La esposa de Robert Bales no cree que su marido ejecutara la matanza de Kandahar
Nueva York, EP
La esposa del sargento del Ejército estadounidense acusado de haber asesinado a 17 civiles afganos el pasado 11 de marzo en la provincia de Kandahar (sur de Afganistán) ha dicho que no cree que su marido sea el autor de la masacre porque es como "un niño grande" y por eso no puede haber hecho daño a niños.
El sargento Robert Bales, que tiene 38 años de edad y ha estado desplegado en cuatro ocasiones en Irak y Afganistán, fue acusado la semana pasada de 17 cargos de asesinato por matar a ocho adultos y nueve niños y seis cargos de agresión y otros seis de intento de asesinato por agredir a otros dos adultos y cuatro niños.
Si lo declaran culpable de alguno de los cargos de asesinato, podría ser condenado a muerte, pero no se ha ejecutado a ningún militar estadounidense desde 1961, cuando un soldado fue ahorcado tras haber sido sentenciado por violar a una niña en Austria. Muchos expertos creen que Bales será condenado a cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional, la pena mínima en casos de asesinato premeditado.
Para que lo sentenciasen a muerte, tendrían que pedirlo los doce miembros que conformarán el jurado. El juicio, que probablemente comenzará dentro de varios meses, se celebrará en una base militar situada al suroeste de Tacoma, en el estado de Washington.
Su esposa, Karilyn Bales, que se encuentra junto a sus hijos en una base militar del estado de Washington donde están protegidos, declaró este lunes a la cadena de televisión NBC que habló dos veces con su marido hace poco pero no le preguntó de qué manera estaba implicado en los ataques porque sabía que la conversación estaba siendo grabada. "No creo que nada me haga dejar de pensar que no lo hizo (...), esto no es lo que parece", afirmó.
Al parecer, Robert Bales salió de su base por la mañana y mató a tiros a los civiles mientras dormían. Se cree que lo hizo en dos momentos y que entre uno y otro volvió a la base.
"No creo que esté implicado" y, aunque "no tengo la información suficiente (...), él no es así", indicó su mujer. John Henry Browne, abogado del militar estadounidense, dijo a NBC que su cliente "está como en 'shock'". "Se emociona mucho, es como un ciervo ante unos faros", señaló.
Actualmente se encuentra en una prisión militar de Kansas, en el centro de Estados Unidos, y su abogado ha adelantado que en el juicio se abordará la cuestión de la salud mental de Bales, que, al parecer, solo recuerda lo que ocurrió antes y después de los ataques.
Bales estuvo de servicio en Irak en tres ocasiones antes de que lo destinasen a Afganistán. Su esposa piensa que estaba preparado para ir al país centroasiático y asegura que no vio ningún signo que revelase un posible estrés postraumático o que pusiese de manifiesto el traumatismo craneoencefálico que Bales sufrió, supuestamente, durante una de sus misiones.
"Me protegía mucho de lo que estaba pasando, es un tipo muy duro", afirmó la mujer. "No sé mucho de los síntomas del estrés postraumático (...), pero no tiene pesadillas", añadió Karilyn Bales, que reconoció que el periodo que pasó su marido en Afganistán --adonde llegó el pasado diciembre-- fue "más intenso" que sus despliegues en Irak.
La esposa del sargento del Ejército estadounidense acusado de haber asesinado a 17 civiles afganos el pasado 11 de marzo en la provincia de Kandahar (sur de Afganistán) ha dicho que no cree que su marido sea el autor de la masacre porque es como "un niño grande" y por eso no puede haber hecho daño a niños.
El sargento Robert Bales, que tiene 38 años de edad y ha estado desplegado en cuatro ocasiones en Irak y Afganistán, fue acusado la semana pasada de 17 cargos de asesinato por matar a ocho adultos y nueve niños y seis cargos de agresión y otros seis de intento de asesinato por agredir a otros dos adultos y cuatro niños.
Si lo declaran culpable de alguno de los cargos de asesinato, podría ser condenado a muerte, pero no se ha ejecutado a ningún militar estadounidense desde 1961, cuando un soldado fue ahorcado tras haber sido sentenciado por violar a una niña en Austria. Muchos expertos creen que Bales será condenado a cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional, la pena mínima en casos de asesinato premeditado.
Para que lo sentenciasen a muerte, tendrían que pedirlo los doce miembros que conformarán el jurado. El juicio, que probablemente comenzará dentro de varios meses, se celebrará en una base militar situada al suroeste de Tacoma, en el estado de Washington.
Su esposa, Karilyn Bales, que se encuentra junto a sus hijos en una base militar del estado de Washington donde están protegidos, declaró este lunes a la cadena de televisión NBC que habló dos veces con su marido hace poco pero no le preguntó de qué manera estaba implicado en los ataques porque sabía que la conversación estaba siendo grabada. "No creo que nada me haga dejar de pensar que no lo hizo (...), esto no es lo que parece", afirmó.
Al parecer, Robert Bales salió de su base por la mañana y mató a tiros a los civiles mientras dormían. Se cree que lo hizo en dos momentos y que entre uno y otro volvió a la base.
"No creo que esté implicado" y, aunque "no tengo la información suficiente (...), él no es así", indicó su mujer. John Henry Browne, abogado del militar estadounidense, dijo a NBC que su cliente "está como en 'shock'". "Se emociona mucho, es como un ciervo ante unos faros", señaló.
Actualmente se encuentra en una prisión militar de Kansas, en el centro de Estados Unidos, y su abogado ha adelantado que en el juicio se abordará la cuestión de la salud mental de Bales, que, al parecer, solo recuerda lo que ocurrió antes y después de los ataques.
Bales estuvo de servicio en Irak en tres ocasiones antes de que lo destinasen a Afganistán. Su esposa piensa que estaba preparado para ir al país centroasiático y asegura que no vio ningún signo que revelase un posible estrés postraumático o que pusiese de manifiesto el traumatismo craneoencefálico que Bales sufrió, supuestamente, durante una de sus misiones.
"Me protegía mucho de lo que estaba pasando, es un tipo muy duro", afirmó la mujer. "No sé mucho de los síntomas del estrés postraumático (...), pero no tiene pesadillas", añadió Karilyn Bales, que reconoció que el periodo que pasó su marido en Afganistán --adonde llegó el pasado diciembre-- fue "más intenso" que sus despliegues en Irak.