Candidatos presidenciales republicanos atacan a Obama por el tema de Irán
EEUU, AFP
En pleno aumento de tensiones con Irán, los candidatos republicanos a la investidura presidencial estadounidense fustigan la política impulsada por Barack Obama frente a Teherán, afirmando que el mandatario saliente demuestra debilidad para enfrentar este tema.
La Casa Blanca, que asegura que la puerta está abierta para negociaciones con Teherán, estima haber apretado los tornillos alrededor de la República islámica por su polémico programa nuclear, al lograr que China y Rusia apoyaran en la ONU la aplicación de sanciones económicas en 2010.
Pero los republicanos, que esperan reconquistar la presidencia en las elecciones del 6 de noviembre, le reprochan a Obama haber dicho que quería tender una mano a los enemigos de Estados Unidos durante su campaña electoral victoriosa de 2008, y de no haber podido imponer sanciones más fuertes contra el regimen islámico.
Aún en la noche del miércoles, quien figura cada vez más como el favorito para disputarle la Casa Blanca a Obama, Mitt Romney, criticó al presidente demócrata al reprocharle no haber dado apoyo a los manifestantes contra la reelección del presidente Mahmoud Ahmadinejad en 2009.
“Cuando había más de un millón de personas en las calles de Teherán, reclamando por su libertad, él permaneció silencioso”, denunció Romney en Columbia, Carolina del Sur (sureste), durante un acto público donde abordó este tema antes de evocar la economía.
En noviembre, Romney había advertido que “si Barack Obama es reelegido, Irán tendrá un arma nuclear. Si ustedes eligen a Mitt Romney (...) ellos no tendrán el arma nuclear”.
Uno de los rivales de Romney, Newt Gingrich, expreso su objetivo de derrocar al regimen iraní en el año que siguiera a su llegada al poder, mientras que otro, Rick Santorum, comparó a Obama con su predecesor Jimmy Carter, cuya aspiración a un segundo mandato se derrumbó en 1980 por su manejo sobre la crisis de los rehenes en Irán.
Obama parece estar prevenido contra toda acusación de debilidad en la escena internacional tras haber dado luz verde a un audaz ataque contra el jefe de al Qaeda, Osama bin Laden, muerto en mayo pasado en Pakistán.
De todas maneras, el tema iraní “va a resonar en esta campaña”, predijo James Phillips, especialista en Medio Oriente del grupo de reflexión conservador The Heritage Foundation.
Ese tema simboliza “algunas debilidades de la política exterior del gobierno de Obama, lo que muchos observan como una ingenua voluntad de tender la mano a sus adversarios, sin resultados convincentes”, afirmó.
La Casa Blanca escogió no replicar directamente a los republicanos, pero afirma que su política hacia Irán ha dado sus frutos. “Las sanciones no tienen precedentes, ellas tienen un efecto tangible sobre la economía iraní”, dijo esta semana el portavoz de Obama, Jay Carney.
Si Irán pone en práctica su amenaza de bloquear el estrecho de Ormuz, ruta estratégica para el petróleo mundial, Obama podría marcar puntos sobre un electorado sensible con demostraciones de firmeza, como quedó de manifiesto con la victoria de George W. Bush en 2004.
Pero el presidente saliente podría también padecer por las provocaciones iraníes, que ya tienen nervioso al mercado petrolero. Un alza en los costos de la energía amenazaría con comprometer la recuperación económica.
Para Karim Sadjadpour, experto sobre Irán en la fundación Carnegie, los electores estadounidenses no tienen a ese país dentro de sus preocupaciones. “Si Irán no obtiene la bomba y no es bombardeado antes de noviembre de 2012, pienso que no será una cuestión decisiva en la campaña” electoral, dijo.
“Pese a que los republicanos han utilizado la política frente a Irán para atacar al presidente Obama, pienso que la mayor parte de los estadounidenses, cuando se levantan en la mañana, piensan antes que nada en Estados Unidos, no en Irán”, afirmó Sadjadpour.
