Rousseff critica el "tsunami monetario" generado por los países desarrollados
Brasilia, EFE
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, protestó hoy por las políticas monetarias expansionistas que aplican los países más desarrollados para hacer frente a la crisis, las cuales aseguró que han generado un "tsunami monetario" en el mundo.
"Las condiciones de competitividad son adversas, no porque la industria brasileña o el trabajador brasileño no sean productivos, sino porque hay una guerra cambiaria basada en políticas monetarias expansionistas que crean condiciones desiguales", declaró la jefa de Estado durante un acto público.
Rousseff criticó a los países más desarrollados, de los que dijo que "por no tener la debida rigidez fiscal, lanzan billones de dólares de forma muy perversa hacia el resto de los países, sobre todo a aquellos con más crecimiento, que son los emergentes".
Según Rousseff, esas naciones más ricas "compensan su falta de rigidez fiscal con políticas monetarias totalmente inconsecuentes con lo que ellas producen en los mercados mundiales".
Las declaraciones de la mandataria siguen a un anuncio hecho por su Gobierno, en el sentido de que a partir de hoy será ampliado de dos a tres años el plazo de incidencia de un impuesto que grava en un 6 % los préstamos contratados en el exterior.
La decisión, según explicó a periodistas el ministro de Hacienda, Guido Mantega, obedece a la necesidad de inhibir un fuerte ingreso de divisas que mantiene la cotización de la moneda nacional en torno a los 1,70 reales por dólar, tasa que afecta a la industria nacional y encarece las exportaciones.
"Queremos desestimular la entrada de capitales de corto plazo, porque está sobrando mucho dinero y liquidez en el mundo", dijo el ministro.
Mantega sostuvo, al igual que Rousseff, que ese excedente de liquidez se debe a que "los países considerados más desarrollados están emitiendo dinero que no va para el consumidor sino para el sector financiero, que debe aplicar esos recursos" y lo hace en "los mercados emergentes más sólidos", como es el caso de Brasil.
El ministro también reiteró que esos movimientos han generado una "guerra cambiaria" en el mundo, ante la que cual afirmó que el Gobierno de Brasil "no va permanecer impasible".
En las últimas semanas, para impedir una mayor revalorización del real, el Banco Central se ha visto obligado a realizar importantes intervenciones en el mercado cambiario, que no han bastado para atajar la devaluación del dólar ante la moneda brasileña, que ya es del 8,19 % en lo que va de este año, según cálculos del mercado.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, protestó hoy por las políticas monetarias expansionistas que aplican los países más desarrollados para hacer frente a la crisis, las cuales aseguró que han generado un "tsunami monetario" en el mundo.
"Las condiciones de competitividad son adversas, no porque la industria brasileña o el trabajador brasileño no sean productivos, sino porque hay una guerra cambiaria basada en políticas monetarias expansionistas que crean condiciones desiguales", declaró la jefa de Estado durante un acto público.
Rousseff criticó a los países más desarrollados, de los que dijo que "por no tener la debida rigidez fiscal, lanzan billones de dólares de forma muy perversa hacia el resto de los países, sobre todo a aquellos con más crecimiento, que son los emergentes".
Según Rousseff, esas naciones más ricas "compensan su falta de rigidez fiscal con políticas monetarias totalmente inconsecuentes con lo que ellas producen en los mercados mundiales".
Las declaraciones de la mandataria siguen a un anuncio hecho por su Gobierno, en el sentido de que a partir de hoy será ampliado de dos a tres años el plazo de incidencia de un impuesto que grava en un 6 % los préstamos contratados en el exterior.
La decisión, según explicó a periodistas el ministro de Hacienda, Guido Mantega, obedece a la necesidad de inhibir un fuerte ingreso de divisas que mantiene la cotización de la moneda nacional en torno a los 1,70 reales por dólar, tasa que afecta a la industria nacional y encarece las exportaciones.
"Queremos desestimular la entrada de capitales de corto plazo, porque está sobrando mucho dinero y liquidez en el mundo", dijo el ministro.
Mantega sostuvo, al igual que Rousseff, que ese excedente de liquidez se debe a que "los países considerados más desarrollados están emitiendo dinero que no va para el consumidor sino para el sector financiero, que debe aplicar esos recursos" y lo hace en "los mercados emergentes más sólidos", como es el caso de Brasil.
El ministro también reiteró que esos movimientos han generado una "guerra cambiaria" en el mundo, ante la que cual afirmó que el Gobierno de Brasil "no va permanecer impasible".
En las últimas semanas, para impedir una mayor revalorización del real, el Banco Central se ha visto obligado a realizar importantes intervenciones en el mercado cambiario, que no han bastado para atajar la devaluación del dólar ante la moneda brasileña, que ya es del 8,19 % en lo que va de este año, según cálculos del mercado.