Anders Breivik, acusado formalmente de terrorismo y asesinato premeditado
Oslo, EP
Anders Behring Breivik, el noruego contrario al Islam cuyo atentado con bomba en Oslo y posterior tiroteo en la isla de Utoya conmocionó el pasado verano a Noruega, ha sido formalmente acusado este miércoles de terrorismo y del asesinato premeditado de 77 personas, como paso previo al juicio en su contra que se espera se celebre el próximo mes.
Los fiscales han dicho que inicialmente solicitarán una pena de reclusión en un psiquiátrico para el hombre, de 33 años, que ha admitido los hechos, si bien podrían solicitar 21 años en prisión --la pena máxima en Noruega en casos de asesinato-- si el diagnóstico inicial de psicosis del acusado queda contradicho en un segundo examen.
Breivik ha reconocido que el 22 de julio llevó a cabo el atentado con bomba en el centro de Oslo en el que murieron ocho personas y el tiroteo de horas después en Utoya, una isla próxima a la capital en la que se celebraba un campamento juvenil del gobernante Partido Laborista, en el que murieron otras 69. Sus objetivos, según señaló en una vista preliminar, eran "traidores" que tenían actitudes permisivas hacia los inmigrantes.
"El imputado ha cometido delitos muy serios de una dimensión de la que hasta ahora no teníamos experiencia en nuestra sociedad en los tiempos modernos", ha subrayado este miércoles el fiscal, Svein Holden, ante la prensa.
Según éste, los asesinatos incluyen "circunstancias agravantes" pero no equivalen a crímenes contra la Humanidad según la legislación noruega. Se había especulado con la posibilidad de que Breivik se enfrentara a un cargo de crímenes contra la Humanidad, delito penado con hasta 30 años de cárcel, pero Holden ha explicado a la agencia Reuters que no se aplica cuando se trata de actos cometidos por un individuo, sino cuando se han perpetrado atrocidades "generalizadas y sistemáticas".
Los fiscales y la Policía han presentado formalmente hoy el acta de acusación a Breivik en la prisión en la que se encuentra recluido. En Noruega, la pena máxima convencional por asesinato es de 21 años, pero los tribunales pueden ampliar el periodo bajo custodia de forma indefinida tras esa fecha si se considera que el recluso podría repetir sus delitos.
34 VÍCTIMAS MORTALES TENÍAN MENOS DE 17 AÑOS
Holden ha detallado que Brevik ha sido acusado de intentar asesinar a las 209 personas que resultaron heridas por la explosión de Oslo y las 33 que sufrieron heridas durante el tiroteo de Utoya.
De las 69 víctimas mortales de la isla, 34 tenían menos de 17 años y la más joven tenía solo catorce. La fiscal Inga Bejer Engh ha precisado que 67 de ellas sufrieron "heridas de bala mortales" y que "dos fallecieron al caerse o ahogarse, sin recibir disparos".
El 22 de julio, Breivik aparcó una furgoneta cargada con 950 kilos de fertilizante y diésel frente a la entrada de la oficina del primer ministro noruego y programó el temporizador para que el material explotase al cabo de siete minutos. Previamente había publicado en Internet una serie de escritos --unas 1.500 páginas-- en los que expresaba opiniones en contra de la inmigración y advertía de que la identidad europa estaba amenazada por los extranjeros musulmanes.
En su escrito de acusación, los fiscales han indicado que "en opinión del acusado, estos actos fueron legítimos y legales" e, "indudablemente, existe un temor obvio y evidente de que pueda volver a cometer delitos de la misma naturaleza".
Dos psiquiatras han concluido que Breivik sufrió un brote psicótico en el momento de los ataques y por eso no puede ir a la cárcel. Actualmente se está realizando otro examen mental y el nuevo informe se publicará seis días antes de que comience el juicio, el 16 de abril.
Geir Lippestad, el abogado principal del acusado, ha dicho que si los dos informes psiquiátricos fuesen contradictorios, la labor de su equipo resultará más complicada. "Tendremos que preparar dos estrategias (de defensa): para el caso de que consideren que está mentalmente sano y para el caso contrario", ha declarado a la cadena TV2.
En virtud de las leyes noruegas, el juicio continuará independientemente del diagnóstico hasta el momento de dictar sentencia. Si los jueces se muestran de acuerdo en que Breivik sufrió un brote psicótico, solo podrán pedir que sea sometido a un tratamiento psiquiátrico con revisiones periódicas.
