Chávez, presionado por los damnificados de las lluvias
Caracas, EFE
El Gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez, se ha visto presionado en las calles por miles de damnificados de las lluvias que afectaron su país hace un año y que aún no han podido encontrar una solución definitiva a un problema de que también amenaza a habitantes en zonas de riesgo.
En diciembre de 2010 las fuertes lluvias caídas en el litoral norte del país dejaron 130.000 damnificados, que fueron trasladados entonces a refugios improvisados por el Gobierno en hoteles, cuarteles, oficinas, ministerios e incluso en la sala de prensa del palacio presidencial.
Un año después, 27.000 familias, unas 100.000 personas siguen ocupando 869 refugios en todo el país, según el ministro de Interior, Tareck El Aissami, y comienzan a perder la paciencia ante la falta de una solución que el Gobierno asegura que llegará en junio.
Junto a cientos de vecinos que se valen de sus colchones para obstaculizar el tránsito por avenidas del populoso oeste de Caracas, Yonathan Yánez y Richard Ladio han acudido a varias protestas estas semanas.
En unas declaraciones hechas a los periodistas admitieron que el Gobierno rescató a fines de 2010 e inicios de 2011 a miles de familias, pero dijeron que aún peligran "muchas otras".
"La próxima vez no vamos a quedar damnificados sino tapiados; seremos los futuros tapiados si seguimos aquí", declaró Yánez, de la populosa barriada caraqueña Federico Quiroz.
"No nos negamos a salir de nuestras casas, pero no queremos 'corre-corre' a cualquier parte (...); somos propietarios, inquilinos y arrimados dispuestos a dialogar con nuestro Gobierno", dijo a su vez Ladio.
"Somos más de 1.500 familias censadas por nosotros mismos en el Federico Quiroz, porque solo una minoría fue ubicada (en casas nuevas) y otras aún están en refugios", agregó.
Hace dos semanas los damnificados refugiados en un céntrico edificio se enfrentaron a la Policía a pocas cuadras del palacio presidencial. Posteriormente El Aissami acudió al lugar y pidió paciencia y reiteró que "todos los refugios tienen un proyecto de vivienda asignado".
El presidente ha dicho que cada familia afectada saldrá "del refugio a su casa, pero a nosotros nos quieren mandar a otro refugio peor", declaró a los periodistas Gregoria Medina, portavoz de un refugio situado en un recinto deportivo, donde asimismo se han registrado protestas.
"Queremos que el presidente ayude; él sí sirve, no los que están a su alrededor. Chávez prometió casas dignas, pero quieren llevarnos a un sitio peor, donde no hay agua ni luz", añadió la mujer.
El Gobierno venezolano aseguró este fin de semana que en el primer semestre de este año estará finalizado en toda Venezuela el 86 % de los proyectos de construcción en desarrollo previstos como meta anual, que beneficiarán prioritariamente a 25.722 familias damnificadas.
El ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, coordinador del Órgano Superior del Sistema Nacional de Vivienda y Hábitat, indicó el domingo que desde esta semana se informará a las familias sobre el estatus de su proyecto de vivienda.
Al entregar las primeras 5.000 viviendas a los damnificados, Chávez dijo en noviembre que comprendía las protestas y se comprometió a darles prioridad en la asignación de casas nuevas.
Sin embargo, Ramírez indicó recientemente que hasta el 19 de enero se entregaron 9.609 viviendas a los damnificados.
Al mismo tiempo los hoteleros también sufren las consecuencias de tener albergados desde hace ya más de un año a damnificados que usan sus establecimientos como viviendas.
El presidente de la Asociación de Pequeños y Medianos Hoteles, Juan Iglesias, dijo a Efe que 700 accionistas y 3.220 trabajadores de 170 hoteles con damnificados "reportan impactos" de diversa índole luego de que el sector actuó "solidariamente como un aporte social", pero que ahora han perdido hasta las propinas de los huéspedes.
"Somos unos damnificados laborales. Infructuosamente hemos pedido reunirnos con las autoridades. Se nos adeuda el equivalente a poco más de 137 millones de dólares por el alojamiento de 2.557 familias", añadió.
Los hoteles "no son construidos como viviendas y por ello se han deteriorado mucho" e incluso "se han reportado incendios por el uso de aparatos de todo tipo por parte de los damnificados", remató.
El Gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez, se ha visto presionado en las calles por miles de damnificados de las lluvias que afectaron su país hace un año y que aún no han podido encontrar una solución definitiva a un problema de que también amenaza a habitantes en zonas de riesgo.
En diciembre de 2010 las fuertes lluvias caídas en el litoral norte del país dejaron 130.000 damnificados, que fueron trasladados entonces a refugios improvisados por el Gobierno en hoteles, cuarteles, oficinas, ministerios e incluso en la sala de prensa del palacio presidencial.
Un año después, 27.000 familias, unas 100.000 personas siguen ocupando 869 refugios en todo el país, según el ministro de Interior, Tareck El Aissami, y comienzan a perder la paciencia ante la falta de una solución que el Gobierno asegura que llegará en junio.
Junto a cientos de vecinos que se valen de sus colchones para obstaculizar el tránsito por avenidas del populoso oeste de Caracas, Yonathan Yánez y Richard Ladio han acudido a varias protestas estas semanas.
En unas declaraciones hechas a los periodistas admitieron que el Gobierno rescató a fines de 2010 e inicios de 2011 a miles de familias, pero dijeron que aún peligran "muchas otras".
"La próxima vez no vamos a quedar damnificados sino tapiados; seremos los futuros tapiados si seguimos aquí", declaró Yánez, de la populosa barriada caraqueña Federico Quiroz.
"No nos negamos a salir de nuestras casas, pero no queremos 'corre-corre' a cualquier parte (...); somos propietarios, inquilinos y arrimados dispuestos a dialogar con nuestro Gobierno", dijo a su vez Ladio.
"Somos más de 1.500 familias censadas por nosotros mismos en el Federico Quiroz, porque solo una minoría fue ubicada (en casas nuevas) y otras aún están en refugios", agregó.
Hace dos semanas los damnificados refugiados en un céntrico edificio se enfrentaron a la Policía a pocas cuadras del palacio presidencial. Posteriormente El Aissami acudió al lugar y pidió paciencia y reiteró que "todos los refugios tienen un proyecto de vivienda asignado".
El presidente ha dicho que cada familia afectada saldrá "del refugio a su casa, pero a nosotros nos quieren mandar a otro refugio peor", declaró a los periodistas Gregoria Medina, portavoz de un refugio situado en un recinto deportivo, donde asimismo se han registrado protestas.
"Queremos que el presidente ayude; él sí sirve, no los que están a su alrededor. Chávez prometió casas dignas, pero quieren llevarnos a un sitio peor, donde no hay agua ni luz", añadió la mujer.
El Gobierno venezolano aseguró este fin de semana que en el primer semestre de este año estará finalizado en toda Venezuela el 86 % de los proyectos de construcción en desarrollo previstos como meta anual, que beneficiarán prioritariamente a 25.722 familias damnificadas.
El ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, coordinador del Órgano Superior del Sistema Nacional de Vivienda y Hábitat, indicó el domingo que desde esta semana se informará a las familias sobre el estatus de su proyecto de vivienda.
Al entregar las primeras 5.000 viviendas a los damnificados, Chávez dijo en noviembre que comprendía las protestas y se comprometió a darles prioridad en la asignación de casas nuevas.
Sin embargo, Ramírez indicó recientemente que hasta el 19 de enero se entregaron 9.609 viviendas a los damnificados.
Al mismo tiempo los hoteleros también sufren las consecuencias de tener albergados desde hace ya más de un año a damnificados que usan sus establecimientos como viviendas.
El presidente de la Asociación de Pequeños y Medianos Hoteles, Juan Iglesias, dijo a Efe que 700 accionistas y 3.220 trabajadores de 170 hoteles con damnificados "reportan impactos" de diversa índole luego de que el sector actuó "solidariamente como un aporte social", pero que ahora han perdido hasta las propinas de los huéspedes.
"Somos unos damnificados laborales. Infructuosamente hemos pedido reunirnos con las autoridades. Se nos adeuda el equivalente a poco más de 137 millones de dólares por el alojamiento de 2.557 familias", añadió.
Los hoteles "no son construidos como viviendas y por ello se han deteriorado mucho" e incluso "se han reportado incendios por el uso de aparatos de todo tipo por parte de los damnificados", remató.