La escalada del precio del petróleo inquieta cada vez más en EE.UU.
Nueva York, EFE
Los consumidores estadounidenses están cada vez más preocupados por el constante aumento del precio del petróleo, que ha ocasionado que la gasolina se haya disparado el 14 % en lo que va de año y que, según advierten algunos analistas, puede llegar a amenazar la recuperación económica del país.
"Cuando el precio de la gasolina sea muy doloroso empezará a afectar a la demanda en Estados Unidos, y de hecho ya estamos constatando que es menor a la del año pasado", explicó hoy a Efe el analista de la firma de información energética Platts Jeff Mower.
El precio del Petróleo Intermedio de Texas (WTI), de referencia en Estados Unidos, se ha encarecido el 10 % desde que comenzó el año y hoy se mantenía por encima de los 107 dólares por barril, con lo que ronda cotas que se asemejan a las registradas el año pasado tras el estallido de la "primavera árabe".
Las tensiones en países productores de petróleo como las que se vieron hace un año en Libia o las que protagonizan ahora EE.UU. y otros países occidentales con Irán han empujado con fuerza los precios del crudo, por lo que algunos analistas temen que afecte a la marcha de la economía del mayor consumidor energético del mundo.
"Si los precios se mantienen así, podrían poner en peligro la recuperación estadounidense, algunos analistas incluso creen que la crisis de 2008 fue precisamente consecuencia de los elevados precios del petróleo", aseguró Mower, quien no prevé que el crudo vaya a bajar "en el futuro cercano".
El encarecimiento del barril está afectando particularmente a los consumidores estadounidenses, que han visto cómo llenar el depósito de sus vehículos se ha disparado el 14,05 % en lo que va de año y se acerca ya a la simbólica cota de los 4 dólares por galón (3,78 litros) de media.
En concreto, este viernes el precio de la gasolina en EE.UU. se colocaba en 3,74 dólares por galón, según el informe diario que realiza la firma AAA, muy por encima de los 3,28 dólares a los que comenzó el año, lo que asusta a consumidores y políticos en un país que depende enormemente del automóvil.
De hecho, la gasolina se sitúa ya a niveles que no suelen verse en este país hasta verano, cuando los estadounidenses se lanzan a las carreteras por vacaciones, por lo que los pronósticos de que llegue a alcanzar los 5 dólares no parecen disparatados.
Los analistas coinciden en que detrás de la escala del crudo está la crisis iraní, en concreto el embargo que la Unión Europea (UE) implementará a partir del 1 de julio sobre el petróleo de ese país en represalia por el programa nuclear de la antigua Persia, que la comunidad internacional sospecha que tiene fines militares.
Sin embargo, para el economista jefe de análisis económico en Estados Unidos de Natixis, Evariste Lefeuvre, más allá de ese embargo lo que podría provocar un verdadero "colapso" en el suministro de crudo y por lo tanto en su precio sería que Irán materializase sus amenazas de cerrar el Estrecho de Ormuz.
"Si hay un conflicto en ese estrecho y no puede ser utilizado para transportar el crudo que pasa diariamente por allí (el 20 % del suministro global), entonces no estaríamos hablando del petróleo a 150 ó 170 dólares por barril, sino que se podría ir hasta los 250 dólares", aseguró Lefeuvre.
El embargo de la UE (que compra alrededor del 20 % de los más de 2 millones de barriles de crudo diarios que exporta Irán) y las sanciones anunciadas por Estados Unidos a las empresas que compren petróleo iraní, están presionando al alza aún más a una materia prima que ya se enfrenta a otras presiones estructurales.
Por un lado, el robusto crecimiento económico de países emergentes como China, que consume 10 millones de barriles de petróleo cada día, y por otro, la utilización del "oro negro" como un instrumento financiero que fluctúa al son de los mercados de valores.
"Los precios del petróleo no son un reflejo puro del rendimiento económico a nivel mundial, sino que reflejan también los nuevos artificios financieros, influidos por la demanda de inversores y fondos de alto riesgo", constató el economista de Natixis.
En un reciente artículo de opinión, el senador independiente por Vermont Bernie Sanders aseguró que el propio consejero delegado de la petrolera Exxon-Mobil cifró en un 40 % el impacto que tiene sobre el precio del crudo la especulación en los mercados.
"Mientras los especuladores hacen sus apuestas, millones de estadounidenses están pagando lo que supone un 'impuesto especulativo' para alimentar la avaricia de Wall Street", aseguraba Sanders.
El senador se suma así a las críticas de los aspirantes a la candidatura republicana contra el presidente estadounidense por los elevados precios de la gasolina, a las que Barack Obama respondió este mismo mes con una nueva estrategia energética que incluye ampliar la explotación de yacimientos de hidrocarburos del país.
