Betis festejó sobre la hora ante el Athletic de Bielsa
Sevilla, EFEEl caboverdiano Nelson, con un gol en el tiempo de prolongación, dio al Real Betis de Sevilla un triunfo (2-1) y tres puntos de oro ante un Athletic de Bilbao que demostró hechuras de gran equipo y que solo bajó su ritmo cuando se quedó en inferioridad numérica por la expulsión de Javi Martínez.
Betis y Athletic protagonizaron un encuentro con juego trepidante, más trenzado y táctico el juego del equipo de Marcelo Bielsa, y con mucha garra y despliegue físico los verdiblancos.
Fue el Betis el que, en los albores del partido se adelantó en el marcador, en una jugada muy trenzada de su ataque con balón finalmente a Rubén Castro que el canario, con habilidad, batió en parábola al meta Iraizoz.
Pareció acusar algo el tanto el Athletic, pero en su primera aproximación seria al área de Fabricio, en un saque de esquina, botado por Susaeta, Javi Martínez puso el empate.
El juego fue creciendo en emoción porque si bien el Betis pareció acusar el mazazo del empate y el Athletic cobró un mayor protagonismo en su ambición, la llegadas se sucedieron en las respectivas áreas.
Aunque fue el Athletic el que se acercó con más asiduidad al área adversaria tuvo el Betis, ya en el ocaso de este periodo, una gran ocasión por medio de Jefferson Montero quien mandó el balón al travesaño tras deshacerse de tres adversario y recibir la "pared" de Rubén.
En el segundo tiempo el meta Fabricio fue providencial para el Betis al rechazar un remate de Llorente (m.56), ocasión que también dispuso el Betis por medio de Salva Sevilla (m.61), en remate de cabeza, tras saque de esquina, con balón junto al poste izquierdo del Athletic.
Tras la expulsión de Javi Martinez, el partido se volvió un monólogo del Betis, con ocasiones de Salva, Rubén Castro (m.79), este solo ante Iraizoz y de Beñat (m.83) con balonazo junto a la escuadra.
Y cuando el partido llegaba a los dos minutos e prolongación, Nelson desde la cal del área de Iraizoz cobró un chutazo por bajo que batió al meta bilbaíno y llevó el delirio a los graderíos.
