Honduras: protestan por atraso en entrega de cuerpos de reos muertos
TEGUCIGALPA, AFP
Unos 200 familiares de los 361 reos que murieron el 14 de febrero en un incendio en el penal de Comayagua, en el centro de Honduras, marcharon este jueves en Tegucigalpa en protesta por el atraso en la entrega de los cuerpos. "Justicia, justicia", coreaban los manifestantes, que salieron del albergue que les dio el gobierno en el Instituto de Formación Profesional hasta la iglesia de Suyapa, ambos al este de la capital, en un recorrido de unos 5 km.
"Ya estamos llegando casi al mes (del incendio) y sólo han entregado 110 cadáveres; no nos vamos a quedar aquí toda la vida", dijo a la AFP uno de los organizadores de la caminata, Dennis Valladares, cuyo hermano, Franklin Geovani (23), pereció en el incendio en la prisión, situada 90 km al norte de Tegucigalpa.
Valladares lamenta que su hermano pudo haberse salvado si el sistema penitenciario fuera más eficiente, pues desde el 12 de diciembre del 2011 había cumplido una sentencia de cuatro años por robo pero no le habían dado la libertad por negliencia de las autoridades.
Valladares dijo que los funcionarios de medicina forense del Ministerio Público argumentan que "es difícil la identificación", porque la mayoría de los reos murieron incinerados, pero aún así considera que el proceso ha sido "demasiado lento".
Muchos de los familiares de las víctimas claman "justicia", porque no creen en el informe del equipo de investigación de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, siglas en inglés) de Estados Unidos, que atribuye el incendio a un accidente.
"La causa del fuego se cree (pudo) haber sido una llama abierta (el origen del cual podría incluirse, pero no se limita a un cigarro, un encendedor, fósforos etc.), aunque la fuente real de la ignición no fue recuperada", señaló el informe preliminar del organismo, que hizo la investigación a pedido del gobierno hondureño.
La embajadora de Estados Unidos en Honduras, Lisa Kubiske, advirtió este jueves que el equipo de ATF también estableció que hubo "negligencia y violación de la ley" por parte de las autoridades carcelarias.
"En la celda 6 (donde los expertos ubican el origen del incendio) había 105 personas, solo sobrevivieron cinco ¿y no iban a poder apagar el fuego cuando empezó? Un cigarro no puede hacer eso", aseguró el activista de los familiares de los reos fallecidos.
Gladys Martínez, de 31 años, cargaba en su espalda una cruz de madera forrada con fotografías de las víctimas y con ella entró caminando de rodillas hasta el altar de la Virgen de Suyapa, patrona de Honduras, acompañada por su esposo, Pablo Martínez.
Ambos reclaman el cuerpo de Oscar Martínez, hermano de Pablo, quien tenía ocho años de estar preso en Camayagua por el robo de un teléfono celular, según relató Gladys a la AFP.
"Nos han dejado con esta pesada cruz a cuestas porque no podemos tener en la sepultura a nuestros seres queridos, como Dios manda. Va demasiado lenta la indentificación pero los cuerpos identificados tampoco los entregan; estamos sufriendo el doble", se quejó.
Unos 200 familiares de los 361 reos que murieron el 14 de febrero en un incendio en el penal de Comayagua, en el centro de Honduras, marcharon este jueves en Tegucigalpa en protesta por el atraso en la entrega de los cuerpos. "Justicia, justicia", coreaban los manifestantes, que salieron del albergue que les dio el gobierno en el Instituto de Formación Profesional hasta la iglesia de Suyapa, ambos al este de la capital, en un recorrido de unos 5 km.
"Ya estamos llegando casi al mes (del incendio) y sólo han entregado 110 cadáveres; no nos vamos a quedar aquí toda la vida", dijo a la AFP uno de los organizadores de la caminata, Dennis Valladares, cuyo hermano, Franklin Geovani (23), pereció en el incendio en la prisión, situada 90 km al norte de Tegucigalpa.
Valladares lamenta que su hermano pudo haberse salvado si el sistema penitenciario fuera más eficiente, pues desde el 12 de diciembre del 2011 había cumplido una sentencia de cuatro años por robo pero no le habían dado la libertad por negliencia de las autoridades.
Valladares dijo que los funcionarios de medicina forense del Ministerio Público argumentan que "es difícil la identificación", porque la mayoría de los reos murieron incinerados, pero aún así considera que el proceso ha sido "demasiado lento".
Muchos de los familiares de las víctimas claman "justicia", porque no creen en el informe del equipo de investigación de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, siglas en inglés) de Estados Unidos, que atribuye el incendio a un accidente.
"La causa del fuego se cree (pudo) haber sido una llama abierta (el origen del cual podría incluirse, pero no se limita a un cigarro, un encendedor, fósforos etc.), aunque la fuente real de la ignición no fue recuperada", señaló el informe preliminar del organismo, que hizo la investigación a pedido del gobierno hondureño.
La embajadora de Estados Unidos en Honduras, Lisa Kubiske, advirtió este jueves que el equipo de ATF también estableció que hubo "negligencia y violación de la ley" por parte de las autoridades carcelarias.
"En la celda 6 (donde los expertos ubican el origen del incendio) había 105 personas, solo sobrevivieron cinco ¿y no iban a poder apagar el fuego cuando empezó? Un cigarro no puede hacer eso", aseguró el activista de los familiares de los reos fallecidos.
Gladys Martínez, de 31 años, cargaba en su espalda una cruz de madera forrada con fotografías de las víctimas y con ella entró caminando de rodillas hasta el altar de la Virgen de Suyapa, patrona de Honduras, acompañada por su esposo, Pablo Martínez.
Ambos reclaman el cuerpo de Oscar Martínez, hermano de Pablo, quien tenía ocho años de estar preso en Camayagua por el robo de un teléfono celular, según relató Gladys a la AFP.
"Nos han dejado con esta pesada cruz a cuestas porque no podemos tener en la sepultura a nuestros seres queridos, como Dios manda. Va demasiado lenta la indentificación pero los cuerpos identificados tampoco los entregan; estamos sufriendo el doble", se quejó.