diplomático australiano. El libro de Maraniss revela ahora que Cook es la mujer de la que el presidente habla en su libro Sueños de mi padre, aunque como el hoy presidente anota en la introducción de ese libro la mujer de la que habla es la suma de varias, no nadie en concreto.
Esta joven y el presidente compartieron vida durante un tiempo, breve. En mayo de 1985 rompieron su relación. El autor del libro explica que ofreció a Barack Obama leer el diario que de aquella época escribió Genevieve Cook. El presidente rechazó la idea ya saben, Afganistán; la campaña política…— Pero sí se interesó por ella. “¿Qué hace hoy? ¿Cómo se encuentra?”, preguntó. Para el resto de la historia habrá que esperar a que el libro esté a la venta. El éxito está más que asegurado.