Un Zardari desafiante deja claro que no tiene intención de dimitir
Garhi Juda Baksh, EP
El presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, ha aprovechado el cuarto aniversario de su mujer, la ex primera ministra Benazir Bhutto, para dejar claro de que no dimitirá en medio de los rumores en la última semana de que podría abandonar el cargo y de que el Ejército estaría preparando un golpe de Estado en su contra.
Zardari, que se convirtió en presidente después de que Bhutto fuera asesinada el 27 de diciembre de 2007 tras regresar a Pakistán de un exilio autoimpuesto, se enfrenta quizá a su momento más delicado desde que llegó al poder.
"Queremos hacer historia, no titulares. Os digo, la política --que nosotros hemos dejado a nuestro primer ministro y al gabinete-- es el arte de lo posible", ha señalado ante una multitud de decenas de miles de partidarios. "Pero hacer nación es el arte de lo imposible y creo que yo estoy haciendo el arte de lo imposible", ha aseverado.
En un ataque al Tribunal Supremo, que tiene abiertos actualmente varios casos por corrupción contra Zardari, quien goza de inmunidad como jefe de Estado, el presidente ha preguntado sobre el asesinato aún sin resolver de su mujer.
"La gente pregunta qué ocurrió con el caso de Benazir Bhutto", ha afirmado. "Yo pregunto (al presidente del Supremo) Iftikhar Chaudhry: ¿qué ocurrió con el caso de Benazir Bhutto?".
Precisamente, el primer ministro, Yusuf Raza Gilani, ha señalado que la investigación del asesinato de Bhutto está casi completa y sus detalles se revelarán llegado el momento. "No quiero que la investigación se vea afectada de ningún modo", ha afirmado, según recoge la agencia oficial APP, al ser preguntado por detalles de la misma.
La Policía ha cifrado en más de 50.000 los partidarios de Zardari que han acudido este martes hasta su mausoleo. Zardari, que ha hablado desde un cristal a prueba de balas, se ha mostrado calmado y saludable, ahuyentando así los rumores sobre su débil estado de salud, tras una breve estancia en un hospital de Dubai.
Miembros del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) de Zardari acusan a la oposición de estar trabajando junto con el Tribunal Supremo y el Ejército para derrocar a su gobierno.
El aniversario se produce el mismo día en que el Tribunal Supremo ha comenzado las deliberaciones sobre si podría abrir su propia investigación por el escándalo bautizado como "memogate". La vista ha sido aplazada sin una decisión.
El caso se refiere a la publicación de un memorándum sin firmar en el que se pedía la ayuda de Washington para controlar al Ejército después de que fuerzas estadounidenses abatieran en territorio paquistaní al líder de Al Qaeda Usama bin Laden el pasado mes de mayo.
El entonces embajador paquistaní en Estados Unidos, Husain Haqqani, ha sido acusado de escribir el documento en nombre del Gobierno y aunque ha negado su responsabilidad ha renunciado al cargo mientras se lleva a cabo la investigación.
El jefe del Ejército, general Asfaq Kayani, ha pedido una investigación sobre el memorándum, que ha generado una ola de especulaciones sobre una disputa entre el Gobierno y los militares, que han gobernado en Pakistán casi la mitad de los 64 años de historia del país.
El presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, ha aprovechado el cuarto aniversario de su mujer, la ex primera ministra Benazir Bhutto, para dejar claro de que no dimitirá en medio de los rumores en la última semana de que podría abandonar el cargo y de que el Ejército estaría preparando un golpe de Estado en su contra.
Zardari, que se convirtió en presidente después de que Bhutto fuera asesinada el 27 de diciembre de 2007 tras regresar a Pakistán de un exilio autoimpuesto, se enfrenta quizá a su momento más delicado desde que llegó al poder.
"Queremos hacer historia, no titulares. Os digo, la política --que nosotros hemos dejado a nuestro primer ministro y al gabinete-- es el arte de lo posible", ha señalado ante una multitud de decenas de miles de partidarios. "Pero hacer nación es el arte de lo imposible y creo que yo estoy haciendo el arte de lo imposible", ha aseverado.
En un ataque al Tribunal Supremo, que tiene abiertos actualmente varios casos por corrupción contra Zardari, quien goza de inmunidad como jefe de Estado, el presidente ha preguntado sobre el asesinato aún sin resolver de su mujer.
"La gente pregunta qué ocurrió con el caso de Benazir Bhutto", ha afirmado. "Yo pregunto (al presidente del Supremo) Iftikhar Chaudhry: ¿qué ocurrió con el caso de Benazir Bhutto?".
Precisamente, el primer ministro, Yusuf Raza Gilani, ha señalado que la investigación del asesinato de Bhutto está casi completa y sus detalles se revelarán llegado el momento. "No quiero que la investigación se vea afectada de ningún modo", ha afirmado, según recoge la agencia oficial APP, al ser preguntado por detalles de la misma.
La Policía ha cifrado en más de 50.000 los partidarios de Zardari que han acudido este martes hasta su mausoleo. Zardari, que ha hablado desde un cristal a prueba de balas, se ha mostrado calmado y saludable, ahuyentando así los rumores sobre su débil estado de salud, tras una breve estancia en un hospital de Dubai.
Miembros del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) de Zardari acusan a la oposición de estar trabajando junto con el Tribunal Supremo y el Ejército para derrocar a su gobierno.
El aniversario se produce el mismo día en que el Tribunal Supremo ha comenzado las deliberaciones sobre si podría abrir su propia investigación por el escándalo bautizado como "memogate". La vista ha sido aplazada sin una decisión.
El caso se refiere a la publicación de un memorándum sin firmar en el que se pedía la ayuda de Washington para controlar al Ejército después de que fuerzas estadounidenses abatieran en territorio paquistaní al líder de Al Qaeda Usama bin Laden el pasado mes de mayo.
El entonces embajador paquistaní en Estados Unidos, Husain Haqqani, ha sido acusado de escribir el documento en nombre del Gobierno y aunque ha negado su responsabilidad ha renunciado al cargo mientras se lleva a cabo la investigación.
El jefe del Ejército, general Asfaq Kayani, ha pedido una investigación sobre el memorándum, que ha generado una ola de especulaciones sobre una disputa entre el Gobierno y los militares, que han gobernado en Pakistán casi la mitad de los 64 años de historia del país.