Unos 2.000 libios exigen la salida de Trípoli de las milicias
Trípoli, EP
Unas 2.000 personas han tomado este miércoles las calles de Trípoli para exigir a las milicias rebeldes que contribuyeron a la caída definitiva del régimen de Muamar Gadafi que dejen la capital libia antes del próximo 20 de diciembre para permitir que la tranquilidad vuelva a ser la tónica en la ciudad tras varios meses de combates.
Las milicias rebeldes se unieron el pasado mes de febrero para hacer frente común para derrotar a las fuerzas gadafistas pero, una vez lograda la victoria en el conflicto y ejecutado el líder libio, han continuado en la capital, lo que ha provocado choques entre combatientes. Algunos de estos grupos de combatientes están dirigidos por líderes que quieren presionar para hacer carrera política en las elecciones previstas para el próximo año, la primera cita con las urnas en Libia tras más de tres décadas bajo el régimen del coronel Gadafi.
El Gobierno interino integrado por el Consejo Nacional de Transición está presionando a los milicianos para que dejen las armas, regresen a sus hogares y se reintegren a la vida civil, dejando a la Policía y al Ejército la tarea de garantizar la seguridad en las calles. El primer ministro, Abdurrajim el Keib, y el Ayuntamiento de Trípoli han dado a las milicias la fecha límite del 20 de diciembre para que abandonen la capital.
"Queremos seguridad. No a las armas, sí a la unidad nacional", ha proclamado Aisa Hassan, una de las manifestantes reunidas en la céntrica Plaza de los Mártires al anochecer y que ha denunciado la proliferación de armas cortas y largas en la capital libia.
"Alguien ganó un torneo de peso mosca en África y lo celebraron disparando con armas antiaéreas", ha relatado Hassan, que ha subrayado que cada noche escucha disparos en su barrio. El Ayuntamiento de Trípoli anunció la convocatoria de la manifestación con un día de adelanto, en el mismo comunicado en el que lanzó su 'ultimátum' a las milicias. A pesar del anuncio del consistorio, el seguimiento de la manifestación ha sido menor que el que han tenido otras convocatorias.
"Se adelanta que la protesta aumentará cada día hasta el 20 de diciembre", indicó el Ayuntamiento de Trípoli en su comunicado, emitido el martes. Tras la declaración del consistorio, varios grupos civiles locales han establecido puestos de control en la capital para aumentar la presión contra las milicias rebeldes.
Con cánticos como 'No queremos armas' y 'El pueblo quiere al Ejército libio', los manifestantes se han quejado por la inseguridad que sufre la ciudad por la presencia de los milicianos y por algunos de sus comportamientos, propios de criminales comunes.
"Para mí, ya no son revolucionarios, son matones", ha explicado Abdurrafa bin Suleiman, un manifestante de 38 años de edad. Milicias de la ciudad de Misrata, una de las que más sufrió la represión del régimen de Gadafi, y de la localidad de Zintan figuran entre los grupos armados más poderosos que continúan desplegados en Trípoli. Sus milicianos controlan barricadas, patrullan por la ciudad montados en camionetas con ametralladoras y han establecido sus bases en edificios gubernamentales.
Varios milicianos consultados por Reuters han asegurado que están de acuerdo con el plazo marcado por el Ayuntamiento de Trípoli pero han explicado que están esperando las órdenes de sus mandos para retirarse de la ciudad.
"Si el Gobierno nos pide que volvamos a Misrata, volveremos", ha afirmado Mustafá Ahmed Dabshoun, que lidera la brigada de Misrata emplazada en la zona oriental de Trípoli. "Estoy en contra de la presencia de armas en la ciudad", ha añadido el miliciano.
Un comandante de una milicia de Zintan encargada de controlar el Aeropuerto Internacional de Trípoli ha dicho que sus hombres cederán el control de esta instalación al Gobierno tan pronto como reciba la orden del Ejecutivo.
"Cuando nos digan que cedamos el control, lo cederemos como nos solicitan. Eso es lo que hemos acordado", ha indicado Alí Ejda, subcomandante de la milicia del aeropuerto. "Estamos apoyando al pueblo de Trípoli en su llamamiento a la retirada de las armas de las calles", ha afirmado.
El Gobierno provisional libio, que tomó posesión hace menos de dos semanas, ha situado la seguridad como una de sus principales prioridades. El desalojo de las milicias rebeldes de la capital contribuiría a aumentar su credibilidad en el momento en que está intentando asentar su influencia tras ocho meses de guerra civil contra las fuerzas del régimen de Gadafi.
