Merkel y Rousseff de acuerdo sobre FMI pero no sobre la política monetaria
Alemania, AFP
La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, aseguró este martes que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, le garantizó que Brasil contribuirá a fortalecer los fondos del FMI para ayudar a la zona euro pese a haber criticado cáusticamente la política monetaria europea y estadounidense.
"Desde la cumbre del G20 de Cannes (noviembre 2011) hemos dicho que estamos de acuerdo en participar en el aumento de los medios del Fondo Monetario Internacional", dijo Rousseff en una comparecencia ante la prensa, tras una visita conjunta al salón tecnológico de Hanóver (noroeste de Alemania), en el que Brasil es este año el invitado de honor.
No obstante, la mandataria de izquierda brasileña lo condicionó a un "aumento de la participación de los países emergentes" en los órganos directivos de la institución en Washington.
Merkel no solo no se opone, sino que ve "muy natural" que se refuerce la influencia de los países emergentes en el FMI, y subrayó en este sentido que Alemania y Brasil están "en gran armonía".
Pero esta armonía no se aplica a la política monetaria, fuertemente criticada por la presidenta de la sexta economía mundial, que en 2011 sufrió una desaceleración en su crecimiento para cerrar en el 2,7% del PIB, debido a la crisis internacional.
En 2012 se espera un crecimiento mayor, entre 4% y 4,5%, y una inflación de 4,5%.
Rousseff reiteró sus "temores por la expansión monetaria en Estados Unidos y en Europa" para luchar contra la crisis de la deuda, al estimar que los europeos están haciendo "una devaluación artificial de su moneda".
Esto perjudica a los países emergentes, en particular al gigante sudamericano, cuya moneda se ha convertido en un valor refugio, apreciándose fuertemente con respecto al dólar y al euro, lo que penaliza sus exportaciones.
"Lo que Brasil quiere con esto es mostrar que está en marcha una forma competitiva de protección de mercado, que es el cambio (...) El cambio es hoy una forma, una forma artificial de protección del mercado", había dicho Rousseff a la prensa.
Merkel dijo "comprender estas preocupaciones" y aseguró que "se trata de una medida temporal".
Desde el inicio de la crisis de la deuda, el Banco Central Europeo (BCE) ha inundado a los bancos de la zona euro con liquidez, manteniendo al mismo tiempo las tasas de interés muy bajas en un intento de reactivar el crédito y la economía, haciendo que la moneda europea sea menos atractiva.
La canciller alemana denunció sin embargo la tentación de responder a esta política mediante el "proteccionismo", en una alusión directa a la reciente subida de los aranceles por Brasil para los vehículos importados.
Las dos mandatarias firmaron el libro de oro digital del pabellón de Microsoft durante la visita a la Feria Internacional de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones, la Cebit, en Hanóver, uno de los mayores eventos en el mundo de la informática que cierra sus puertas el 10 de marzo.
La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, aseguró este martes que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, le garantizó que Brasil contribuirá a fortalecer los fondos del FMI para ayudar a la zona euro pese a haber criticado cáusticamente la política monetaria europea y estadounidense.
"Desde la cumbre del G20 de Cannes (noviembre 2011) hemos dicho que estamos de acuerdo en participar en el aumento de los medios del Fondo Monetario Internacional", dijo Rousseff en una comparecencia ante la prensa, tras una visita conjunta al salón tecnológico de Hanóver (noroeste de Alemania), en el que Brasil es este año el invitado de honor.
No obstante, la mandataria de izquierda brasileña lo condicionó a un "aumento de la participación de los países emergentes" en los órganos directivos de la institución en Washington.
Merkel no solo no se opone, sino que ve "muy natural" que se refuerce la influencia de los países emergentes en el FMI, y subrayó en este sentido que Alemania y Brasil están "en gran armonía".
Pero esta armonía no se aplica a la política monetaria, fuertemente criticada por la presidenta de la sexta economía mundial, que en 2011 sufrió una desaceleración en su crecimiento para cerrar en el 2,7% del PIB, debido a la crisis internacional.
En 2012 se espera un crecimiento mayor, entre 4% y 4,5%, y una inflación de 4,5%.
Rousseff reiteró sus "temores por la expansión monetaria en Estados Unidos y en Europa" para luchar contra la crisis de la deuda, al estimar que los europeos están haciendo "una devaluación artificial de su moneda".
Esto perjudica a los países emergentes, en particular al gigante sudamericano, cuya moneda se ha convertido en un valor refugio, apreciándose fuertemente con respecto al dólar y al euro, lo que penaliza sus exportaciones.
"Lo que Brasil quiere con esto es mostrar que está en marcha una forma competitiva de protección de mercado, que es el cambio (...) El cambio es hoy una forma, una forma artificial de protección del mercado", había dicho Rousseff a la prensa.
Merkel dijo "comprender estas preocupaciones" y aseguró que "se trata de una medida temporal".
Desde el inicio de la crisis de la deuda, el Banco Central Europeo (BCE) ha inundado a los bancos de la zona euro con liquidez, manteniendo al mismo tiempo las tasas de interés muy bajas en un intento de reactivar el crédito y la economía, haciendo que la moneda europea sea menos atractiva.
La canciller alemana denunció sin embargo la tentación de responder a esta política mediante el "proteccionismo", en una alusión directa a la reciente subida de los aranceles por Brasil para los vehículos importados.
Las dos mandatarias firmaron el libro de oro digital del pabellón de Microsoft durante la visita a la Feria Internacional de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones, la Cebit, en Hanóver, uno de los mayores eventos en el mundo de la informática que cierra sus puertas el 10 de marzo.