Moldavia, el país más pobre de Europa, ya tiene presidente
Moscú, EFE
Moldavia, el país más pobre de Europa, puso hoy fin a casi tres años de crisis política y vacío de poder desde la salida de los comunistas del Gobierno en 2009 al elegir como presidente al candidato independiente Nikolái Timofti.
"Moldavia necesita una idea nacional capaz de unificar a su dividida sociedad. Esa idea debe ser la integración europea. Moldavia debe ser un puente entre Oriente y Occidente", afirmó Timofti, de 63 años, en su intervención ante los diputados.
Timofti, cuya candidatura fue propuesta por la gobernante Alianza por la Integración Europea (AIE), recibió el respaldo de 62 de los 101 diputados del Parlamento, uno más de los tres quintos de los escaños necesarios para ser elegido jefe del Estado.
La AIE cuenta con 59 escaños, por lo que necesitaba el apoyo del grupo parlamentario socialista, que está integrado por tres tránsfugas del opositor Partido de los Comunistas y tenía la llave de la elección presidencial.
Finalmente, tras varios días de incertidumbre, el líder socialista, Ígor Dodon, decidió respaldar la candidatura de Timofti, juez de carrera y hasta ahora presidente del Consejo Supremo de la Magistratura.
"Los socialistas entienden que de sus votos depende la elección de todo el país. Decidimos votar por Timofti porque cumple con todas las exigencias de nuestro partido: no pertenece a ninguna formación política, es ciudadano moldavo y es un estadista", dijo.
Los comunistas (39 escaños) boicotearon la votación y adelantaron que no reconocerán como legítimo al nuevo presidente, ya que aducen que la AIE ha infringido los plazos constitucionales para la elección parlamentaria del jefe del Estado.
"No reconocemos estas elecciones, como no reconocemos el actual Parlamento. Continuaremos las acciones de protesta", dijo Vladímir Voronin, ex presidente y líder comunista, durante una marcha de protesta contra la AIE por el centro de la capital, Chisinau.
Voronin, que encabeza desde hace semanas una multitudinaria campaña de protestas contra el Gobierno, tachó de "Judas" al líder de los socialistas por apoyar la candidatura de Timofti.
En principio, la elección de Timofti pone fin a la profunda crisis institucional en la que está sumido el país desde hace casi tres años debido a la incapacidad de las respectivas coaliciones parlamentarias para elegir al presidente.
"Moldavia estuvo sin presidente durante 917 días, pero Dios puso fin a este difícil período y nos dio a un candidato que será un buen presidente", aseguró el primer ministro, Vlad Filat.
Debido a la imposibilidad de la AIE para lograr la mayoría constitucional en el Legislativo, Moldavia ya tuvo que disolver el Parlamento y convocar comicios generales extraordinarios en 2009 y 2010.
Mientras, miles de moldavos recibieron con júbilo la noticia frente a la sede del Parlamento en Chisinau durante un mitin convocado por la coalición gobernante, que desbancó del poder a los comunistas en julio de 2009.
Timofti, que es el cuarto presidente desde la independencia de la Unión Soviética (1991), aboga por la integración del país en la Unión Europea, aunque matiza que esa aspiración "no debe ir en perjuicio de las relaciones con los vecinos orientales: Ucrania y Rusia".
"Quiero ser el presidente de todo el pueblo y no sólo de la coalición gobernante que me ha propuesto", señaló el candidato, quien es partidario de aprobar una ley sobre la oposición política, "cuyo sitio es el Parlamento y no las calles".
El nuevo líder prometió: "Nunca me he dedicado y no me dedicaré a la política y tampoco pienso participar en actividades partidistas. Quiero ser presidente para unir al país".
"Llego a la dirección del país más pobre de Europa. La lucha contra la pobreza es un gran desafío", subrayó.
Timofti, que fue vicepresidente del Tribunal Supremo de la República Socialista Soviética de Moldavia, es acusado de haber colaborado con el KGB.
"Él nunca ha negado esos vínculos con el KGB soviético. Formalmente es independiente, pero es un rehén de la AIE. No será un presidente autónomo. Es un hombre de la oligarquía empresarial", dijo a Efe Alexéi Tulbure, antiguo portavoz del Partido Democrático.
En febrero el Gobierno moldavo y el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, firmaron el protocolo sobre el inicio de las negociaciones para un acuerdo de libre comercio, cuya primera ronda se celebrará la próxima semana.
Una de las prioridades de Moldavia es lograr la exención de visados para los 3,5 millones de moldavos, vecinos de los Veintisiete desde el ingreso de Rumanía en 2007.