Anders Behring Breivik, el noruego contrario al Islam cuyo atentado con bomba en Oslo y posterior tiroteo en la isla de Utoya conmocionó el pasado verano a Noruega, ha sido formalmente acusado este miércoles de terrorismo y del asesinato premeditado de 77 personas, como paso previo al juicio en su contra que se espera se celebre el próximo mes.
Los fiscales han dicho que inicialmente solicitarán una pena de reclusión en un psiquiátrico para el hombre, de 33 años, que ha admitido los hechos, si bien podrían solicitar 21 años en prisión --la pena máxima en Noruega en casos de asesinato-- si el diagnóstico inicial de psicosis del acusado queda contradicho en un segundo examen.
Breivik ha reconocido que el 22 de julio llevó a cabo el atentado con bomba en el centro de Oslo en el que murieron ocho personas y el tiroteo de horas después en Utoya, una isla próxima a la capital en la que se celebraba un campamento juvenil del gobernante Partido Laborista, en el que murieron otras 69. Sus objetivos, según señaló en una vista preliminar, eran "traidores" que tenían actitudes permisivas hacia los inmigrantes.
"El imputado ha cometido delitos muy serios de una dimensión de la que hasta ahora no teníamos experiencia en nuestra sociedad en los tiempos modernos", ha subrayado este miércoles el fiscal, Svein Holden, ante la prensa.
Según éste, los asesinatos incluyen "circunstancias agravantes" pero no equivalen a crímenes contra la Humanidad según la legislación noruega. Se había especulado con la posibilidad de que Breivik se enfrentara a un cargo de crímenes contra la Humanidad, delito penado con hasta 30 años de cárcel, pero Holden ha explicado a la agencia Reuters que no se aplica cuando se trata de actos cometidos por un individuo, sino cuando se han perpetrado atrocidades "generalizadas y sistemáticas".
Los fiscales y la Policía han presentado formalmente hoy el acta de acusación a Breivik en la prisión en la que se encuentra recluido. En Noruega, la pena máxima convencional por asesinato es de 21 años, pero los tribunales pueden ampliar el periodo bajo custodia de forma indefinida tras esa fecha si se considera que el recluso podría repetir sus delitos.
34 VÍCTIMAS MORTALES TENÍAN MENOS DE 17 AÑOS
Holden ha detallado que Brevik ha sido acusado de intentar asesinar a las 209 personas que resultaron heridas por la explosión de Oslo y las 33 que sufrieron heridas durante el tiroteo de Utoya.
De las 69 víctimas mortales de la isla, 34 tenían menos de 17 años y la más joven tenía solo catorce. La fiscal Inga Bejer Engh ha precisado que 67 de ellas sufrieron "heridas de bala mortales" y que "dos fallecieron al caerse o ahogarse, sin recibir disparos".
El 22 de julio, Breivik aparcó una furgoneta cargada con 950 kilos de fertilizante y diésel frente a la entrada de la oficina del primer ministro noruego y programó el temporizador para que el material explotase al cabo de siete minutos. Previamente había publicado en Internet una serie de escritos --unas 1.500 páginas-- en los que expresaba opiniones en contra de la inmigración y advertía de que la identidad europa estaba amenazada por los extranjeros musulmanes.
En su escrito de acusación, los fiscales han indicado que "en opinión del acusado, estos actos fueron legítimos y legales" e, "indudablemente, existe un temor obvio y evidente de que pueda volver a cometer delitos de la misma naturaleza".
Dos psiquiatras han concluido que Breivik sufrió un brote psicótico en el momento de los ataques y por eso no puede ir a la cárcel. Actualmente se está realizando otro examen mental y el nuevo informe se publicará seis días antes de que comience el juicio, el 16 de abril.
Geir Lippestad, el abogado principal del acusado, ha dicho que si los dos informes psiquiátricos fuesen contradictorios, la labor de su equipo resultará más complicada. "Tendremos que preparar dos estrategias (de defensa): para el caso de que consideren que está mentalmente sano y para el caso contrario", ha declarado a la cadena TV2.
En virtud de las leyes noruegas, el juicio continuará independientemente del diagnóstico hasta el momento de dictar sentencia. Si los jueces se muestran de acuerdo en que Breivik sufrió un brote psicótico, solo podrán pedir que sea sometido a un tratamiento psiquiátrico con revisiones periódicas.