Los aviones no tripulados de la CIA mataron a decenas de civiles en Pakistán
Londres, EP
Los aviones de combate no tripulados de la CIA que operan en Pakistán han causado en los últimos años la muerte de al menos 50 rescatistas civiles que habían acudido a atender a las víctimas de los ataques estadounidenses y de al menos 20 asistentes a los funerales derivados de estas operaciones, según revela un reciente estudio de un grupo de periodistas británicos y paquistaníes para la Oficina de Periodismo de Investigación, con sede en Londres.
El informe, del que han dado cuenta la propia web de la Oficina y el diario británico 'The Sunday Times', se basa en las entrevistas efectuadas a testigos de los ataques en las zonas tribales. Las investigaciones comenzaron el año pasado mediante interrogatorios a testigos, a heridos y a familiares de las víctimas.
En total, la Oficina ha contado 260 ataques de los aviones no tripulados 'Predator' y 'Reaper' desde que Barack Obama asumió la Presidencia de Estados Unidos, en enero de 2009. Estos ataques, según el informe, han causado la muerte de entre 282 y 535 civiles, entre ellos más de 60 niños, según las "informaciones creíbles" citadas por la Oficina.
Fuentes militares norteamericanas han asegurado al diario 'The New York Times' que estas cifras son exageradas y proceden de testimonios falsos ofrecidos por los propios insurgentes o por civiles temerosos de represalias. No obstante, han reconocido que varias decenas de civiles podrían haber muerto de forma "inadvertida" a causa de estas operaciones contra las milicias de los talibán y Al Qaeda.
En un fórum transmitido por YouTube, Obama "aseguró" la semana pasada que "los aviones no tripulados no han causado un alto número de víctimas civiles". "La mayor parte fueron ataques muy precisos contra Al Qaeda y sus aliados" y contra personas "que figuran en una lista de terroristas activos".
No obstante, según el 'Times', fuentes norteamericanas próximas a los órganos de decisión relacionadas con estos ataques han admitido que algunos bombardeos fueron efectuados contra grupos de personas cuyos nombres no figuraban en ninguna lista y a partir del criterio de que toda persona que porte armas es, de por sí, un objetivo legítimo.
Los aviones de combate no tripulados de la CIA que operan en Pakistán han causado en los últimos años la muerte de al menos 50 rescatistas civiles que habían acudido a atender a las víctimas de los ataques estadounidenses y de al menos 20 asistentes a los funerales derivados de estas operaciones, según revela un reciente estudio de un grupo de periodistas británicos y paquistaníes para la Oficina de Periodismo de Investigación, con sede en Londres.
El informe, del que han dado cuenta la propia web de la Oficina y el diario británico 'The Sunday Times', se basa en las entrevistas efectuadas a testigos de los ataques en las zonas tribales. Las investigaciones comenzaron el año pasado mediante interrogatorios a testigos, a heridos y a familiares de las víctimas.
En total, la Oficina ha contado 260 ataques de los aviones no tripulados 'Predator' y 'Reaper' desde que Barack Obama asumió la Presidencia de Estados Unidos, en enero de 2009. Estos ataques, según el informe, han causado la muerte de entre 282 y 535 civiles, entre ellos más de 60 niños, según las "informaciones creíbles" citadas por la Oficina.
Fuentes militares norteamericanas han asegurado al diario 'The New York Times' que estas cifras son exageradas y proceden de testimonios falsos ofrecidos por los propios insurgentes o por civiles temerosos de represalias. No obstante, han reconocido que varias decenas de civiles podrían haber muerto de forma "inadvertida" a causa de estas operaciones contra las milicias de los talibán y Al Qaeda.
En un fórum transmitido por YouTube, Obama "aseguró" la semana pasada que "los aviones no tripulados no han causado un alto número de víctimas civiles". "La mayor parte fueron ataques muy precisos contra Al Qaeda y sus aliados" y contra personas "que figuran en una lista de terroristas activos".
No obstante, según el 'Times', fuentes norteamericanas próximas a los órganos de decisión relacionadas con estos ataques han admitido que algunos bombardeos fueron efectuados contra grupos de personas cuyos nombres no figuraban en ninguna lista y a partir del criterio de que toda persona que porte armas es, de por sí, un objetivo legítimo.