La gente de "clase alta" tiende a comportamientos menos éticos
Washington, EFE
Las personas de clase social alta, con más recursos económicos y educación, tienden a comportamientos menos éticos que las personas con menos recursos, dijo hoy a Efe el investigador Rodolfo Mendoza Denton.
Mendoza, de origen mexicano y profesor en el Departamento de Psicología de la Universidad de California (Berkeley), habló por teléfono con Efe desde Turquía, donde se encuentra cuando se publica un estudio de su equipo en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
"Llevamos a cabo siete estudios experimentales y naturalísticos, que nos llevaron a conclusiones sorprendentes, porque uno pensaría que las personas con menos recursos estarían más motivadas a comportarse de manera inmoral, antiética o aún violando la ley", añadió.
El equipo, encabezado por Paul Piff, llevó a cabo dos pruebas en situaciones naturales para evaluar las probabilidades de que los conductores de vehículos se cruzaran al paso de otros vehículos en una intersección muy transitada de dos calles con cuatro direcciones, y de los peatones en una esquina del área de San Francisco.
El factor de referencia fue la marca del vehículo, la edad y apariencia del conductor para señalar su clase social.
Los autores encontraron que un porcentaje más alto de los conductores de vehículos caros -"un Porsche o un Ferrari", dijo Mendoza- se adelantaba al cruce de otros vehículos o los peatones, comparado con los conductores de vehículos de menos lujo.
En otros cinco experimentos de laboratorio con estudiantes de licenciatura de la UC o una muestra de alcance nacional de adultos, en internet, revelaron que los participantes que se consideraban a sí mismos de "clase alta" tenían tendencias mayores que los de "clase baja" a tomar decisiones antiéticas.
Entre esos comportamientos se cuentan la sustracción de objetos valiosos de otras personas, mentiras en una negociación, mentiras para aumentar las posibilidades de ganar un premio o el aval a una conducta incorrecta en el trabajo.
"Las conclusiones se aplican independientemente de la edad, el género, el grupo étnico, el credo religioso o la ausencia de fe religiosa, y la orientación política de los participantes", indicó el estudio.
"El concepto general de clase social incluye los ingresos y también la profesión porque hay profesiones que son prestigiosas aunque uno no gane tanto dinero, como los profesores", indicó Mendoza.
"Ése es el nivel social objetivo, pero está también el subjetivo que es la manera que uno se percibe a sí mismo en relación con los otros", añadió.
"Lo importante no es sólo la conclusión de que la gente que está más arriba tiende a comportarse menos éticamente, sino por qué", continuó Mendoza.
"La gente de clase alta tiende a sentir que la avaricia es buena", explicó. "Hay gente que dice que la avaricia es buena por muchas razones, y esa actitud tiende a concentrarse en gente de clase alta", explica.
"Encontramos que la gente de clase baja, o que se percibe más abajo, está más expuesta a peligros, tiene menos recursos, o el trabajo no es estable, el dinero y va y viene, la vida es menos predecible", dijo el investigador.
"En ese nivel la gente trabaja más para asegurar que las relaciones humanas sean fuertes y duraderas", añadió.
En cambio, las personas de clase alta "como tienen más recursos, se sienten más seguras, tienen el lujo de ser más independiente, tienden a enfocar pensamientos y las emociones hacia sí mismos y piensa menos en las consecuencias que su comportamiento tiene para otros", concluyó.
Las personas de clase social alta, con más recursos económicos y educación, tienden a comportamientos menos éticos que las personas con menos recursos, dijo hoy a Efe el investigador Rodolfo Mendoza Denton.
Mendoza, de origen mexicano y profesor en el Departamento de Psicología de la Universidad de California (Berkeley), habló por teléfono con Efe desde Turquía, donde se encuentra cuando se publica un estudio de su equipo en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
"Llevamos a cabo siete estudios experimentales y naturalísticos, que nos llevaron a conclusiones sorprendentes, porque uno pensaría que las personas con menos recursos estarían más motivadas a comportarse de manera inmoral, antiética o aún violando la ley", añadió.
El equipo, encabezado por Paul Piff, llevó a cabo dos pruebas en situaciones naturales para evaluar las probabilidades de que los conductores de vehículos se cruzaran al paso de otros vehículos en una intersección muy transitada de dos calles con cuatro direcciones, y de los peatones en una esquina del área de San Francisco.
El factor de referencia fue la marca del vehículo, la edad y apariencia del conductor para señalar su clase social.
Los autores encontraron que un porcentaje más alto de los conductores de vehículos caros -"un Porsche o un Ferrari", dijo Mendoza- se adelantaba al cruce de otros vehículos o los peatones, comparado con los conductores de vehículos de menos lujo.
En otros cinco experimentos de laboratorio con estudiantes de licenciatura de la UC o una muestra de alcance nacional de adultos, en internet, revelaron que los participantes que se consideraban a sí mismos de "clase alta" tenían tendencias mayores que los de "clase baja" a tomar decisiones antiéticas.
Entre esos comportamientos se cuentan la sustracción de objetos valiosos de otras personas, mentiras en una negociación, mentiras para aumentar las posibilidades de ganar un premio o el aval a una conducta incorrecta en el trabajo.
"Las conclusiones se aplican independientemente de la edad, el género, el grupo étnico, el credo religioso o la ausencia de fe religiosa, y la orientación política de los participantes", indicó el estudio.
"El concepto general de clase social incluye los ingresos y también la profesión porque hay profesiones que son prestigiosas aunque uno no gane tanto dinero, como los profesores", indicó Mendoza.
"Ése es el nivel social objetivo, pero está también el subjetivo que es la manera que uno se percibe a sí mismo en relación con los otros", añadió.
"Lo importante no es sólo la conclusión de que la gente que está más arriba tiende a comportarse menos éticamente, sino por qué", continuó Mendoza.
"La gente de clase alta tiende a sentir que la avaricia es buena", explicó. "Hay gente que dice que la avaricia es buena por muchas razones, y esa actitud tiende a concentrarse en gente de clase alta", explica.
"Encontramos que la gente de clase baja, o que se percibe más abajo, está más expuesta a peligros, tiene menos recursos, o el trabajo no es estable, el dinero y va y viene, la vida es menos predecible", dijo el investigador.
"En ese nivel la gente trabaja más para asegurar que las relaciones humanas sean fuertes y duraderas", añadió.
En cambio, las personas de clase alta "como tienen más recursos, se sienten más seguras, tienen el lujo de ser más independiente, tienden a enfocar pensamientos y las emociones hacia sí mismos y piensa menos en las consecuencias que su comportamiento tiene para otros", concluyó.