Djokovic ganó una batalla épica y jugará la final de Australia contra Nadal


Australia, AFP
Venció a Andy Murray por un angustioso 6-3, 3-6, 6-7, 6-1 y 7-5, en un partido que cambió de manos constantemente y que ya forma parte de la historia grande del tenis.

Tras la "batalla de las leyendas" que Rafael Nadal le ganó a Roger Federer en la noche del jueves, Novak Djokovic y Andy Murray tuvieron la suya. Y si no fue "de leyendas", es porque los pergaminos del escocés no pueden compararse a los de su rival de hoy ni a los del español y el suizo. Pero habría épica, y sería mérito de ambos protagonistas.

El serbio, defensor del título, hizo honor a su condición de favorito con un primer set en el que dominó a su rival. Curiosamente, lo hizo con mayor solidez cuando el servicio estaba en manos de Murray, quien lo cedió en el cuarto y sexto game, permitiendo una diferencia de 5-2 que lo dejó casi sin chances de pelear el parcial. Antes, había tomado el servicio de Djokovic en el quinto juego, pero sucumbió ante la oportuna precisión del Nº1 en los momentos clave. Sin brillar demasiado, el serbio ganó el set 6-3.

El segundo set fue cambiante y acentuó la tendencia a la inestabilidad en los servicios. Djokovic pareció escaparse al quebrar en el primer game y conservar su saque (2-0), pero entonces Murray se puso combativo. Ensayó una resistencia desde el fondo de la cancha que le permitió ganar puntos extraordinarios -al mejor estilo Nadal-, para pasar al frente por 4-2. El Rod Laver Arena elevó la tensión y se puso de pie por primera vez. Había partido.

Djokovic produjo otro quiebre para quedar a tiro de emparejar la cuenta con su servicio, pero Murray respondió con otro break. Entonces sirvió para definir el parcial y a pesar de quedar 15-40 remontó la situación para ponerle el 6-3 definitivo a un set en el que se quebraron cinco veces en nueve games. Con casi dos horas de juego desgastante, el partido volvía a comenzar.

El tercer set arrancó con los papeles invertidos: ahora el que resistía era Djokovic. Mantuvo a duras penas su servicio en el juego inicial, con dos "ojo de halcón" claves a su favor: uno milimétrico y otro más amplio -llamó la atención que ningún juez viera la mala pelota de Murray-, pero ambos en momentos en que estaba break point en contra.

Murray tuvo más chances en el tercer game y esta vez pudo concretar el quiebre, pero inmediatamente respondió Djokovic. A esta altura, parecía claro que quien pudiera revertir la tendencia a ceder el servicio conseguiría sacar adelante el juego. Pero ambos lo hicieron al mismo tiempo, por lo que se llegó a un final parejo.

Djokovic tuvo tres set points en 5-4, con el saque de Murray, pero éste respondió con solidez y precisión para escapar del mal momento. Así, ganó fuerzas y consiguió un quiebre que parecía decisivo para ponerse 6-5. Pero una vez más el Nº1 contestó con la misma moneda para forzar el tie break.

Allí, el dominio fue de Murray, que se adelantó primero 3-1 y después 6-3, quedando a tiro de definir este parcial con su servicio. Finalmente lo logró por 7-4. Estaba a un set de jugar la final contra Nadal.

Pero entonces apareció la personalidad de campeón de Djokovic, que dio una lección de carácter al adelantarse 4-0 en el cuarto parcial, lapso en el cual Murray apenas pudo ganar cuatro puntos. Así, en un set atípico para el trámite previo del encuentro, el serbio forzó el quinto set con un cómodo y sorpresivo 6-1.

El parcial decisivo arrancó con la misma tendencia del cuarto. Aunque Murray resistió durante dos servicios propios, Djokovic logró quebrar en el sexto juego y conservar su saque, con lo que quedó 5-2 arriba. Murray mantuvo el pulso y logró ponerle presión a Djokovic cuando éste sirvió para ganar el juego. ¡Y le quebró en 0! Enseguida, sirvió con solidez y puso las cosas 5-5. El drama llegó a su punto máximo.

Djokovic pareció acusar el golpe y arrancó el siguiente game 15-40, pero ganó dos puntos durísimos para igualar 40-40 y terminar golpeándose el pecho ante la locura de todo el estadio. Esa será la foto que quedará en el recuerdo. Poco después tomó una bola de aire para definir el game en ventaja y poner las cosas 6-5.

En el último game, el dominio mental fue total. Tras más de cuatro horas de batalla épica, Djokovic olió la chance de liquidar la situación y presionó a Murray, que falló dos tiros cerca de las líneas y no pudo soportar la presión: tras 4 horas y 50 minutos, Djokovic definió 7-5 y se convirtió en el segundo finalista del Abierto de Australia 2012.

Allí lo espera Rafael Nadal, ante quien tiene desventaja (13 victorias y 16 derrotas) en el total de enfrentamientos. Pero el serbio lleva una leve predominancia de 2-1 en finales de Grand Slam.

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