El sargento de la matanza de Afganistán se enfrenta a la pena de muerte
La fiscalía militar presenta 29 cargos, 17 de ellos por asesinato
El Pentágono añade seis cargos por intento de asesinato a dos adultos y cuatro niños
Washington, El País
La fiscalía militar de Estados Unidos presentó este viernes 29 cargos contra el sargento Robert Bales por la matanza de Kandahar, 17 de ellos por asesinato, al considerar que los homicidios se efectuaron con premeditación. Se le acusa de abandonar su base el 11 de marzo con la intención de provocar una masacre, de aniquilar a 17 civiles y de intentar matar a otros seis. La pena máxima por cada uno de los cargos de asesinato es la de muerte.
La masacre ha dejado las relaciones entre Kabul y Washington en uno de sus peores momentos desde que comenzara la guerra en 2001. Fuentes de la investigación dijeron ayer que ésta sigue abierta, y que los fiscales aun pueden presentar cargos adicionales. En un principio, el Departamento de Defensa dijo que los muertos eran 16. Ayer amplió el número de víctimas en una.
El Pentágono confirmó ayer que, de las víctimas, nueve eran niños y ocho, adultos. Bales los aniquiló empleando las dos armas que portaba: un revólver de nueve milímetros y un fusil de asalto automático M4. Quemó algunos de los cuerpos, después de amontonarlos. También intentó matar, sin lograrlo, a un hombre, una mujer, y otros cuatro niños, a los que dejó heridos, según la fiscalía.
Según el Código Uniforme de Justicia Militar de EE UU, el homicidio premeditado conlleva una pena máxima de muerte. Los fiscales militares deberán solicitar la condena formalmente cuando comience el consejo de guerra, después de una investigación judicial en el que un magistrado debe decidir si hay pruebas suficientes para abrir el juicio. Ese proceso puede demorarse aun meses.
El abogado civil de Bales, John Henry Browne, ha dicho, después de entrevistarse con su cliente, que éste no recuerda en su totalidad los hechos del pasado 11 de marzo y ha dado indicaciones de que puede alegar inestabilidad mental en el juicio. Ha recordado, además, que el sargento no ha confesado los asesinatos. En 2010, en Irak, sufrió unaccidente de coche que le provocó una lesión cerebral.
Además del abogado civil, contratado por su familia, Bales tiene a su disposición dos abogados militares. Tanto la fiscalía como los jueces que participen en el proceso serán, todos, soldados. Hay siete soldados norteamericanos condenados a la pena capital, entre ellos Hasan Akhbar, acusado de matar a dos compañeros de filas en Kuwait en 2003. La última ejecución de ese tipo en el Ejército de EE UU tuvo lugar en 1961.
El Pentágono añade seis cargos por intento de asesinato a dos adultos y cuatro niños
Washington, El País
La fiscalía militar de Estados Unidos presentó este viernes 29 cargos contra el sargento Robert Bales por la matanza de Kandahar, 17 de ellos por asesinato, al considerar que los homicidios se efectuaron con premeditación. Se le acusa de abandonar su base el 11 de marzo con la intención de provocar una masacre, de aniquilar a 17 civiles y de intentar matar a otros seis. La pena máxima por cada uno de los cargos de asesinato es la de muerte.
La masacre ha dejado las relaciones entre Kabul y Washington en uno de sus peores momentos desde que comenzara la guerra en 2001. Fuentes de la investigación dijeron ayer que ésta sigue abierta, y que los fiscales aun pueden presentar cargos adicionales. En un principio, el Departamento de Defensa dijo que los muertos eran 16. Ayer amplió el número de víctimas en una.
El Pentágono confirmó ayer que, de las víctimas, nueve eran niños y ocho, adultos. Bales los aniquiló empleando las dos armas que portaba: un revólver de nueve milímetros y un fusil de asalto automático M4. Quemó algunos de los cuerpos, después de amontonarlos. También intentó matar, sin lograrlo, a un hombre, una mujer, y otros cuatro niños, a los que dejó heridos, según la fiscalía.
Según el Código Uniforme de Justicia Militar de EE UU, el homicidio premeditado conlleva una pena máxima de muerte. Los fiscales militares deberán solicitar la condena formalmente cuando comience el consejo de guerra, después de una investigación judicial en el que un magistrado debe decidir si hay pruebas suficientes para abrir el juicio. Ese proceso puede demorarse aun meses.
El abogado civil de Bales, John Henry Browne, ha dicho, después de entrevistarse con su cliente, que éste no recuerda en su totalidad los hechos del pasado 11 de marzo y ha dado indicaciones de que puede alegar inestabilidad mental en el juicio. Ha recordado, además, que el sargento no ha confesado los asesinatos. En 2010, en Irak, sufrió unaccidente de coche que le provocó una lesión cerebral.
Además del abogado civil, contratado por su familia, Bales tiene a su disposición dos abogados militares. Tanto la fiscalía como los jueces que participen en el proceso serán, todos, soldados. Hay siete soldados norteamericanos condenados a la pena capital, entre ellos Hasan Akhbar, acusado de matar a dos compañeros de filas en Kuwait en 2003. La última ejecución de ese tipo en el Ejército de EE UU tuvo lugar en 1961.