La Policía noruega pensaba que había 2 terroristas cuando explotó la bomba colocada por Breivik
Oslo, EP
Cuando Anders Behring Breivik perpetró el atentado con coche bomba que mató a ocho personas y dejó heridas a más de 200 el pasado 22 de julio en Oslo, la Policía noruega pensó que había dos terroristas que se disponían a llevar a cabo más ataques en la capital.
En medio de la confusión, Breivik aprovechó para ir en coche hasta el campamento de verano organizado por el Partido Laborista en la isla de Utoya (a 40 kilómetros de distancia), donde mató a otras 69 personas.
"Existía la posibilidad de que hubiese más bombas y también más criminales", ha declarado el superintendente de la Policía Thor Langli durante la séptima jornada del juicio contra Breivik, que durará unas diez semanas. "De hecho, durante un rato pensamos que nos enfrentábamos a dos perpetradores", ha añadido.
Hasta este martes, Breivik era el testigo principal del juicio, durante el cual ha contado fríamente cómo y por qué llevó a cabo la masacre. Pero el asesino confeso niega tener responsabilidad penal porque las personas a las que mató eran "traidores" que estaban a favor del multiculturalismo y la inmigración y de esa manera estaban abriendo las puertas de Europa a los musulmanes, que acabarán conquistándola, según su teoría.
Langli ha explicado que el motivo principal por el que pensó que había dos terroristas es que escuchó descripciones contradictorias sobre un hombre que fue visto saliendo del coche en el que luego explotó la bomba.
La persona que revisó las imágenes grabadas por las cámaras de vigilancia dijo a la Policía que aquel hombre tenía la piel oscura. "Dijo que no era nórdico pero tampoco africano, sino un término medio", ha precisado. Pero un bombero afirmó que el hombre tenía la piel clara --como Breivik-- y que llevaba un uniforme de policía falso y un casco oscuro.
Aunque la Policía no hizo públicas las descripciones, muchas personas presumieron que el atentado era obra de Al Qaeda u otro grupo islamista.
Los expertos forenses de la Policía han señalado este martes que la mayoría de los fallecidos por la explosión quedaron desmembrados. La víctima que se encontraba más cerca de la bomba era un abogado del Ministerio de Justicia Jon Vegard Lervaag. "No se puede pensar que Lervaag fue consciente siquiera de que se había producido una explosión", ha comentado el técnico forense Arne Stray-Pedersen.
Cuando Anders Behring Breivik perpetró el atentado con coche bomba que mató a ocho personas y dejó heridas a más de 200 el pasado 22 de julio en Oslo, la Policía noruega pensó que había dos terroristas que se disponían a llevar a cabo más ataques en la capital.
En medio de la confusión, Breivik aprovechó para ir en coche hasta el campamento de verano organizado por el Partido Laborista en la isla de Utoya (a 40 kilómetros de distancia), donde mató a otras 69 personas.
"Existía la posibilidad de que hubiese más bombas y también más criminales", ha declarado el superintendente de la Policía Thor Langli durante la séptima jornada del juicio contra Breivik, que durará unas diez semanas. "De hecho, durante un rato pensamos que nos enfrentábamos a dos perpetradores", ha añadido.
Hasta este martes, Breivik era el testigo principal del juicio, durante el cual ha contado fríamente cómo y por qué llevó a cabo la masacre. Pero el asesino confeso niega tener responsabilidad penal porque las personas a las que mató eran "traidores" que estaban a favor del multiculturalismo y la inmigración y de esa manera estaban abriendo las puertas de Europa a los musulmanes, que acabarán conquistándola, según su teoría.
Langli ha explicado que el motivo principal por el que pensó que había dos terroristas es que escuchó descripciones contradictorias sobre un hombre que fue visto saliendo del coche en el que luego explotó la bomba.
La persona que revisó las imágenes grabadas por las cámaras de vigilancia dijo a la Policía que aquel hombre tenía la piel oscura. "Dijo que no era nórdico pero tampoco africano, sino un término medio", ha precisado. Pero un bombero afirmó que el hombre tenía la piel clara --como Breivik-- y que llevaba un uniforme de policía falso y un casco oscuro.
Aunque la Policía no hizo públicas las descripciones, muchas personas presumieron que el atentado era obra de Al Qaeda u otro grupo islamista.
Los expertos forenses de la Policía han señalado este martes que la mayoría de los fallecidos por la explosión quedaron desmembrados. La víctima que se encontraba más cerca de la bomba era un abogado del Ministerio de Justicia Jon Vegard Lervaag. "No se puede pensar que Lervaag fue consciente siquiera de que se había producido una explosión", ha comentado el técnico forense Arne Stray-Pedersen.