La ONU insta a los líderes iraquíes a resolver diferencias con diálogo
Nueva York, EP
El representante especial del secretario general de la ONU para Irak, Martin Kobler, que se reunió este domingo con el presidente del Consejo de Representantes iraquí, Usama al Nijaifi, instó a los líderes políticos iraquíes a resolver sus diferencias a través de "un diálogo inclusivo" .
Kobler expresó su apoyo a la conferencia nacional que se ha propuesto porque permitirá que los distintos grupos "hallen puntos en común en un espíritu de asociación basado en la Constitución, que reconoce la independencia de la Justicia y la separación de poderes", según un comunicado de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Irak (UNAMI), dirigida por Kobler.
El representante incidió en la "importante función" que desempeña el Parlamento en la promoción de la democracia en el país y aseguró a Al Nijaifi que la UNAMI está dispuesta a apoyar los esfuerzos para "fomentar la confianza entre las distintas partes en este momento crítico".
En las últimas semanas han aumentado las tensiones políticas y religiosas en Irak y se han perpetrado numerosos atentados con bomba, varios de los cuales han causado una gran cantidad de víctimas.
El jueves pasado murieron al menos 73 personas como consecuencia de varios atentados contra objetivos chiíes en Bagdad y en el sur de Irak. El incidente más grave se produjo en la provincia de Nassiriya, en el sur, donde un ataque suicida contra un grupo de peregrinos de esa corriente musulmana dejó 44 muertos.
Las bombas que explotaron al día siguiente cerca de grupos de peregrinos en los distritos bagdadíes de Husseiniya, Abu Dsheer y Saidiya acabaron con la vida de dos personas e hirieron a otras 17. Previamente, el pasado 22 de diciembre, varios atentados con bomba llevados a cabo en zonas chiíes de la capital causaron la muerte de 72 personas.
En el ámbito político, la frágil coalición que gobierna el país se puso en peligro el mes pasado, cuando un tribunal emitió una orden de arresto contra el vicepresidente Tareq al Hashemi, y el primer ministro, Nuri al Maliki, solicitó al Parlamento el cese de su viceprimer ministro, Salé al Mutlaq.
Tanto Al Hashemi como Al Mutlaq son suníes, mientras que Al Maliki es chií. El vicepresidente suní ha sido acusado de estar relacionado con el asesinato de varios responsables gubernamentales sobre la base de las confesiones realizadas por varios de sus guardaespaldas.
El representante especial del secretario general de la ONU para Irak, Martin Kobler, que se reunió este domingo con el presidente del Consejo de Representantes iraquí, Usama al Nijaifi, instó a los líderes políticos iraquíes a resolver sus diferencias a través de "un diálogo inclusivo" .
Kobler expresó su apoyo a la conferencia nacional que se ha propuesto porque permitirá que los distintos grupos "hallen puntos en común en un espíritu de asociación basado en la Constitución, que reconoce la independencia de la Justicia y la separación de poderes", según un comunicado de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Irak (UNAMI), dirigida por Kobler.
El representante incidió en la "importante función" que desempeña el Parlamento en la promoción de la democracia en el país y aseguró a Al Nijaifi que la UNAMI está dispuesta a apoyar los esfuerzos para "fomentar la confianza entre las distintas partes en este momento crítico".
En las últimas semanas han aumentado las tensiones políticas y religiosas en Irak y se han perpetrado numerosos atentados con bomba, varios de los cuales han causado una gran cantidad de víctimas.
El jueves pasado murieron al menos 73 personas como consecuencia de varios atentados contra objetivos chiíes en Bagdad y en el sur de Irak. El incidente más grave se produjo en la provincia de Nassiriya, en el sur, donde un ataque suicida contra un grupo de peregrinos de esa corriente musulmana dejó 44 muertos.
Las bombas que explotaron al día siguiente cerca de grupos de peregrinos en los distritos bagdadíes de Husseiniya, Abu Dsheer y Saidiya acabaron con la vida de dos personas e hirieron a otras 17. Previamente, el pasado 22 de diciembre, varios atentados con bomba llevados a cabo en zonas chiíes de la capital causaron la muerte de 72 personas.
En el ámbito político, la frágil coalición que gobierna el país se puso en peligro el mes pasado, cuando un tribunal emitió una orden de arresto contra el vicepresidente Tareq al Hashemi, y el primer ministro, Nuri al Maliki, solicitó al Parlamento el cese de su viceprimer ministro, Salé al Mutlaq.
Tanto Al Hashemi como Al Mutlaq son suníes, mientras que Al Maliki es chií. El vicepresidente suní ha sido acusado de estar relacionado con el asesinato de varios responsables gubernamentales sobre la base de las confesiones realizadas por varios de sus guardaespaldas.