Un aparente golpe de Estado sacude Guinea Bissau
Se han escuchado tiroteos y explosiones en torno a la residencia del primer ministro
Un grupo de militares armados ha tomado la radio nacional
Madrid, EL País
El recién elegido primer ministro de Guinea Bissau ve peligrar su mando, apenas un mes después de ganar la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Todas las señales apuntan a que un golpe de Estado se está fraguando en el país africano, cuya historia está jalonada por continuos cuartelazos. El último intento se produjo el 27 de diciembre de 2011, y ningún presidente ha completado los cinco años de mandato desde el año 2000.
Tiroteos y una serie de explosiones se han escuchado en la noche del jueves en torno a la residencia del mandatario Carlos Gomes Junior. Poco antes, unos militares armados han tomado la radio nacional del país.
El primer ministro de Guinea Bissau Carlos Gomes Junior, en torno a cuya residencia privada se han escuchado esta noche tiroteos y una serie de explosiones, ganó el 18 de marzo la primera vuelta de las elecciones presidenciales con el 48,97% de los votos, aunque sin mayoría absoluta, por lo que tendría que disputar una segunda vuelta el próximo 22 de abril frente al expresidente Kumba Yala, que quedó en segundo lugar y que pidió la anulación de las elecciones por un supuesto fraude, una petición que también hicieron los candidatos Manuel Sarifo Nhamadjo, disidente del PAIGC, y el presidente Henrique Rosa, que quedaron en tercer y cuarto lugar. Estas elecciones no estaban previstas, sino que han tenido que convocarse tras la muerte del presidente Malan Bacai Sancha el pasado 9 de enero en París. Su antecesor, Joao Bernardo Nino Viera, fue asesinado en marzo de 2009.
La antigua colonia portuguesa, un pequeño país de África occidental de apenas millón y medio de habitantes que logró su independencia en 1974, se ha visto inmersa en una espiral de golpes de Estado y enfrentamientos civiles que contribuyen a su inestabilidad. El Ejército de Guinea Bissau mantiene una presencia muy activa en la vida pública, lo que, unido a la corrupción, ha favorecido que el país se convierta en el punto de paso hacia Europa de buena parte de la droga procedente de Sudamérica.
Un grupo de militares armados ha tomado la radio nacional
Madrid, EL País
El recién elegido primer ministro de Guinea Bissau ve peligrar su mando, apenas un mes después de ganar la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Todas las señales apuntan a que un golpe de Estado se está fraguando en el país africano, cuya historia está jalonada por continuos cuartelazos. El último intento se produjo el 27 de diciembre de 2011, y ningún presidente ha completado los cinco años de mandato desde el año 2000.
Tiroteos y una serie de explosiones se han escuchado en la noche del jueves en torno a la residencia del mandatario Carlos Gomes Junior. Poco antes, unos militares armados han tomado la radio nacional del país.
El primer ministro de Guinea Bissau Carlos Gomes Junior, en torno a cuya residencia privada se han escuchado esta noche tiroteos y una serie de explosiones, ganó el 18 de marzo la primera vuelta de las elecciones presidenciales con el 48,97% de los votos, aunque sin mayoría absoluta, por lo que tendría que disputar una segunda vuelta el próximo 22 de abril frente al expresidente Kumba Yala, que quedó en segundo lugar y que pidió la anulación de las elecciones por un supuesto fraude, una petición que también hicieron los candidatos Manuel Sarifo Nhamadjo, disidente del PAIGC, y el presidente Henrique Rosa, que quedaron en tercer y cuarto lugar. Estas elecciones no estaban previstas, sino que han tenido que convocarse tras la muerte del presidente Malan Bacai Sancha el pasado 9 de enero en París. Su antecesor, Joao Bernardo Nino Viera, fue asesinado en marzo de 2009.
La antigua colonia portuguesa, un pequeño país de África occidental de apenas millón y medio de habitantes que logró su independencia en 1974, se ha visto inmersa en una espiral de golpes de Estado y enfrentamientos civiles que contribuyen a su inestabilidad. El Ejército de Guinea Bissau mantiene una presencia muy activa en la vida pública, lo que, unido a la corrupción, ha favorecido que el país se convierta en el punto de paso hacia Europa de buena parte de la droga procedente de Sudamérica.