Los líderes europeos dan un giro hacia el crecimiento
La cumbre convocada para firmar el pacto de austeridad fiscal concluye con un cambio de discurso de los principales mandatarios
Bruselas, El País
Europa comienza a abrazar el crecimiento como idea de futuro frente a la obsesión mantenida hasta ahora con la austeridad fiscal. Sin dejar atrás la necesidad de reequilibrar las cuentas públicas, los líderes europeos han concluido hoy en Bruselas la primera cumbre en la que la crisis financiera no acapara toda la atención. Tanto las conclusiones del encuentro como las declaraciones de los mandatarios apuntalaron la idea de “fomentar el crecimiento y la competitividad” en el continente.
Bajo esos enunciados había, en todo caso, pocas ideas concretas. Los líderes comunitarios piden hacer más atractiva la contratación para los empresarios, mejorar las políticas para el empleo juvenil y fomentar la innovación y el crecimiento. Más allá de esas medidas plasmadas en el documento de conclusiones, el cambio de rumbo fue más visible en los discursos de los jefes de Estado y de Gobierno.
“Es la primera cumbre desde hace al menos medio año que no se centra en la crisis”, celebró el presidente francés, Nicolas Sarkozy. El mandatario recordó que los mercados vuelven a permitir a muchos países europeos financiarse a un precio razonable y concluyó: “Estamos en vías de superar la crisis financiera”. También el primer ministro italiano, Mario Monti, celebró que la cumbre se dedicara al crecimiento y lo atribuyó a que “ahora hay menos tensión respecto al euro”.
Los responsables de las instituciones europeas coincidieron en esa valoración. “Ha sido un Consejo sin dramas, que refuerza la consolidación fiscal pero haciendo hincapié en el crecimiento y el empleo”, explicó el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. José Manuel Barroso, responsable de la Comisión Europea, mencionó como objetivos concretos la creación de planes de empleo juvenil y la financiación de proyectos de pequeñas empresas con fondos del Banco Europeo de Inversiones.
Solo la cauta Angela Merkel matizó algo este discurso al advertir de que los dos próximos años “serán tan cruciales como los dos anteriores”. En su cabeza probablemente resonaba el mensaje que lanzó la noche anterior el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. En la cena posterior a la primera sesión del Consejo, Draghi previno a los socios comunitarios de que la acción extraordinaria que ha adoptado la autoridad monetaria en los últimos meses –inyectar más de un billón de euros en la banca europea a un interés muy bajo- probablemente no vuelva a repetirse y que tendrán que ser los Estados quienes tomen a partir de ahora las riendas para aliviar las tensiones financieras europeas, según informa Reuters.
No hay que olvidar que, aunque los líderes se esfuercen en cambiar el discurso, el Consejo Europeo clausurado hoy ha sido el de la ratificación del tratado que consagra el reequilibrio de las cuentas públicas como motor de la Europa económica. El documento, firmado esta mañana por todos los Estados miembros de la Unión Europea, salvo Reino Unido y República Checa, insta a todos los países a incluir en sus Constituciones, o en normas de rango legal similar, límites muy estrictos al déficit público. En general, los Estados no podrán tener un déficit estructural superior al 0,5% del producto interior bruto o se arriesgan a recibir sanciones incluso del Tribunal Europeo de Justicia.
Además de firmar el pacto, que ahora deberán refrendar cada uno de los países que lo suscriben, los líderes europeos darán su veredicto sobre la mayor potencia del fondo de rescate europeo en la próxima cumbre de finales de marzo en Copenhague, según explicó Van Rompuy. En esa cita, los jefes de Estado y de Gobierno decidirán si amplían la potencia del fondo permanente, algo a lo que Alemania se opone especialmente, aunque en las últimas más jornadas parece más dispuesta a ampliar su dotación hasta 750.000 millones de euros.
Bruselas, El País
Europa comienza a abrazar el crecimiento como idea de futuro frente a la obsesión mantenida hasta ahora con la austeridad fiscal. Sin dejar atrás la necesidad de reequilibrar las cuentas públicas, los líderes europeos han concluido hoy en Bruselas la primera cumbre en la que la crisis financiera no acapara toda la atención. Tanto las conclusiones del encuentro como las declaraciones de los mandatarios apuntalaron la idea de “fomentar el crecimiento y la competitividad” en el continente.
Bajo esos enunciados había, en todo caso, pocas ideas concretas. Los líderes comunitarios piden hacer más atractiva la contratación para los empresarios, mejorar las políticas para el empleo juvenil y fomentar la innovación y el crecimiento. Más allá de esas medidas plasmadas en el documento de conclusiones, el cambio de rumbo fue más visible en los discursos de los jefes de Estado y de Gobierno.
“Es la primera cumbre desde hace al menos medio año que no se centra en la crisis”, celebró el presidente francés, Nicolas Sarkozy. El mandatario recordó que los mercados vuelven a permitir a muchos países europeos financiarse a un precio razonable y concluyó: “Estamos en vías de superar la crisis financiera”. También el primer ministro italiano, Mario Monti, celebró que la cumbre se dedicara al crecimiento y lo atribuyó a que “ahora hay menos tensión respecto al euro”.
Los responsables de las instituciones europeas coincidieron en esa valoración. “Ha sido un Consejo sin dramas, que refuerza la consolidación fiscal pero haciendo hincapié en el crecimiento y el empleo”, explicó el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. José Manuel Barroso, responsable de la Comisión Europea, mencionó como objetivos concretos la creación de planes de empleo juvenil y la financiación de proyectos de pequeñas empresas con fondos del Banco Europeo de Inversiones.
Solo la cauta Angela Merkel matizó algo este discurso al advertir de que los dos próximos años “serán tan cruciales como los dos anteriores”. En su cabeza probablemente resonaba el mensaje que lanzó la noche anterior el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. En la cena posterior a la primera sesión del Consejo, Draghi previno a los socios comunitarios de que la acción extraordinaria que ha adoptado la autoridad monetaria en los últimos meses –inyectar más de un billón de euros en la banca europea a un interés muy bajo- probablemente no vuelva a repetirse y que tendrán que ser los Estados quienes tomen a partir de ahora las riendas para aliviar las tensiones financieras europeas, según informa Reuters.
No hay que olvidar que, aunque los líderes se esfuercen en cambiar el discurso, el Consejo Europeo clausurado hoy ha sido el de la ratificación del tratado que consagra el reequilibrio de las cuentas públicas como motor de la Europa económica. El documento, firmado esta mañana por todos los Estados miembros de la Unión Europea, salvo Reino Unido y República Checa, insta a todos los países a incluir en sus Constituciones, o en normas de rango legal similar, límites muy estrictos al déficit público. En general, los Estados no podrán tener un déficit estructural superior al 0,5% del producto interior bruto o se arriesgan a recibir sanciones incluso del Tribunal Europeo de Justicia.
Además de firmar el pacto, que ahora deberán refrendar cada uno de los países que lo suscriben, los líderes europeos darán su veredicto sobre la mayor potencia del fondo de rescate europeo en la próxima cumbre de finales de marzo en Copenhague, según explicó Van Rompuy. En esa cita, los jefes de Estado y de Gobierno decidirán si amplían la potencia del fondo permanente, algo a lo que Alemania se opone especialmente, aunque en las últimas más jornadas parece más dispuesta a ampliar su dotación hasta 750.000 millones de euros.