Una masacre que complica más la impopular "guerra de Obama"
BBC Mundo
Los asesinatos se produjeron la madrugada del domingo en dos pueblos en la región de Kandahar.
Todo parece indicar que el soldado abandonó su base militar a primeras horas de la mañana y entró en varias casas, donde disparó contra sus habitantes. Nueve niños están entre las víctimas mortales.
Y el incidente ha ampliado la brecha existente entre Kabul y Washington, ya profundizada por la quema de ejemplares del Corán por parte de militares estadounidenses. Un evento que desencadenó semanas de protestas en todo el país que dejaron al menos 40 muertos.
El presidente Obama se comunicó el domingo vía telefónica con su homologo afgano Hamid Karzai y le prometió una investigación completa del incidente, catalogado como la peor atrocidad cometida por militares estadounidenses contra la población civil en una década de guerra.
Pero su oferta podría no ayudar a calmar los ánimos como no sucedió tampoco con las rápidas disculpas que ofreciera tras descubrirse la quema del libro sagrado musulmán el mes pasado.
Guerra impopular
Cuando en 2009 Obama llegó al poder cambió el foco de la política militar estadounidense de Irak a Afganistán, asegurando que la experiencia iraquí había desvirtuado la anteriormente llamada "guerra contra el terrorismo" que inicio su predecesor George Bush a raíz de los atentados del 11 de septiembre.
Aunque en principio la ciudadanía agradeció el regreso de las tropas, que enfrentaban bajas casi a diario producto de atentados con explosivos, el paralelo aumento del contingente en las operaciones afganas preocupó a muchos.
Poco más de dos años después del cambio de estrategia, la mayoría de la población considera inútil la presencia estadounidense en Afganistán.
Una encuesta del diario The Washington Post y la televisora ABC, publicada este domingo, indica que el 60% de los consultados no creen que valga la pena lo que se está haciendo en Afganistán y favorecen un pronto regreso de las tropas.
Hace una década sólo el 35% dudaba de la utilidad de las operaciones afganas en el apuntalamiento de la seguridad nacional estadounidense.
El 54% de los entrevistados dice querer que EE.UU. salga de la nación asiática, aún cuando las fuerzas afganas no estén preparadas para garantizar la seguridad, en parte porque consideran que los afganos "no valoran" el "esfuerzo" de EE.UU.
La encuesta se realizó entre el 7 y el 10 de marzo, cuando se disipaba la ola de violencia que desató la quema del Corán