A pesar del golpe electoral, Putin tiene bien agarradas las riendas del país
El varapalo electoral que recibió Vladimir Putin este domingo supone una gran perdida de escaños para el partido que él fundó, Rusia Unida, pero no una pérdida de poder para el hombre que ha dominado la política del país durante más de una década.
Y la explicación de esto se encuentra en cómo está diseñado el sistema político ruso y en el hecho de que Putin se va a presentar a las elecciones presidenciales que se van a celebrar dentro de tres meses.
"Rusia es una república presidencial", explica Olexiy Slohubenko, especialista en temas rusos de la BBC, "la mayor parte de la autoridad está concentrada en las manos del presidente y no en órganos elegidos como la Duma".
"Según el artículo 90 de la Constitución de Rusia, el presidente puede emitir decretos y órdenes cuyo cumplimiento es obligatorio en todo el territorio ruso", dice Olexiy.
"El presidente nombra el primer ministro, el jefe de las fuerzas armadas y los jueces federales, por lo que ejerce control sobre los órganos ejecutivos y judiciales. En términos, simples, el presidente de Rusia tiene más poder que los presidentes de Francia y Estados Unidos juntos, por lo que cuando Putin sea elegido en marzo presidente, el actual golpe electoral apenas va a hacer mella en su poder presidencial."
Putinismo
Resultado
Rusia Unida consiguió 238 de los 450 escaños de la Duma, según predijeron este lunes las autoridades electorales con base en el recuento practicamente finalizado de los votos.
Aunque según el escrutinio, Rusia Unida no ha obtenido la mayoría de los votos -recibió el 49,5 % de los votos- la traducción del resultado a escaños supone que sí se hará con una mayoría por una diferencia de 13 diputados.
El Partido Comunista quedó en segundo lugar con 19,2% de los votos y 92 escaños.
En las elecciones parlamentarias de 2007, Rusia Unida recibió el apoyo del 64% de los votantes, lo que se tradujo en 315 escaños.
Los resultados suponen sin embargo que Rusia Unida no tendrá la mayoría de dos tercios requerida para efectuar cambios en la constitución.
Parte de la pérdida de apoyo puede ser atribuida a los problemas habituales de los líderes que han estado en el poder durante un tiempo prolongado, y al desplome de la economía global.
Pero a eso hay que sumarle la cuestión de la confianza, según analistas.
Un momento clave se produjo cuando Putin anunció en septiembre que iba a volver a aspirar a la presidencia del país.
De repente, muchos rusos empezaron a pensar si querían otros seis o incluso 12 años de Putinismo.
Algunos empezaron a quejarse de que habían sido timados por la presidencia de un solo mandato de Dimitri Medvedev, que de repente aparecía como el modo más conveniente de mantener a Putin en el poder.
Cuando Putin reveló que había preparado mucho tiempo antes su retorno al cargo que otorga más poder en Rusia, algunos rusos sintieron que habían sido estafados. Incluso algunos veteranos miembros del gobierno habían creído de veras que Medvedev seguiría de presidente.
Cansancio
Un portavoz de Rusia Unida valoró el resultado de este domingo como una reacción contra la corrupción en el gobierno de Putin, pero no contra la persona del primer ministro.
Partidos de la oposición y observadores electorales se quejaron de fraude electoral y advirtieron que la pérdida de apoyo al partido de Putin es aún mayor que el que reflejan los resultados oficiales.
En su primera rueda de prensa tras conocer los resultados, se percibía cierto desánimo en el rostro de Putin.
"Es un resultado óptimo", dijo Putin, de 59 años. "Refleja la nueva situación en el país".
Dijo que su partido tenía que aceptar su responsabilidad por los problemas de Rusia, pero él debe saber que algunos rusos están empezando a culparle a él.
"Es casi seguro que Putin ganará las elecciones presidenciales de marzo", precisa Rosenberg.
"Pero los resultados de este domingo reflejan el creciente cansancio de los rusos con Putin".
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