Gobierno de Morales estudia ley para prohibir la venta de tierras a los extranjeros
La Paz, PL
El Gobierno boliviano y los sectores sociales estudian hoy una ley para prohibir la venta de tierras a ciudadanos extranjeros, anunció el viceministro de Tierras, Edgar Apaza.
La propuesta surgió en la primera fase de la cumbre social que se desarrolló en Cochabamba en diciembre pasado y será retomada en el segundo encuentro que tendrá lugar en la misma ciudad entre los días 9 y 11 de este mes.
Se planteó en esta cumbre que se pueda normar a través de un anteproyecto de ley que no se vendan tierras a los extranjeros, señaló la autoridad.
La propuesta incluye que se penalice y sancione a quienes negocien y trafiquen con tierras con el objetivo de beneficiar a personas extranjeras.
La política del viceministerio de Tierras es bien clara, señaló. La tierra es de los bolivianos y para los bolivianos, enfatizó la autoridad gubernamental.
En ese sentido, sostuvo que es deber del Estado boliviano hacer cumplir lo establecido en la Constitución Política del Estado, que en su artículo 396 niega a los extranjeros la adquisición de tierras nacionales.
La autoridad lamentó que en los anteriores gobiernos se hayan cedido propiedades a personas foráneas, e indicó que esto se debió a la falta de soberanía y de presencia del Estado en las fronteras.
Como consecuencia, en la actualidad muchas extensiones territoriales están en manos extranjeras, declaró. Las mejores tierras de Bolivia están en poder de personas de origen brasileño, sostiene por su parte el investigador Miguel Urioste en su libro Concentración y Extranjerización de la Tierra en Bolivia.
Este asentamiento gradual, que comenzó en la década de los años 80 llevó a los empresarios extranjeros a detentar la mayor superficie agraria destinada a la soya, añade el autor, también investigador senior de la Fundación Tierra.
Es evidente que el cultivo de soya en Bolivia no se habría desarrollado en los niveles actuales sin la presencia de agricultores inversionistas brasileños, sostiene el estudio.
Urioste agrega que esto se debe a que los extranjeros encontraron en el territorio nacional un margen de utilidades mayor al que obtenían en su país.
Según el investigador, los inversionistas brasileños compran tierras aptas para el uso, cría y pastoreo del ganado, y dicho proceso se realiza debido a que estos usan mecanismos que les permiten naturalizarse como bolivianos, lo que además les posibilita acceder a créditos en la banca del país.
Urioste también sostiene que la presencia extranjera no se limita a los empresarios de origen brasileño, pues también se evidencia la penetración de agricultores argentinos.
El Gobierno boliviano y los sectores sociales estudian hoy una ley para prohibir la venta de tierras a ciudadanos extranjeros, anunció el viceministro de Tierras, Edgar Apaza.
La propuesta surgió en la primera fase de la cumbre social que se desarrolló en Cochabamba en diciembre pasado y será retomada en el segundo encuentro que tendrá lugar en la misma ciudad entre los días 9 y 11 de este mes.
Se planteó en esta cumbre que se pueda normar a través de un anteproyecto de ley que no se vendan tierras a los extranjeros, señaló la autoridad.
La propuesta incluye que se penalice y sancione a quienes negocien y trafiquen con tierras con el objetivo de beneficiar a personas extranjeras.
La política del viceministerio de Tierras es bien clara, señaló. La tierra es de los bolivianos y para los bolivianos, enfatizó la autoridad gubernamental.
En ese sentido, sostuvo que es deber del Estado boliviano hacer cumplir lo establecido en la Constitución Política del Estado, que en su artículo 396 niega a los extranjeros la adquisición de tierras nacionales.
La autoridad lamentó que en los anteriores gobiernos se hayan cedido propiedades a personas foráneas, e indicó que esto se debió a la falta de soberanía y de presencia del Estado en las fronteras.
Como consecuencia, en la actualidad muchas extensiones territoriales están en manos extranjeras, declaró. Las mejores tierras de Bolivia están en poder de personas de origen brasileño, sostiene por su parte el investigador Miguel Urioste en su libro Concentración y Extranjerización de la Tierra en Bolivia.
Este asentamiento gradual, que comenzó en la década de los años 80 llevó a los empresarios extranjeros a detentar la mayor superficie agraria destinada a la soya, añade el autor, también investigador senior de la Fundación Tierra.
Es evidente que el cultivo de soya en Bolivia no se habría desarrollado en los niveles actuales sin la presencia de agricultores inversionistas brasileños, sostiene el estudio.
Urioste agrega que esto se debe a que los extranjeros encontraron en el territorio nacional un margen de utilidades mayor al que obtenían en su país.
Según el investigador, los inversionistas brasileños compran tierras aptas para el uso, cría y pastoreo del ganado, y dicho proceso se realiza debido a que estos usan mecanismos que les permiten naturalizarse como bolivianos, lo que además les posibilita acceder a créditos en la banca del país.
Urioste también sostiene que la presencia extranjera no se limita a los empresarios de origen brasileño, pues también se evidencia la penetración de agricultores argentinos.