Presidentes de América Latina se encuentran en Cumbre de Cartagena
CARTAGENA, ABI
Los gobernantes de América Latina y el Caribe se encontrarán con el presidente estadounidense Barack Obama este fin de semana en la VI Cumbre de las Américas, en Cartagena, ocasión para recordarle en pleno año electoral los espinosos temas de las drogas y de Cuba. La reunión de jefes de Estado y de gobierno de los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) se celebra en la ciudad colonial de Cartagena, exclusivo destino turístico sobre el mar Caribe, tomada por unos 8.000 policías para garantizar la seguridad.
Esta VI Cumbre de las Américas, la segunda a la que acudirá el presidente estadounidense Barack Obama, se cumplirá pocos meses antes de los comicios en los que el inquilino de la Casa Blanca buscará la reelección y para los cuales no podrá permitirse ingnorar a la comunidad de más de 50 millones de hispanos de ese país.
"En la actualidad predomina un sentimiento de desencanto por el aparente desinterés del presidente Obama por América Latina y, sin duda, habrá reclamos", avanzó Rubén Sánchez, profesor de Estudios Políticos en la Universidad El Rosario de Bogotá. Temas como la lucha contra las drogas o el embargo a Cuba y su ausencia de este cónclave podrían transformarse en una suerte de test para Obama.
El presidente estadounidense también podría verse cuestionado por otros temas sensibles, como la inmigración y la seguridad, pese a que la agenda de la Cumbre está dedicada a los asuntos de integración regional y reducción de la pobreza. "El voto latino es cada vez más exigente, pero se concentra en dos o tres temas principales: inmigración, seguridad y Cuba. En las tres materias el gobierno Obama ha sido ambiguo y titubeante", afirmó a la AFP Vicente Torrijos, especialista el relaciones internacionales.
Algunos gobernantes de países de Centroamérica, región que el año pasado contó 20.000 homicidios relacionados con la actividad del narcotráfico, defenderán ante el presidente del principal país consumidor su polémica propuesta de legalizar las drogas, una hipótesis que Washington excluye de antemano.
El anfitrión de esta Cumbre, Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, el principal productor de cocaína del mundo con 350 toneladas anuales, declaró que la "discusión es bienvenida", de manera abierta y contemplando todos los escenarios posibles. Pero para el experto colombiano en drogas Francisco Thoumi, quien durante años estudió el tema para Naciones Unidas, "en la Cumbre no se va a lograr mucho" en ese punto. "Es importante el hecho de que se esté hablando" de la legalización. Pero "las convenciones internacionales antidrogas tienen mucho apoyo", dijo Thoumi.
Otro tema polémico será el de Cuba, país objeto de un embargo económico desde hace 50 años por Estados Unidos que es rechazado de manera unánime por los latinoamericanos.
Suspendida de la OEA en 1962, en plena Guerra Fría, Cuba nunca ha participado en una Cumbre de las Américas. Su exclusión del organismo hemisférico fue levantada en 2009, luego de la Cumbre de Puerto España, pero La Habana no ha pedido su reincorporación, para la cual debería suscribir la Carta Democrática Interamericana. Argentina y Brasil advirtieron ya que ésta será la última Cumbre de las Américas sin la participación de Cuba, y si no se encuentra una solución "ya más nadie vendrá" a un encuentro como éste, reconoció la canciller colombiana María Ángela Holguín.
Con una posición más radical que la de su aliado venezolano Hugo Chávez, enfermo de cáncer, el presidente ecuatoriano Rafael Correa decidió no venir a la Cumbre de Cartagena al denunciar como "inaceptable que se soslayen temas tan fundamentales como el inhumano bloqueo a Cuba, así como la aberrante colonización de las islas Malvinas". Treinta años después de la guerra que enfrentó al Reino Unido y Argentina, la reivindicación de Buenos Aires sobre esas islas es más que nunca un asunto de consenso entre los suramericanos.
Los gobernantes de América Latina y el Caribe se encontrarán con el presidente estadounidense Barack Obama este fin de semana en la VI Cumbre de las Américas, en Cartagena, ocasión para recordarle en pleno año electoral los espinosos temas de las drogas y de Cuba. La reunión de jefes de Estado y de gobierno de los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) se celebra en la ciudad colonial de Cartagena, exclusivo destino turístico sobre el mar Caribe, tomada por unos 8.000 policías para garantizar la seguridad.
Esta VI Cumbre de las Américas, la segunda a la que acudirá el presidente estadounidense Barack Obama, se cumplirá pocos meses antes de los comicios en los que el inquilino de la Casa Blanca buscará la reelección y para los cuales no podrá permitirse ingnorar a la comunidad de más de 50 millones de hispanos de ese país.
"En la actualidad predomina un sentimiento de desencanto por el aparente desinterés del presidente Obama por América Latina y, sin duda, habrá reclamos", avanzó Rubén Sánchez, profesor de Estudios Políticos en la Universidad El Rosario de Bogotá. Temas como la lucha contra las drogas o el embargo a Cuba y su ausencia de este cónclave podrían transformarse en una suerte de test para Obama.
El presidente estadounidense también podría verse cuestionado por otros temas sensibles, como la inmigración y la seguridad, pese a que la agenda de la Cumbre está dedicada a los asuntos de integración regional y reducción de la pobreza. "El voto latino es cada vez más exigente, pero se concentra en dos o tres temas principales: inmigración, seguridad y Cuba. En las tres materias el gobierno Obama ha sido ambiguo y titubeante", afirmó a la AFP Vicente Torrijos, especialista el relaciones internacionales.
Algunos gobernantes de países de Centroamérica, región que el año pasado contó 20.000 homicidios relacionados con la actividad del narcotráfico, defenderán ante el presidente del principal país consumidor su polémica propuesta de legalizar las drogas, una hipótesis que Washington excluye de antemano.
El anfitrión de esta Cumbre, Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, el principal productor de cocaína del mundo con 350 toneladas anuales, declaró que la "discusión es bienvenida", de manera abierta y contemplando todos los escenarios posibles. Pero para el experto colombiano en drogas Francisco Thoumi, quien durante años estudió el tema para Naciones Unidas, "en la Cumbre no se va a lograr mucho" en ese punto. "Es importante el hecho de que se esté hablando" de la legalización. Pero "las convenciones internacionales antidrogas tienen mucho apoyo", dijo Thoumi.
Otro tema polémico será el de Cuba, país objeto de un embargo económico desde hace 50 años por Estados Unidos que es rechazado de manera unánime por los latinoamericanos.
Suspendida de la OEA en 1962, en plena Guerra Fría, Cuba nunca ha participado en una Cumbre de las Américas. Su exclusión del organismo hemisférico fue levantada en 2009, luego de la Cumbre de Puerto España, pero La Habana no ha pedido su reincorporación, para la cual debería suscribir la Carta Democrática Interamericana. Argentina y Brasil advirtieron ya que ésta será la última Cumbre de las Américas sin la participación de Cuba, y si no se encuentra una solución "ya más nadie vendrá" a un encuentro como éste, reconoció la canciller colombiana María Ángela Holguín.
Con una posición más radical que la de su aliado venezolano Hugo Chávez, enfermo de cáncer, el presidente ecuatoriano Rafael Correa decidió no venir a la Cumbre de Cartagena al denunciar como "inaceptable que se soslayen temas tan fundamentales como el inhumano bloqueo a Cuba, así como la aberrante colonización de las islas Malvinas". Treinta años después de la guerra que enfrentó al Reino Unido y Argentina, la reivindicación de Buenos Aires sobre esas islas es más que nunca un asunto de consenso entre los suramericanos.