Argentina y Asia dan falsa esperanza a Grecia
Bruselas, AFP
Grecia no debería ser inducida a creer que una salida del euro daría paso al fuerte repunte que Argentina y algunos países asiáticos experimentaron cuando devaluaron sus monedas hace más de una década.
La experiencia de otros países sugiere que Grecia podría verse beneficiada una vez que ceda la crisis que inevitablemente generará su salida del euro. Sin embargo, los datos duros indican, y varios economistas creen, que el país sería demasiado débil para salir solo de los problemas.
"Una cosa es dejar un tipo de cambio fijo, otra cosa bastante diferente es dejar una moneda. No es una varita mágica que podamos agitar para resolver todos los problemas de Grecia", dijo Nick Kounis, director de investigación de ABN AMRO.
La experiencia de Argentina luego de su default y del abandono de la paridad cambiaria con el dólar en el período 2001-2002 es la más alentadora.
Su economía se contrajo durante cuatro años consecutivos desde 1999 hasta 2002, incluyendo una contracción del 10,9 por ciento en el último año, pero luego creció en promedio un 9 por ciento en el período subsiguiente de cinco años.
La crisis financiera asiática de 1997 registró un efecto dominó, ya que los mercados atacaron lo que consideraron eran monedas sobrevaluadas. Esto obligó al FMI a rescatar a varios países. En pocos años, las economías de la región fueron prosperando de nuevo, en gran medida gracias a las exportaciones más competitivas por sus tipos de cambio más bajos.
¿Podría ser esto un modelo para Grecia, que se encamina a sufrir este año su quinto año consecutivo en recesión?
Los optimistas apuntan a la naturaleza muy sensible a los precios que tienen los productos que Grecia exporta.
De acuerdo con Thomson Reuters Datastream, hay una fuerte correlación negativa entre la balanza de pagos de los países periféricos como Grecia y el tipo de cambio dólar/euro.
En términos simples, un euro más fuerte tiende a deprimir el comercio de estos países y una moneda más débil a impulsarla.
En el último año, el euro se ha reducido en un 6 por ciento sobre una base ponderada por el comercio, de acuerdo con datos del Banco Central Europeo, mientras que la austeridad en Grecia ha dado lugar a una devaluación interna de un 15 por ciento a través de factores como la caída de los salarios, dicen los economistas.
El sector exportador de Grecia se ha beneficiado. Las ventas de sus productos en el extranjero aumentaron un 37 por ciento en el 2011 y un 19 por ciento en los dos primeros meses de este año. La llegada de turistas creció un 14 por ciento en los primeros ocho meses del 2011, tal vez ayudada por los disturbios en el norte de África.
Sin embargo, incluso con una caída del 10 por ciento en las importaciones durante el año pasado, Grecia todavía tiene el quinto déficit comercial más grande dentro de la Unión Europea.
EXPORTACIONES VS IMPORTACIONES
El problema clave es que las exportaciones están continuamente eclipsadas por las importaciones y representan sólo algo más del 20 por ciento del Producto Interno Bruto(PIB).
Y para un país con ese nivel de dependencia de los bienes traídos del extranjero, una moneda muy devaluada significa una cosa: una inflación galopante.
Grecia, por ejemplo, importa casi todas sus necesidades energéticas.
Y el aumento de las exportaciones hasta ahora ha hecho poco por impulsar el crecimiento económico, dado que los salarios más bajos que permitieron ese repunte de las ventas externas provocaron como contracara un desplome del consumo interno.
El problema se puede solucionar. El ratio exportaciones/PIB de Argentina se disparó hasta el 28 por ciento en el 2002 desde el 12 por ciento visto en el 2001, un pronunciado aumento aún teniendo en cuenta la caída del PIB, y el país registró superávit en su cuenta corriente después de 11 años consecutivos de déficit.
Después de la crisis monetaria en Asia, el ratio PIB/exportaciones de Corea del Sur llego a un 46 por ciento desde el 32 por ciento anterior. En Indonesia, este indicador saltó a un 53 por ciento desde un 28 por ciento. Ambos países también pasaron de tener déficits en sus cuentas corrientes a registrar excedentes.
