En callejón sin salida de Evo Morales y los indígenas en pro y en contra de una ruta


La Paz, EFE
El presidente boliviano, Evo Morales, y los indígenas enfrentados por la construcción de una carretera en el parque natural Tipnis parecen estar en un callejón sin salida, con posiciones inflexibles que no permiten avizorar una solución para el conflicto, opinaron hoy analistas.

La identificación de Morales con la marcha que durante 42 días realizaron casi mil indígenas y productores de coca afines a su gobierno, que llegaron el lunes a La Paz para exigir la carretera y la anulación de la ley que la prohíbe, dificulta el rol de mediador que pretende mostrar, dijeron los analistas consultados por Efe.

Esta contramarcha rechaza todo lo logrado por la primera caminata de 66 días que hicieron, de agosto a octubre pasados, nativos de la amazonía y el altiplano que obligaron a Morales a firmar la ley que veta la obra en el Tipnis y que hoy amenazan con nuevas protestas si el mandatario recula.

En condiciones normales, el Estado podría actuar como arbitro, pero "el Gobierno tiene el defecto de haberse abanderado muy claramente con uno de los sectores. Entonces el papel arbitral no es fácil de jugar", dijo a Efe el analista Gonzalo Mendieta.

Morales pidió a los dos bandos dialogar y ponerse de acuerdo para demandar al Congreso la revisión de la ley, lo que, a juicio de Mendieta, es una estrategia para alargar la solución y poner en problemas a los amazónicos, al mostrarlos como reacios al diálogo.

Los dirigentes progubernamentales del Consejo de Indígenas del Sur (Conisur), que están acampados en La Paz, conminaron a los de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob), que lideraron la primera marcha y son críticos con Morales, a dialogar en las próximas 48 horas sobre la anulación de la ley.

"No podemos volver con las manos vacías", insistió el dirigente del Conisur Gumercindo Pradel, al asegurar que quieren la carretera para reducir la pobreza de la región, mientras que la líder de la Cidob Justa Cabrera replicó que no negociarán, porque la ley que protege el Tipnis se logró "con muerte y mucho sacrificio".

Las organizaciones afiliadas a la Cidob amenazan con una nueva movilización nacional si Morales retrocede, lo que, según los analistas, agrietaría todavía aún más su relación con sus bases y la clase media, que respaldaron la defensa del Tipnis.

Esto fue visible el lunes, cuando llegó a La Paz la marcha del Conisur en medio de una mayoritaria apatía de la población, si se la compara con el ingreso triunfal que tuvo la movilización original en octubre, tras sufrir una brutal represión policial y bloqueos de cocaleros.

La carretera, que iba a financiar Brasil, era para unir las regiones de Cochabamba (centro) y Beni (noreste), pero el trazado escogido suponía dividir en dos el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) y

Según sus críticos y la Cidob, la carretera permitiría aumentar allí los cocales, base para producir cocaína, y abriría las puertas de la reserva a los narcotraficantes.

La presidenta del Senado, la oficialista Gabriela Montaño, dijo hoy que espera que se abra un diálogo "maduro y democrático" entre los dos sectores.

"No creo que este tema sea un callejón sin salida. Yo creo que es un tema en el que hay que buscar soluciones equilibradas intermedias (...) En esos casos siempre tiene que ceder alguien, o tienen que ceder ambas partes un poco", dijo Montaño.

Montaño evitó adelantar criterios sobre si se anulará o no la ley, pero su deseo de esperar con paciencia el diálogo contrasta con el rechazo de los nativos de la Amazonía y la presión de los indígenas de Conisur.

Otra solución que analiza el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), es convocar a una consulta a las comunidades del Tipnis, opción que ya fue rechazada por la Cidob porque desconfía del procedimiento y porque dice que debió hacerse antes de empezar las obras de la carretera.

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