Japón va a reducir importaciones de petróleo iraní, éxito estadounidense
TOKIO, AFP
Japón aceptó reducir sus importaciones de petróleo iraní para intensificar la presión contra el programa nuclear de Teherán, un éxito diplomático para Estados Unidos que la víspera recibió un revés de China. Tokio importa 10% de su oro negro de Irán y va "adoptar lo antes posible medidas concretas y planificadas para reducir todavía más esta parte", explicó el jueves el ministro nipón de Finanzas, Jun Azumi, al término de un encuentro con el secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner.
Sin embargo, Geithner no consiguió el miércoles en Pekín ningún compromiso en este sentido de China, principal importador de crudo iraní.
Estados Unidos quiere reforzar las medidas de presión internacionales contra el programa nuclear iraní, ya que los occidentales temen que sea una tapadera para el desarrollo de armas atómicas, lo que Teherán niega categóricamente.
"El asunto nuclear es un problema que el mundo no puede ignorar. Por ello entendemos perfectamente las acciones emprendidas por Estados Unidos", subrayó Azumi.
Irán es el tercer proveedor de petróleo de Japón, en igualdad con Qatar y por detrás de Arabia Saudí (30% de las importaciones niponas) y Emiratos Arabes Unidos (20%).
Sin energías fósiles, el archipiélago se ha vuelto aún más dependiente de los hidrocarburos después del accidente nuclear de Fukushima que ha provocado la parada de la mayoría de sus reactores.
El ministro nipón de Relaciones Exteriores, Koichiro Gemba, acaba de efectuar una gira por sus principales proveedores árabes para que compensen la reducción de las importaciones iraníes.
El anuncio de Tokio supone una victoria indiscutible para Estados Unidos.
"Apreciamos mucho el apoyo de Japón que está con nosotros, al lado de la comunidad internacional" para presionar a Irán, dijo Geithner.
La tensión ha subido en las últimas semanas entre Washington y Teherán después de la amenaza de las autoridades iraníes de cerrar el estrecho de Ormuz, por donde circula el 35% del petróleo transportado por vía marítima en el mundo.
"Trabajamos estrechamente con Europa, Japón y nuestros aliados del mundo entero para incrementar considerablemente la presión contra Irán", explicó el secretario estadounidense del Tesoro.
La presidencia danesa de la Unión Europea aseguró el miércoles que el 23 de enero Europa decidirá un nuevo paquete de sanciones, no sólo contra el sector petrolero sino contra el banco central iraní.
"Buscamos la forma de cortar los lazos entre el banco central (iraní) con el sistema financiero internacional, y reducir los ingresos petroleros de Irán", precisó Geithner.
El presidente Barack Obama promulgó recientemente una ley para reforzar las sanciones contra el sector financiero de Irán, que permitirá congelar los haberes en Estados Unidos de cualquier institución financiera extranjera que comercie con el banco central iraní en el sector petrolero.
Estas nuevas medidas preocupan a Tokio ya que tendrán efectos dramáticos en los grandes bancos japoneses, que tienen intercambios con el banco cen tral iraní para pagar las compras de petróleo.
El primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, advirtió de que la aplicación abrupta de estas nuevas sanciones tendrá consecuencias económicas nefastas, tanto en Japón como en el extranjero, según un balance oficial de su encuentro con Geithner.
El diario nipón de gran tirada Yomiuri Shimbun aseguró el jueves que a cambio de la reducción de sus importaciones de crudo iraní, Japón espera que Estados Unidos excluya a los bancos nipones de estas nuevas medidas financieras.
Japón aceptó reducir sus importaciones de petróleo iraní para intensificar la presión contra el programa nuclear de Teherán, un éxito diplomático para Estados Unidos que la víspera recibió un revés de China. Tokio importa 10% de su oro negro de Irán y va "adoptar lo antes posible medidas concretas y planificadas para reducir todavía más esta parte", explicó el jueves el ministro nipón de Finanzas, Jun Azumi, al término de un encuentro con el secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner.
Sin embargo, Geithner no consiguió el miércoles en Pekín ningún compromiso en este sentido de China, principal importador de crudo iraní.
Estados Unidos quiere reforzar las medidas de presión internacionales contra el programa nuclear iraní, ya que los occidentales temen que sea una tapadera para el desarrollo de armas atómicas, lo que Teherán niega categóricamente.
"El asunto nuclear es un problema que el mundo no puede ignorar. Por ello entendemos perfectamente las acciones emprendidas por Estados Unidos", subrayó Azumi.
Irán es el tercer proveedor de petróleo de Japón, en igualdad con Qatar y por detrás de Arabia Saudí (30% de las importaciones niponas) y Emiratos Arabes Unidos (20%).
Sin energías fósiles, el archipiélago se ha vuelto aún más dependiente de los hidrocarburos después del accidente nuclear de Fukushima que ha provocado la parada de la mayoría de sus reactores.
El ministro nipón de Relaciones Exteriores, Koichiro Gemba, acaba de efectuar una gira por sus principales proveedores árabes para que compensen la reducción de las importaciones iraníes.
El anuncio de Tokio supone una victoria indiscutible para Estados Unidos.
"Apreciamos mucho el apoyo de Japón que está con nosotros, al lado de la comunidad internacional" para presionar a Irán, dijo Geithner.
La tensión ha subido en las últimas semanas entre Washington y Teherán después de la amenaza de las autoridades iraníes de cerrar el estrecho de Ormuz, por donde circula el 35% del petróleo transportado por vía marítima en el mundo.
"Trabajamos estrechamente con Europa, Japón y nuestros aliados del mundo entero para incrementar considerablemente la presión contra Irán", explicó el secretario estadounidense del Tesoro.
La presidencia danesa de la Unión Europea aseguró el miércoles que el 23 de enero Europa decidirá un nuevo paquete de sanciones, no sólo contra el sector petrolero sino contra el banco central iraní.
"Buscamos la forma de cortar los lazos entre el banco central (iraní) con el sistema financiero internacional, y reducir los ingresos petroleros de Irán", precisó Geithner.
El presidente Barack Obama promulgó recientemente una ley para reforzar las sanciones contra el sector financiero de Irán, que permitirá congelar los haberes en Estados Unidos de cualquier institución financiera extranjera que comercie con el banco central iraní en el sector petrolero.
Estas nuevas medidas preocupan a Tokio ya que tendrán efectos dramáticos en los grandes bancos japoneses, que tienen intercambios con el banco cen tral iraní para pagar las compras de petróleo.
El primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, advirtió de que la aplicación abrupta de estas nuevas sanciones tendrá consecuencias económicas nefastas, tanto en Japón como en el extranjero, según un balance oficial de su encuentro con Geithner.
El diario nipón de gran tirada Yomiuri Shimbun aseguró el jueves que a cambio de la reducción de sus importaciones de crudo iraní, Japón espera que Estados Unidos excluya a los bancos nipones de estas nuevas medidas financieras.