Los economistas dudan que Grecia pueda recrear esos éxitos.
Argentina y los países asiáticos podría basarse en una economía global relativamente robusta en esa época, un lujo que no podría permitirse Grecia. Argentina se benefició además de un auge en los precios de las materias primas en el período 2003-2004.
"La salida de Grecia por sí misma podría provocar tal daño que sus mercados de exportación sufrirán", dijo Kounis de ABN AMRO, en referencia a que otras naciones de la zona euro podrían ser afectados por un efecto de contagio.
PROBLEMAS CON EL TURISMO
Las principales exportaciones de Grecia son la agricultura, la industria naviera y la principal, el turismo, que representa alrededor del 18 por ciento del PIB.
Pero, ¿podría realmente podría sacar más jugo a las entre 15 y 16 millones de personas que normalmente acoge al año y puede realmente esperar que los turistas gasten más, sobre todo si se sienten atraídos por los precios más bajos?
El turismo es también una forma única de exportación - la gente tiene que visitar el país, en el caso de Grecia, un país en crisis.
"Creo que el malestar social será importante. Los turistas, uno puede imaginar, esperarán a que la situación se estabilice. Podría tomar mucho más tiempo que Grecia se beneficie respecto de los países que sólo exportan bienes", dijo Peter Vanden Houte, economista jefe de ING en Bélgica.
Los economistas dicen que el paliativo de la devaluación también podría frenar el progreso necesario en temas como el cumplimiento tributario, un sector público inflado y el gasto público ineficiente.
"La estructura subyacente de la economía necesita ser cambiada", dijo Marco Valli, economista jefe para la zona euro de UniCredit, agregando que una salida del euro podría ayudar a algunos sectores pero a costa de un alza de la inflación y de disparar los precios de la energía a niveles estratosféricos.
"Grecia no tiene las condiciones para beneficiarse de una fuerte devaluación", dijo Vanden Houte de ING. "No es como Corea del Sur, un país industrial fuerte, y las comparaciones con la Argentina son tiradas de los pelos", señaló.
Grecia no debería ser inducida a creer que una salida del euro daría paso al fuerte repunte que Argentina y algunos países asiáticos experimentaron cuando devaluaron sus monedas hace más de una década.
La experiencia de otros países sugiere que Grecia podría verse beneficiada una vez que ceda la crisis que inevitablemente generará su salida del euro. Sin embargo, los datos duros indican, y varios economistas creen, que el país sería demasiado débil para salir solo de los problemas.
"Una cosa es dejar un tipo de cambio fijo, otra cosa bastante diferente es dejar una moneda. No es una varita mágica que podamos agitar para resolver todos los problemas de Grecia", dijo Nick Kounis, director de investigación de ABN AMRO.
La experiencia de Argentina luego de su default y del abandono de la paridad cambiaria con el dólar en el período 2001-2002 es la más alentadora.
Su economía se contrajo durante cuatro años consecutivos desde 1999 hasta 2002, incluyendo una contracción del 10,9 por ciento en el último año, pero luego creció en promedio un 9 por ciento en el período subsiguiente de cinco años.
La crisis financiera asiática de 1997 registró un efecto dominó, ya que los mercados atacaron lo que consideraron eran monedas sobrevaluadas. Esto obligó al FMI a rescatar a varios países. En pocos años, las economías de la región fueron prosperando de nuevo, en gran medida gracias a las exportaciones más competitivas por sus tipos de cambio más bajos.
¿Podría ser esto un modelo para Grecia, que se encamina a sufrir este año su quinto año consecutivo en recesión?
Los optimistas apuntan a la naturaleza muy sensible a los precios que tienen los productos que Grecia exporta.
De acuerdo con Thomson Reuters Datastream, hay una fuerte correlación negativa entre la balanza de pagos de los países periféricos como Grecia y el tipo de cambio dólar/euro.
En términos simples, un euro más fuerte tiende a deprimir el comercio de estos países y una moneda más débil a impulsarla.