En pleno aumento de tensiones con Irán, los candidatos republicanos a la investidura presidencial estadounidense fustigan la política impulsada por Barack Obama frente a Teherán, afirmando que el mandatario saliente demuestra debilidad para enfrentar este tema.
La Casa Blanca, que asegura que la puerta está abierta para negociaciones con Teherán, estima haber apretado los tornillos alrededor de la República islámica por su polémico programa nuclear, al lograr que China y Rusia apoyaran en la ONU la aplicación de sanciones económicas en 2010.
Pero los republicanos, que esperan reconquistar la presidencia en las elecciones del 6 de noviembre, le reprochan a Obama haber dicho que quería tender una mano a los enemigos de Estados Unidos durante su campaña electoral victoriosa de 2008, y de no haber podido imponer sanciones más fuertes contra el regimen islámico.
Aún en la noche del miércoles, quien figura cada vez más como el favorito para disputarle la Casa Blanca a Obama, Mitt Romney, criticó al presidente demócrata al reprocharle no haber dado apoyo a los manifestantes contra la reelección del presidente Mahmoud Ahmadinejad en 2009.
“Cuando había más de un millón de personas en las calles de Teherán, reclamando por su libertad, él permaneció silencioso”, denunció Romney en Columbia, Carolina del Sur (sureste), durante un acto público donde abordó este tema antes de evocar la economía.
En noviembre, Romney había advertido que “si Barack Obama es reelegido, Irán tendrá un arma nuclear. Si ustedes eligen a Mitt Romney (...) ellos no tendrán el arma nuclear”.
Uno de los rivales de Romney, Newt Gingrich, expreso su objetivo de derrocar al regimen iraní en el año que siguiera a su llegada al poder, mientras que otro, Rick Santorum, comparó a Obama con su predecesor Jimmy Carter, cuya aspiración a un segundo mandato se derrumbó en 1980 por su manejo sobre la crisis de los rehenes en Irán.
Obama parece estar prevenido contra toda acusación de debilidad en la escena internacional tras haber dado luz verde a un audaz ataque contra el jefe de al Qaeda, Osama bin Laden, muerto en mayo pasado en Pakistán.
De todas maneras, el tema iraní “va a resonar en esta campaña”, predijo James Phillips, especialista en Medio Oriente del grupo de reflexión conservador The Heritage Foundation.
Ese tema simboliza “algunas debilidades de la política exterior del gobierno de Obama, lo que muchos observan como una ingenua voluntad de tender la mano a sus adversarios, sin resultados convincentes”, afirmó.
La Casa Blanca escogió no replicar directamente a los republicanos, pero afirma que su política hacia Irán ha dado sus frutos. “Las sanciones no tienen precedentes, ellas tienen un efecto tangible sobre la economía iraní”, dijo esta semana el portavoz de Obama, Jay Carney.
Si Irán pone en práctica su amenaza de bloquear el estrecho de Ormuz, ruta estratégica para el petróleo mundial, Obama podría marcar puntos sobre un electorado sensible con demostraciones de firmeza, como quedó de manifiesto con la victoria de George W. Bush en 2004.
Pero el presidente saliente podría también padecer por las provocaciones iraníes, que ya tienen nervioso al mercado petrolero. Un alza en los costos de la energía amenazaría con comprometer la recuperación económica.
Para Karim Sadjadpour, experto sobre Irán en la fundación Carnegie, los electores estadounidenses no tienen a ese país dentro de sus preocupaciones. “Si Irán no obtiene la bomba y no es bombardeado antes de noviembre de 2012, pienso que no será una cuestión decisiva en la campaña” electoral, dijo.
“Pese a que los republicanos han utilizado la política frente a Irán para atacar al presidente Obama, pienso que la mayor parte de los estadounidenses, cuando se levantan en la mañana, piensan antes que nada en Estados Unidos, no en Irán”, afirmó Sadjadpour.