Sarkozy confía en la intervención del BCE para calmar la presión a la deuda
París, EFE
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, destacó que el acuerdo logrado en la cumbre europea de Bruselas de la semana pasada "crea las condiciones de recuperación y de salida de la crisis".
Sarkozy, en una entrevista publicada por "Le Monde", avanzó que en quince días estará a punto el contenido jurídico de ese acuerdo, pero puntualizó que no basta con la disciplina presupuestaria que impone, y que habrá que discutir con los socios europeos otras cuestiones "cruciales" para sostener el crecimiento económico.
"El objetivo es llegar a un tratado para el mes de marzo", recordó.
Esas cuestiones a las que se refirió afectan a la industria, la política comercial, el mercado de trabajo y la investigación, según los extractos de la entrevista adelantados por el diario en su página internet.
El presidente francés dijo "confiar en el BCE (Banco Central Europeo) para que en el futuro decida la fuerza de su intervención", una cuestión objeto de polémica entre los que quieren que compre masivamente deuda de los países bajo presión y los que insisten en que se limite al mandato de controlar la inflación.
El jefe del Estado francés criticó a los que se quejan de que las soluciones a la crisis del euro vengan impuestas por Alemania porque "los que tratan de alimentar la germanofobia se descalifican".
Paralelamente, admitió que durante su mandato ha cambiado y ha evolucionado en su percepción de la pertinencia del modelo alemán.
En cualquier caso, Sarkozy insistió en que para evitar la amenaza de un crecimiento económico muy lento durante una decena de años como ocurrió en Japón, "nos hace falta a la vez reducir nuestro déficit y nuestro endeudamiento, liberar el trabajo y recuperar la competitividad".
"La disciplina presupuestaria sola es insuficiente. La cuestión que se plantea es la competitividad de nuestro continente y las condiciones de un crecimiento que debe ser absolutamente más sostenido".
A juicio del presidente francés, el compromiso de Bruselas no significará una transferencia de soberanía de los países a las instancias europeas, sino "un ejercicio compartido de la soberanía por gobiernos elegidos democráticamente".
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, destacó que el acuerdo logrado en la cumbre europea de Bruselas de la semana pasada "crea las condiciones de recuperación y de salida de la crisis".
Sarkozy, en una entrevista publicada por "Le Monde", avanzó que en quince días estará a punto el contenido jurídico de ese acuerdo, pero puntualizó que no basta con la disciplina presupuestaria que impone, y que habrá que discutir con los socios europeos otras cuestiones "cruciales" para sostener el crecimiento económico.
"El objetivo es llegar a un tratado para el mes de marzo", recordó.
Esas cuestiones a las que se refirió afectan a la industria, la política comercial, el mercado de trabajo y la investigación, según los extractos de la entrevista adelantados por el diario en su página internet.
El presidente francés dijo "confiar en el BCE (Banco Central Europeo) para que en el futuro decida la fuerza de su intervención", una cuestión objeto de polémica entre los que quieren que compre masivamente deuda de los países bajo presión y los que insisten en que se limite al mandato de controlar la inflación.
El jefe del Estado francés criticó a los que se quejan de que las soluciones a la crisis del euro vengan impuestas por Alemania porque "los que tratan de alimentar la germanofobia se descalifican".
Paralelamente, admitió que durante su mandato ha cambiado y ha evolucionado en su percepción de la pertinencia del modelo alemán.
En cualquier caso, Sarkozy insistió en que para evitar la amenaza de un crecimiento económico muy lento durante una decena de años como ocurrió en Japón, "nos hace falta a la vez reducir nuestro déficit y nuestro endeudamiento, liberar el trabajo y recuperar la competitividad".
"La disciplina presupuestaria sola es insuficiente. La cuestión que se plantea es la competitividad de nuestro continente y las condiciones de un crecimiento que debe ser absolutamente más sostenido".
A juicio del presidente francés, el compromiso de Bruselas no significará una transferencia de soberanía de los países a las instancias europeas, sino "un ejercicio compartido de la soberanía por gobiernos elegidos democráticamente".