En el último año, el euro se ha reducido en un 6 por ciento sobre una base ponderada por el comercio, de acuerdo con datos del Banco Central Europeo, mientras que la austeridad en Grecia ha dado lugar a una devaluación interna de un 15 por ciento a través de factores como la caída de los salarios, dicen los economistas.
El sector exportador de Grecia se ha beneficiado. Las ventas de sus productos en el extranjero aumentaron un 37 por ciento en el 2011 y un 19 por ciento en los dos primeros meses de este año. La llegada de turistas creció un 14 por ciento en los primeros ocho meses del 2011, tal vez ayudada por los disturbios en el norte de África.
Sin embargo, incluso con una caída del 10 por ciento en las importaciones durante el año pasado, Grecia todavía tiene el quinto déficit comercial más grande dentro de la Unión Europea.
EXPORTACIONES VS IMPORTACIONES
El problema clave es que las exportaciones están continuamente eclipsadas por las importaciones y representan sólo algo más del 20 por ciento del Producto Interno Bruto(PIB).
Y para un país con ese nivel de dependencia de los bienes traídos del extranjero, una moneda muy devaluada significa una cosa: una inflación galopante.
Grecia, por ejemplo, importa casi todas sus necesidades energéticas.
Y el aumento de las exportaciones hasta ahora ha hecho poco por impulsar el crecimiento económico, dado que los salarios más bajos que permitieron ese repunte de las ventas externas provocaron como contracara un desplome del consumo interno.
El problema se puede solucionar. El ratio exportaciones/PIB de Argentina se disparó hasta el 28 por ciento en el 2002 desde el 12 por ciento visto en el 2001, un pronunciado aumento aún teniendo en cuenta la caída del PIB, y el país registró superávit en su cuenta corriente después de 11 años consecutivos de déficit.
Después de la crisis monetaria en Asia, el ratio PIB/exportaciones de Corea del Sur llego a un 46 por ciento desde el 32 por ciento anterior. En Indonesia, este indicador saltó a un 53 por ciento desde un 28 por ciento. Ambos países también pasaron de tener déficits en sus cuentas corrientes a registrar excedentes.
Los economistas dudan que Grecia pueda recrear esos éxitos.
Argentina y los países asiáticos podría basarse en una economía global relativamente robusta en esa época, un lujo que no podría permitirse Grecia. Argentina se benefició además de un auge en los precios de las materias primas en el período 2003-2004.
"La salida de Grecia por sí misma podría provocar tal daño que sus mercados de exportación sufrirán", dijo Kounis de ABN AMRO, en referencia a que otras naciones de la zona euro podrían ser afectados por un efecto de contagio.
PROBLEMAS CON EL TURISMO
Las principales exportaciones de Grecia son la agricultura, la industria naviera y la principal, el turismo, que representa alrededor del 18 por ciento del PIB.
Pero, ¿podría realmente podría sacar más jugo a las entre 15 y 16 millones de personas que normalmente acoge al año y puede realmente esperar que los turistas gasten más, sobre todo si se sienten atraídos por los precios más bajos?
El turismo es también una forma única de exportación - la gente tiene que visitar el país, en el caso de Grecia, un país en crisis.
"Creo que el malestar social será importante. Los turistas, uno puede imaginar, esperarán a que la situación se estabilice. Podría tomar mucho más tiempo que Grecia se beneficie respecto de los países que sólo exportan bienes", dijo Peter Vanden Houte, economista jefe de ING en Bélgica.
Los economistas dicen que el paliativo de la devaluación también podría frenar el progreso necesario en temas como el cumplimiento tributario, un sector público inflado y el gasto público ineficiente.
"La estructura subyacente de la economía necesita ser cambiada", dijo Marco Valli, economista jefe para la zona euro de UniCredit, agregando que una salida del euro podría ayudar a algunos sectores pero a costa de un alza de la inflación y de disparar los precios de la energía a niveles estratosféricos.
"Grecia no tiene las condiciones para beneficiarse de una fuerte devaluación", dijo Vanden Houte de ING. "No es como Corea del Sur, un país industrial fuerte, y las comparaciones con la Argentina son tiradas de los pelos", señaló.