Moldavia, el país más pobre de Europa, puso hoy fin a casi tres años de crisis política y vacío de poder desde la salida de los comunistas del Gobierno en 2009 al elegir como presidente al candidato independiente Nikolái Timofti.
"Moldavia necesita una idea nacional capaz de unificar a su dividida sociedad. Esa idea debe ser la integración europea. Moldavia debe ser un puente entre Oriente y Occidente", afirmó Timofti, de 63 años, en su intervención ante los diputados.
Timofti, cuya candidatura fue propuesta por la gobernante Alianza por la Integración Europea (AIE), recibió el respaldo de 62 de los 101 diputados del Parlamento, uno más de los tres quintos de los escaños necesarios para ser elegido jefe del Estado.
La AIE cuenta con 59 escaños, por lo que necesitaba el apoyo del grupo parlamentario socialista, que está integrado por tres tránsfugas del opositor Partido de los Comunistas y tenía la llave de la elección presidencial.
Finalmente, tras varios días de incertidumbre, el líder socialista, Ígor Dodon, decidió respaldar la candidatura de Timofti, juez de carrera y hasta ahora presidente del Consejo Supremo de la Magistratura.
"Los socialistas entienden que de sus votos depende la elección de todo el país. Decidimos votar por Timofti porque cumple con todas las exigencias de nuestro partido: no pertenece a ninguna formación política, es ciudadano moldavo y es un estadista", dijo.
Los comunistas (39 escaños) boicotearon la votación y adelantaron que no reconocerán como legítimo al nuevo presidente, ya que aducen que la AIE ha infringido los plazos constitucionales para la elección parlamentaria del jefe del Estado.
"No reconocemos estas elecciones, como no reconocemos el actual Parlamento. Continuaremos las acciones de protesta", dijo Vladímir Voronin, ex presidente y líder comunista, durante una marcha de protesta contra la AIE por el centro de la capital, Chisinau.
Voronin, que encabeza desde hace semanas una multitudinaria campaña de protestas contra el Gobierno, tachó de "Judas" al líder de los socialistas por apoyar la candidatura de Timofti.
En principio, la elección de Timofti pone fin a la profunda crisis institucional en la que está sumido el país desde hace casi tres años debido a la incapacidad de las respectivas coaliciones parlamentarias para elegir al presidente.
"Moldavia estuvo sin presidente durante 917 días, pero Dios puso fin a este difícil período y nos dio a un candidato que será un buen presidente", aseguró el primer ministro, Vlad Filat.
Debido a la imposibilidad de la AIE para lograr la mayoría constitucional en el Legislativo, Moldavia ya tuvo que disolver el Parlamento y convocar comicios generales extraordinarios en 2009 y 2010.
Mientras, miles de moldavos recibieron con júbilo la noticia frente a la sede del Parlamento en Chisinau durante un mitin convocado por la coalición gobernante, que desbancó del poder a los comunistas en julio de 2009.
Timofti, que es el cuarto presidente desde la independencia de la Unión Soviética (1991), aboga por la integración del país en la Unión Europea, aunque matiza que esa aspiración "no debe ir en perjuicio de las relaciones con los vecinos orientales: Ucrania y Rusia".
"Quiero ser el presidente de todo el pueblo y no sólo de la coalición gobernante que me ha propuesto", señaló el candidato, quien es partidario de aprobar una ley sobre la oposición política, "cuyo sitio es el Parlamento y no las calles".
El nuevo líder prometió: "Nunca me he dedicado y no me dedicaré a la política y tampoco pienso participar en actividades partidistas. Quiero ser presidente para unir al país".
"Llego a la dirección del país más pobre de Europa. La lucha contra la pobreza es un gran desafío", subrayó.
Timofti, que fue vicepresidente del Tribunal Supremo de la República Socialista Soviética de Moldavia, es acusado de haber colaborado con el KGB.
"Él nunca ha negado esos vínculos con el KGB soviético. Formalmente es independiente, pero es un rehén de la AIE. No será un presidente autónomo. Es un hombre de la oligarquía empresarial", dijo a Efe Alexéi Tulbure, antiguo portavoz del Partido Democrático.
En febrero el Gobierno moldavo y el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, firmaron el protocolo sobre el inicio de las negociaciones para un acuerdo de libre comercio, cuya primera ronda se celebrará la próxima semana.
Una de las prioridades de Moldavia es lograr la exención de visados para los 3,5 millones de moldavos, vecinos de los Veintisiete desde el ingreso de Rumanía en 2007.