Los consumidores estadounidenses están cada vez más preocupados por el constante aumento del precio del petróleo, que ha ocasionado que la gasolina se haya disparado el 14 % en lo que va de año y que, según advierten algunos analistas, puede llegar a amenazar la recuperación económica del país.
"Cuando el precio de la gasolina sea muy doloroso empezará a afectar a la demanda en Estados Unidos, y de hecho ya estamos constatando que es menor a la del año pasado", explicó hoy a Efe el analista de la firma de información energética Platts Jeff Mower.
El precio del Petróleo Intermedio de Texas (WTI), de referencia en Estados Unidos, se ha encarecido el 10 % desde que comenzó el año y hoy se mantenía por encima de los 107 dólares por barril, con lo que ronda cotas que se asemejan a las registradas el año pasado tras el estallido de la "primavera árabe".
Las tensiones en países productores de petróleo como las que se vieron hace un año en Libia o las que protagonizan ahora EE.UU. y otros países occidentales con Irán han empujado con fuerza los precios del crudo, por lo que algunos analistas temen que afecte a la marcha de la economía del mayor consumidor energético del mundo.
"Si los precios se mantienen así, podrían poner en peligro la recuperación estadounidense, algunos analistas incluso creen que la crisis de 2008 fue precisamente consecuencia de los elevados precios del petróleo", aseguró Mower, quien no prevé que el crudo vaya a bajar "en el futuro cercano".
El encarecimiento del barril está afectando particularmente a los consumidores estadounidenses, que han visto cómo llenar el depósito de sus vehículos se ha disparado el 14,05 % en lo que va de año y se acerca ya a la simbólica cota de los 4 dólares por galón (3,78 litros) de media.
En concreto, este viernes el precio de la gasolina en EE.UU. se colocaba en 3,74 dólares por galón, según el informe diario que realiza la firma AAA, muy por encima de los 3,28 dólares a los que comenzó el año, lo que asusta a consumidores y políticos en un país que depende enormemente del automóvil.
De hecho, la gasolina se sitúa ya a niveles que no suelen verse en este país hasta verano, cuando los estadounidenses se lanzan a las carreteras por vacaciones, por lo que los pronósticos de que llegue a alcanzar los 5 dólares no parecen disparatados.
Los analistas coinciden en que detrás de la escala del crudo está la crisis iraní, en concreto el embargo que la Unión Europea (UE) implementará a partir del 1 de julio sobre el petróleo de ese país en represalia por el programa nuclear de la antigua Persia, que la comunidad internacional sospecha que tiene fines militares.
Sin embargo, para el economista jefe de análisis económico en Estados Unidos de Natixis, Evariste Lefeuvre, más allá de ese embargo lo que podría provocar un verdadero "colapso" en el suministro de crudo y por lo tanto en su precio sería que Irán materializase sus amenazas de cerrar el Estrecho de Ormuz.
"Si hay un conflicto en ese estrecho y no puede ser utilizado para transportar el crudo que pasa diariamente por allí (el 20 % del suministro global), entonces no estaríamos hablando del petróleo a 150 ó 170 dólares por barril, sino que se podría ir hasta los 250 dólares", aseguró Lefeuvre.
El embargo de la UE (que compra alrededor del 20 % de los más de 2 millones de barriles de crudo diarios que exporta Irán) y las sanciones anunciadas por Estados Unidos a las empresas que compren petróleo iraní, están presionando al alza aún más a una materia prima que ya se enfrenta a otras presiones estructurales.
Por un lado, el robusto crecimiento económico de países emergentes como China, que consume 10 millones de barriles de petróleo cada día, y por otro, la utilización del "oro negro" como un instrumento financiero que fluctúa al son de los mercados de valores.
"Los precios del petróleo no son un reflejo puro del rendimiento económico a nivel mundial, sino que reflejan también los nuevos artificios financieros, influidos por la demanda de inversores y fondos de alto riesgo", constató el economista de Natixis.
En un reciente artículo de opinión, el senador independiente por Vermont Bernie Sanders aseguró que el propio consejero delegado de la petrolera Exxon-Mobil cifró en un 40 % el impacto que tiene sobre el precio del crudo la especulación en los mercados.
"Mientras los especuladores hacen sus apuestas, millones de estadounidenses están pagando lo que supone un 'impuesto especulativo' para alimentar la avaricia de Wall Street", aseguraba Sanders.
El senador se suma así a las críticas de los aspirantes a la candidatura republicana contra el presidente estadounidense por los elevados precios de la gasolina, a las que Barack Obama respondió este mismo mes con una nueva estrategia energética que incluye ampliar la explotación de yacimientos de hidrocarburos del país.