Pakistán dice que es "surrealista" que jefes talibanes negocien la paz
Washington, EP
La ministra de Asuntos Exteriores de Pakistán, Hina Rabbani Jar, ha tildado de "absurda" y "surrealista" la exigencias del Gobierno de Afganistán de incorporar a la mesa de negociaciones de paz a la cúpula de los talibán.
"Si esta es la expectativa, no es nada realista y no solo es surrealista, sino también absurda", ha criticado Rabbani, en declaraciones realizadas al término de la cumbre trilateral entre Afganistán, Irán y Pakistán.
La demanda afgana viene a raíz de las sospechas de que el Gobierno paquistaní oculta a los más altos cargos talibán y a muchos de sus combatientes en ciertas áreas tribales que, incluso, podrían estar siendo utilizadas como base para atacar a las fuerzas occidentales y de seguridad afganas.
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, urgió a Islamabad a que "usara su influencia" para hacer retornar a los talibán a la mesa de negociaciones, según ha admitido el ministro del Interior paquistaní, Rehman Malik. Además, Karzai reconoció en una rueda de prensa que existen algunos "obstáculos" en su relación bilateral con Pakistán, si bien instó a que sean eliminados "más pronto que tarde".
Por su parte, representantes del Gobierno de Pakistán han pedido a Karzai y a Estados Unidos que argumenten con "claridad" esta exigencia. Así pues, Rabbani ha asegurado que Islamabad "apoyará cualquier proceso afgano o conducido por los afganos", pero ha recalcado que Pakistán necesita saber "cuál es el grado de liderazgo" de Afganistán en tales procesos.
Rabbani ha hecho alusión a la intención de Estados Unidos de ejercer como mediador en el proceso de paz, cuyas conversaciones se celebrarán en Qatar, donde los talibán tienen una sede. Además, Washington estaría dispuesto a liberar a cinco prisioneros talibán encarcelados en la base militar de Guantánamo, según ha informado el diario norteamericano 'The New York Times'. No obstante, Karzai se ha mostrado menos entusiasta con la idea de celebrar la ronda de negociaciones en Qatar y aboga por mantenerlas en Arabia Saudí o Turquía.
La ministra de Asuntos Exteriores de Pakistán, Hina Rabbani Jar, ha tildado de "absurda" y "surrealista" la exigencias del Gobierno de Afganistán de incorporar a la mesa de negociaciones de paz a la cúpula de los talibán.
"Si esta es la expectativa, no es nada realista y no solo es surrealista, sino también absurda", ha criticado Rabbani, en declaraciones realizadas al término de la cumbre trilateral entre Afganistán, Irán y Pakistán.
La demanda afgana viene a raíz de las sospechas de que el Gobierno paquistaní oculta a los más altos cargos talibán y a muchos de sus combatientes en ciertas áreas tribales que, incluso, podrían estar siendo utilizadas como base para atacar a las fuerzas occidentales y de seguridad afganas.
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, urgió a Islamabad a que "usara su influencia" para hacer retornar a los talibán a la mesa de negociaciones, según ha admitido el ministro del Interior paquistaní, Rehman Malik. Además, Karzai reconoció en una rueda de prensa que existen algunos "obstáculos" en su relación bilateral con Pakistán, si bien instó a que sean eliminados "más pronto que tarde".
Por su parte, representantes del Gobierno de Pakistán han pedido a Karzai y a Estados Unidos que argumenten con "claridad" esta exigencia. Así pues, Rabbani ha asegurado que Islamabad "apoyará cualquier proceso afgano o conducido por los afganos", pero ha recalcado que Pakistán necesita saber "cuál es el grado de liderazgo" de Afganistán en tales procesos.
Rabbani ha hecho alusión a la intención de Estados Unidos de ejercer como mediador en el proceso de paz, cuyas conversaciones se celebrarán en Qatar, donde los talibán tienen una sede. Además, Washington estaría dispuesto a liberar a cinco prisioneros talibán encarcelados en la base militar de Guantánamo, según ha informado el diario norteamericano 'The New York Times'. No obstante, Karzai se ha mostrado menos entusiasta con la idea de celebrar la ronda de negociaciones en Qatar y aboga por mantenerlas en Arabia Saudí o Turquía.