La Policía noruega pide disculpas por su actuación en la matanza de Utoya
Oslo, EP
La Policía de Noruega ha pedido disculpas por su lenta actuación para detener la matanza en la isla de Utoya, donde murieron el pasado verano 69 personas a manos del ultraderechista Anders Behring Breivik, que previamente había hecho explotar un coche bomba en el centro de Oslo.
"En nombre de la Policía noruega, me gustaría pedir perdón por no lograr frenar antes al atacante", ha declarado el director del cuerpo, Oeystein Maeland, durante una comparecencia pública tras entregar un informe relativo a las actuaciones del 22 de julio del año pasado y en el que se recogen decenas de recomendaciones para futuros despliegues.
Como principales motivos de la demora, la Policía ha citado los fallos en la comunicación y la sobrecarga de una lancha en la que los agentes trataban de llegar hasta la isla, donde esos días se celebraba un campamento del Partido Laborista.
No en vano, desde que comenzaron los disparos en Utoya, la unidad de fuerzas especiales tardó alrededor de una hora en llegar, moviéndose primero en coche y después en barco. Breivik, de 33 años, se rindió sin ofrecer resistencia tras la llegada de los agentes.
"Cada minuto fue demasiado largo", ha lamentado Maeland, que considera "una pesada carga" pensar en las vidas que podrían haberse salvado si hubiesen capturado antes a Breivik.
Las familias de las víctimas han criticado la actuación de las fuerzas de seguridad y denunciado, entre otras cuestiones, la cantidad de policías que se encontraban de vacaciones y que no estuviese disponible un helicóptero.
El juicio contra el autor confeso de la masacre, imputado por cargos de terrorismo y asesinato, está previsto que comience el próximo 16 de abril. Las autoridades están realizando un segundo examen psiquiátrico para tratar de determinar si es apto para ser juzgado, después de que una primera evaluación le diagnosticase como psicótico.
La Policía de Noruega ha pedido disculpas por su lenta actuación para detener la matanza en la isla de Utoya, donde murieron el pasado verano 69 personas a manos del ultraderechista Anders Behring Breivik, que previamente había hecho explotar un coche bomba en el centro de Oslo.
"En nombre de la Policía noruega, me gustaría pedir perdón por no lograr frenar antes al atacante", ha declarado el director del cuerpo, Oeystein Maeland, durante una comparecencia pública tras entregar un informe relativo a las actuaciones del 22 de julio del año pasado y en el que se recogen decenas de recomendaciones para futuros despliegues.
Como principales motivos de la demora, la Policía ha citado los fallos en la comunicación y la sobrecarga de una lancha en la que los agentes trataban de llegar hasta la isla, donde esos días se celebraba un campamento del Partido Laborista.
No en vano, desde que comenzaron los disparos en Utoya, la unidad de fuerzas especiales tardó alrededor de una hora en llegar, moviéndose primero en coche y después en barco. Breivik, de 33 años, se rindió sin ofrecer resistencia tras la llegada de los agentes.
"Cada minuto fue demasiado largo", ha lamentado Maeland, que considera "una pesada carga" pensar en las vidas que podrían haberse salvado si hubiesen capturado antes a Breivik.
Las familias de las víctimas han criticado la actuación de las fuerzas de seguridad y denunciado, entre otras cuestiones, la cantidad de policías que se encontraban de vacaciones y que no estuviese disponible un helicóptero.
El juicio contra el autor confeso de la masacre, imputado por cargos de terrorismo y asesinato, está previsto que comience el próximo 16 de abril. Las autoridades están realizando un segundo examen psiquiátrico para tratar de determinar si es apto para ser juzgado, después de que una primera evaluación le diagnosticase como psicótico.