Unas 2.000 personas han tomado este miércoles las calles de Trípoli para exigir a las milicias rebeldes que contribuyeron a la caída definitiva del régimen de Muamar Gadafi que dejen la capital libia antes del próximo 20 de diciembre para permitir que la tranquilidad vuelva a ser la tónica en la ciudad tras varios meses de combates.
Las milicias rebeldes se unieron el pasado mes de febrero para hacer frente común para derrotar a las fuerzas gadafistas pero, una vez lograda la victoria en el conflicto y ejecutado el líder libio, han continuado en la capital, lo que ha provocado choques entre combatientes. Algunos de estos grupos de combatientes están dirigidos por líderes que quieren presionar para hacer carrera política en las elecciones previstas para el próximo año, la primera cita con las urnas en Libia tras más de tres décadas bajo el régimen del coronel Gadafi.
El Gobierno interino integrado por el Consejo Nacional de Transición está presionando a los milicianos para que dejen las armas, regresen a sus hogares y se reintegren a la vida civil, dejando a la Policía y al Ejército la tarea de garantizar la seguridad en las calles. El primer ministro, Abdurrajim el Keib, y el Ayuntamiento de Trípoli han dado a las milicias la fecha límite del 20 de diciembre para que abandonen la capital.
"Queremos seguridad. No a las armas, sí a la unidad nacional", ha proclamado Aisa Hassan, una de las manifestantes reunidas en la céntrica Plaza de los Mártires al anochecer y que ha denunciado la proliferación de armas cortas y largas en la capital libia.
"Alguien ganó un torneo de peso mosca en África y lo celebraron disparando con armas antiaéreas", ha relatado Hassan, que ha subrayado que cada noche escucha disparos en su barrio. El Ayuntamiento de Trípoli anunció la convocatoria de la manifestación con un día de adelanto, en el mismo comunicado en el que lanzó su 'ultimátum' a las milicias. A pesar del anuncio del consistorio, el seguimiento de la manifestación ha sido menor que el que han tenido otras convocatorias.
"Se adelanta que la protesta aumentará cada día hasta el 20 de diciembre", indicó el Ayuntamiento de Trípoli en su comunicado, emitido el martes. Tras la declaración del consistorio, varios grupos civiles locales han establecido puestos de control en la capital para aumentar la presión contra las milicias rebeldes.
Con cánticos como 'No queremos armas' y 'El pueblo quiere al Ejército libio', los manifestantes se han quejado por la inseguridad que sufre la ciudad por la presencia de los milicianos y por algunos de sus comportamientos, propios de criminales comunes.
"Para mí, ya no son revolucionarios, son matones", ha explicado Abdurrafa bin Suleiman, un manifestante de 38 años de edad. Milicias de la ciudad de Misrata, una de las que más sufrió la represión del régimen de Gadafi, y de la localidad de Zintan figuran entre los grupos armados más poderosos que continúan desplegados en Trípoli. Sus milicianos controlan barricadas, patrullan por la ciudad montados en camionetas con ametralladoras y han establecido sus bases en edificios gubernamentales.
Varios milicianos consultados por Reuters han asegurado que están de acuerdo con el plazo marcado por el Ayuntamiento de Trípoli pero han explicado que están esperando las órdenes de sus mandos para retirarse de la ciudad.
"Si el Gobierno nos pide que volvamos a Misrata, volveremos", ha afirmado Mustafá Ahmed Dabshoun, que lidera la brigada de Misrata emplazada en la zona oriental de Trípoli. "Estoy en contra de la presencia de armas en la ciudad", ha añadido el miliciano.
Un comandante de una milicia de Zintan encargada de controlar el Aeropuerto Internacional de Trípoli ha dicho que sus hombres cederán el control de esta instalación al Gobierno tan pronto como reciba la orden del Ejecutivo.
"Cuando nos digan que cedamos el control, lo cederemos como nos solicitan. Eso es lo que hemos acordado", ha indicado Alí Ejda, subcomandante de la milicia del aeropuerto. "Estamos apoyando al pueblo de Trípoli en su llamamiento a la retirada de las armas de las calles", ha afirmado.
El Gobierno provisional libio, que tomó posesión hace menos de dos semanas, ha situado la seguridad como una de sus principales prioridades. El desalojo de las milicias rebeldes de la capital contribuiría a aumentar su credibilidad en el momento en que está intentando asentar su influencia tras ocho meses de guerra civil contra las fuerzas del régimen de Gadafi.