Suburbios al norte de Damasco, Siria, viven en estado de sitio

HARASTA, AFP
“Nos disculpamos, esta ruta y todas las vías que llevan a Duma por el momento y hasta nuevo aviso están bloqueadas” , afirma sin más explicaciones un militar del ejército sirio, a la entrada de la ciudad de Harasta, cerca de Duma.
El 21 de enero, tras encarnizados combates, los disidentes habían tomado brevemente el control de Duma, una ciudad de 100.000 habitantes, antes de retirarse de ella.
Desde el jueves pasado, el ejército regular lleva a cabo una ofensiva contra Duma y las localidades vecinas, teatro de enfrentamientos con soldados desertores.

“La semana pasada me sorprendió ver un retén del Ejército Sirio Libre (ESL), que controlaba el tráfico de carreteras en la aldea de Ain Terma” , cerca de Duma, afirmó Rami, un arquitecto de Damasco, según el cual “esta región escapa parcialmente a la autoridad del gobierno” .

El ESL es una fuerza de oposición armada fundada por un coronel desertor refugiado en Turquía, que reivindica 40.000 miembros.

Este lunes, la Liga Siria de los Derechos Humanos (LSDH) informó que el fundador de la primera unidad de militares disidentes del ejército sirio, el coronel Husein Harmush, fue ejecutado la semana pasada por las fuerzas de seguridad.

“Luego de un juicio, una brigada de los servicios secretos ejecutó la semana pasada al oficial Husein Harmush” , indicó la LSDH en un comunicado.

La “brigada de los oficiales libres” formada por Harmsuh no confirmó la información.

En todas partes, los soldados reforzaban sus posiciones y se atrincheraban detrás de muros de sacos de arena en tanto otros, desplegados a la entrada de las localidades vecinas, controlaban los vehículos y verificaban la identidad de los pasajeros en busca de armas o de personas requeridas por las autoridades.

Un poco más lejos, los impactos de disparos de ametralladoras o los agujeros dejados por los obuses en la fachada de un edificio que domina la autopista que bordea las localidades sitiadas ponen de manifiesto la intensidad de los combates entre los desertores y el ejército.

Sobre un panel publicitario puede leerse: “Estoy en favor de la ley” . Otro afirma: “El pueblo sirio es un pueblo unido. Que Dios lo proteja” .

A cada lado de la autopista, el paisaje urbano deja paso con frecuencia a terrenos agrícolas y vergeles abiertos que facilitan la infiltración y la evasión de los desertores. “Se esconden de día y atacan la noche” , afirmó un habitante de Harasta.

Pero ahora hay cientos de soldados armados que han tomado posición para enfrentarse a toda ofensiva del ESL. Por el norte, el este o el sur, la zona está cercada y el dispositivo limita bastante los desplazamientos.

Al sur, en el animado suburbio de Jaramana y de Mleha, la vías que conducen hacia el norte y hacia las zonas sitiadas de Saqba, Kfar Batna y Hamurié están sometidas a controles de identidad muy estrictos.

Las callejuelas sinuosas, donde las incesantes lluvias de los últimos días han dejado grandes charcos de agua, tienen un aspecto melancólico, acentuado por la penumbra nocturna debido a los cortes de electricidad.

Entonces es cuando a lo lejos se escuchan los disparos que marcan el inicio de una nueva serie de combates.

Desde el comienzo de la contestación contra el presidente Bashar Al Asad en marzo de 2011, la represión ha provocado, según la ONU, miles de muertos y decenas de miles de personas han sido arrestadas según la oposición.

Las autoridades, que no reconocen el alcance del movimiento, aseguran que los disturbios son obra de grupos terroristas dirigidos desde el extranjero que han provocado la muerte de más de 2.000 miembros de las fuerzas de seguridad.

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