Asamblea de la OEA: Insulza toma posición equidistante en el tema marítimo
Washington, ANF
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno Miguel Insulza, dijo que asumió una posiciónequidistante en relación al tema de la mediterraneidad de Bolivia y la propuesta de llevar a la práctica la resolución de 1979.
En una rueda de prensa con corresponsales extranjeros y ante una pregunta de la Agencia de Noticias Fides (ANF), el titular de la OEA dijo ser “escrupuloso con estos temas”. “No quiero involucrarme” como secretario general de la organización, “no lo hice antes, en los siete años” al frente del organismo, subrayó.
Comentó que cuando en la asamblea se plantean diferencia entre estados miembros. “por respeto a los países estoy en la sala, pero no hago pronunciamiento”.
Ante la reiterada pregunta de ANF sobre el asunto mediterráneo y la probabilidad de que la Secretaría General promueva un diálogo entre las partes por existir una resolución que data de 1979, declaró “jamás adoptaré una actitud que no sea imparcial”.
La delegación boliviana en la 42 Asamblea de la OEA renovará, según se anticipó desde La Paz, el contenido de la resolución de 1979 que insta a Bolivia y Chile a la búsqueda del diálogo para lograr un entendimiento que facilite el retorno territorial al Océano Pacífico.
Durante el gobierno democrático de Walter Guevara y la activa participación del embajador Gonzalo Romero, Bolivia logró un histórico respaldo de la comunidad interamericana, incluyendo a Estados Unidos y alcanzó durante la Asamblea de La Paz la aprobación de una histórica resolución. Chile, en esa ocasión y en apego a una invariable política de La Moneda, negó competencia a la OEA para promover cualquier iniciativa que diera cumplimiento a la resolución.
En esa línea invariable, el canciller chileno, Alfredo Moreno, volvió a reiterar la semana pasada que Chile no reconoce la participación de la OEA en un asunto que para ellos es estrictamente bilateral y, además, insistió que con Bolivia no hay asuntos territoriales pendientes desde la suscripción del Tratado de Paz y Amistad de 1904.
Ante el anuncio de que el propio presidente Evo Morales reiterará el planteamiento boliviano, la cancillería chilena ha desplegado una intensa campaña diplomática entre los países miembros de la OEA, con la insistencia de que no existen temas territoriales pendientes con Bolivia.
El claro propósito es reducir las probabilidades de que en Cochabamba se renueve la resolución de 1979.
Veteranos de la diplomacia en Washington recordaron que en 1979 las gestiones de la Cancillería de La Paz lograron una favorable acogida en el marco de la generalizada aprensión regional contra de la dictadura del general Augusto Pinochet.
Las mismas fuentes, en privado, dijeron a ANF que “las actuales circunstancias diplomáticas son diferentes” y predijeron que el “el éxito diplomático de Bolivia dependerá en Cochabamba de la gestión previa hecha por la Cancillería de La Paz.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno Miguel Insulza, dijo que asumió una posiciónequidistante en relación al tema de la mediterraneidad de Bolivia y la propuesta de llevar a la práctica la resolución de 1979.
En una rueda de prensa con corresponsales extranjeros y ante una pregunta de la Agencia de Noticias Fides (ANF), el titular de la OEA dijo ser “escrupuloso con estos temas”. “No quiero involucrarme” como secretario general de la organización, “no lo hice antes, en los siete años” al frente del organismo, subrayó.
Comentó que cuando en la asamblea se plantean diferencia entre estados miembros. “por respeto a los países estoy en la sala, pero no hago pronunciamiento”.
Ante la reiterada pregunta de ANF sobre el asunto mediterráneo y la probabilidad de que la Secretaría General promueva un diálogo entre las partes por existir una resolución que data de 1979, declaró “jamás adoptaré una actitud que no sea imparcial”.
La delegación boliviana en la 42 Asamblea de la OEA renovará, según se anticipó desde La Paz, el contenido de la resolución de 1979 que insta a Bolivia y Chile a la búsqueda del diálogo para lograr un entendimiento que facilite el retorno territorial al Océano Pacífico.
Durante el gobierno democrático de Walter Guevara y la activa participación del embajador Gonzalo Romero, Bolivia logró un histórico respaldo de la comunidad interamericana, incluyendo a Estados Unidos y alcanzó durante la Asamblea de La Paz la aprobación de una histórica resolución. Chile, en esa ocasión y en apego a una invariable política de La Moneda, negó competencia a la OEA para promover cualquier iniciativa que diera cumplimiento a la resolución.
En esa línea invariable, el canciller chileno, Alfredo Moreno, volvió a reiterar la semana pasada que Chile no reconoce la participación de la OEA en un asunto que para ellos es estrictamente bilateral y, además, insistió que con Bolivia no hay asuntos territoriales pendientes desde la suscripción del Tratado de Paz y Amistad de 1904.
Ante el anuncio de que el propio presidente Evo Morales reiterará el planteamiento boliviano, la cancillería chilena ha desplegado una intensa campaña diplomática entre los países miembros de la OEA, con la insistencia de que no existen temas territoriales pendientes con Bolivia.
El claro propósito es reducir las probabilidades de que en Cochabamba se renueve la resolución de 1979.
Veteranos de la diplomacia en Washington recordaron que en 1979 las gestiones de la Cancillería de La Paz lograron una favorable acogida en el marco de la generalizada aprensión regional contra de la dictadura del general Augusto Pinochet.
Las mismas fuentes, en privado, dijeron a ANF que “las actuales circunstancias diplomáticas son diferentes” y predijeron que el “el éxito diplomático de Bolivia dependerá en Cochabamba de la gestión previa hecha por la Cancillería de La Paz.