Miles de tunecinos se manifiestan en la capital en defensa de un Túnez laico
Túnez, EP
Miles de tunecinos se han manifestado este martes por el centro de la capital tunecina, Túnez, para manifestar su rechazo a los intentos de distintos movimientos políticos por convertir el país en un estado islámico basado en la aplicación de la 'sharia' o ley islámica.
Portando banderas de Túnez, varios miles de personas se manifestaron por la avenida Habib Burguiba, uno de los principales escenarios de las protestas que provocaron el 14 de enero de 2011 la dimisión del hasta entonces presidente, Zine al Abidine Ben Ali.
"Hemos venido para advertir a aquellos que pretenden cambiar el curso de la revolución de que nos enfrentaremos a ellos", señaló el activista Jaber Ben Hasan, entre cánticos de "El pueblo quiere un estado laico". "Hemos venido aquí para mostrar la victoria del estado laico", señaló.
Aunque los islamistas no tuvieron un papel central en las revueltas que motivaron la renuncia de Ben Alí, la victoria del partido islamista moderado Ennahda en las elecciones parlamentarias de octubre ha llevado a varios dirigentes políticos a asegurar que la Constitución podría incluir la ley islámica o que se defina a Túnez como Estado islámico.
La población laica teme que se imponga la visión de los islamistas, aumentando la presión para que las mujeres tengan la obligación de vestir velo o se prohíba el alcohol en los restaurantes. La actual Carta Magna tunecina indica que el Islam es la religión del Estado, pero no nombra a la 'sharia' como fuente de derecho.
"No permitiremos que una minoría que no estaba presente en la sociedad antes del 14 de enero se imponga a nuestras concepciones", señaló Hala Rafrafi, una manifestante que ha acudido a la marcha. "Está mal que después de 56 años estemos aquí pidiendo un estado laico. Esta cuestión debería haberse decidido ya, pero el Estado debe ser laico", indicó.
Túnez es de mayoría musulmana, aunque algunas de sus leyes --aprobadas por Ben Alí y su predecesor, Habib Burguiba-- permiten la libertad de culto y prohíben distintas manifestaciones religiosas en lugares públicos. Muchas mujeres apoyan estas normas que no les obligan a llevar velo y que defienden sus derechos en cuanto al matrimonio y al divorcio.
Ennahda, que ha formado gobierno con dos partidos laicos, ha asegurado que no pretende prohibir el alcohol o imponer el uso del velo, aunque varios grupos laicos temen que su aproximación a formaciones salafistas le lleve a aprobar leyes basadas en la ley islámica.
La protesta de este martes sucede a una protagonizada la semana pasada por varias asociaciones religiosas que pidieron frente al Parlamento tunecino que Túnez fuese declarado como Estado islámico.
EL PRESIDENTE PIDE UNIDAD
Este martes, coincidiendo con la celebración de la independencia de Túnez de Francia en 1956, el presidente del país norteafricano, Moncef Marzuki, señaló que el nuevo Túnez debe representar a todos los tunecinos y que los diferentes grupos no deben enfrentarse para dificultar la transición política.
"La nación no puede construirse con un solo color", señaló Marzuki, elegido a mediados de diciembre como el primer presidente de Túnez tras la caída de Ben Alí. "Túnez pagará un precio muy alto en sangre y lágrimas si tiene que enfrentarse a extremistas de ambos bandos", advirtió.
Miles de tunecinos se han manifestado este martes por el centro de la capital tunecina, Túnez, para manifestar su rechazo a los intentos de distintos movimientos políticos por convertir el país en un estado islámico basado en la aplicación de la 'sharia' o ley islámica.
Portando banderas de Túnez, varios miles de personas se manifestaron por la avenida Habib Burguiba, uno de los principales escenarios de las protestas que provocaron el 14 de enero de 2011 la dimisión del hasta entonces presidente, Zine al Abidine Ben Ali.
"Hemos venido para advertir a aquellos que pretenden cambiar el curso de la revolución de que nos enfrentaremos a ellos", señaló el activista Jaber Ben Hasan, entre cánticos de "El pueblo quiere un estado laico". "Hemos venido aquí para mostrar la victoria del estado laico", señaló.
Aunque los islamistas no tuvieron un papel central en las revueltas que motivaron la renuncia de Ben Alí, la victoria del partido islamista moderado Ennahda en las elecciones parlamentarias de octubre ha llevado a varios dirigentes políticos a asegurar que la Constitución podría incluir la ley islámica o que se defina a Túnez como Estado islámico.
La población laica teme que se imponga la visión de los islamistas, aumentando la presión para que las mujeres tengan la obligación de vestir velo o se prohíba el alcohol en los restaurantes. La actual Carta Magna tunecina indica que el Islam es la religión del Estado, pero no nombra a la 'sharia' como fuente de derecho.
"No permitiremos que una minoría que no estaba presente en la sociedad antes del 14 de enero se imponga a nuestras concepciones", señaló Hala Rafrafi, una manifestante que ha acudido a la marcha. "Está mal que después de 56 años estemos aquí pidiendo un estado laico. Esta cuestión debería haberse decidido ya, pero el Estado debe ser laico", indicó.
Túnez es de mayoría musulmana, aunque algunas de sus leyes --aprobadas por Ben Alí y su predecesor, Habib Burguiba-- permiten la libertad de culto y prohíben distintas manifestaciones religiosas en lugares públicos. Muchas mujeres apoyan estas normas que no les obligan a llevar velo y que defienden sus derechos en cuanto al matrimonio y al divorcio.
Ennahda, que ha formado gobierno con dos partidos laicos, ha asegurado que no pretende prohibir el alcohol o imponer el uso del velo, aunque varios grupos laicos temen que su aproximación a formaciones salafistas le lleve a aprobar leyes basadas en la ley islámica.
La protesta de este martes sucede a una protagonizada la semana pasada por varias asociaciones religiosas que pidieron frente al Parlamento tunecino que Túnez fuese declarado como Estado islámico.
EL PRESIDENTE PIDE UNIDAD
Este martes, coincidiendo con la celebración de la independencia de Túnez de Francia en 1956, el presidente del país norteafricano, Moncef Marzuki, señaló que el nuevo Túnez debe representar a todos los tunecinos y que los diferentes grupos no deben enfrentarse para dificultar la transición política.
"La nación no puede construirse con un solo color", señaló Marzuki, elegido a mediados de diciembre como el primer presidente de Túnez tras la caída de Ben Alí. "Túnez pagará un precio muy alto en sangre y lágrimas si tiene que enfrentarse a extremistas de ambos bandos", advirtió.