Los islamistas logran el 65% en Egipto
Los Hermanos Musulmanes obtienen un 36,6%; los salafistas un 24,3; y los moderados de El Wasat, un 5%
El Cairo, El País
Aún no se ha descubierto todo el pastel, pero sin duda los islamistas egipcios se quedarán con el pedazo más grande: al menos el 65%. Los resultados parciales que ha hecho públicos hoy la Junta electoral muestran a los partidos religiosos como líderes de la contienda política con al menos el 65% del Parlamento en sus manos a falta aún de celebrarse dos vueltas más, de dos rondas cada una, la primera de las cuales tendrá lugar mañana y el martes. El Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes, es el vencedor de la primera vuelta de la ronda inicial de las legislativas con un 36,6%. Por detrás, se afianzan los salafistas de Al Nur, una agrupación que ha obtenido al menos el 24,3%. Mucho más atrás, en tercer lugar, los liberales del Bloque Egipcio han obtenido un 13,3%. Con el 5% de la más moderada de las formaciones religiosas, El Wasat, los partidos de base religiosa suman casi un 66% del hemiciclo.
El PLJ ya había augurado su victoria durante la semana, basándose en datos recabados extraoficialmente. Un comunicado de la agencia estatal MENA, difundiendo datos oficiosos parecía confirmar ayer lo que ya era un secreto a voces. Los liberales, partidos históricos como el Wafd o de nuevo cuño de las más variadas tendencias, desde comunistas a nasseristas, no han podido vencer al perfectamente engrasado aparato político de los islamistas. Años de represión y de trabajo en la sombra pero también de labor social y de cercanía con las clases más desfavorecidas, les han dado la ventaja de ser los más y mejor preparados para el reto de afronta las primeras elecciones de la era posMubarak y de la democracia.
El temor de muchos de esos grupos se ha confirmado en las urnas pero está por ver si se cumplen sus miedos sobre la posibilidad de una alianza entre Hermanos Musulmanes y salafistas para convertir Egipto en un Estado islámico. El PLJ ha salido al paso de cualquier comentario en ese sentido y ha reiterado durante los últimos días a través de diversos comunicados, su intención de pactar sólo con las formaciones de su bloque electoral, la Alianza Democrática, en la que se encuentran el nuevo Ghad y el partido Karama. Los islamistas descartaban así la posibilidad de un pacto con los fundamentalistas de Al Nur.
Pero la principal preocupación de los liberales sobre la presencia mayoritaria de los islamistas en la Cámara Baja, está enfocada en el peso específico que esto les dará en la elección de la comisión que tendrá que redactar una Constitución. Hace unos días en una entrevista concedida a este diario el vicepresidente del PLJ, Essam El Erian, descartaba su intención de modificar la Carta Magna para que recoja una aplicación estricta de la sharia (ley islámica). “Egipto es un país moderado y eso se verá reflejado en la Constitución”, afirmaba.
El Cairo, El País
Aún no se ha descubierto todo el pastel, pero sin duda los islamistas egipcios se quedarán con el pedazo más grande: al menos el 65%. Los resultados parciales que ha hecho públicos hoy la Junta electoral muestran a los partidos religiosos como líderes de la contienda política con al menos el 65% del Parlamento en sus manos a falta aún de celebrarse dos vueltas más, de dos rondas cada una, la primera de las cuales tendrá lugar mañana y el martes. El Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes, es el vencedor de la primera vuelta de la ronda inicial de las legislativas con un 36,6%. Por detrás, se afianzan los salafistas de Al Nur, una agrupación que ha obtenido al menos el 24,3%. Mucho más atrás, en tercer lugar, los liberales del Bloque Egipcio han obtenido un 13,3%. Con el 5% de la más moderada de las formaciones religiosas, El Wasat, los partidos de base religiosa suman casi un 66% del hemiciclo.
El PLJ ya había augurado su victoria durante la semana, basándose en datos recabados extraoficialmente. Un comunicado de la agencia estatal MENA, difundiendo datos oficiosos parecía confirmar ayer lo que ya era un secreto a voces. Los liberales, partidos históricos como el Wafd o de nuevo cuño de las más variadas tendencias, desde comunistas a nasseristas, no han podido vencer al perfectamente engrasado aparato político de los islamistas. Años de represión y de trabajo en la sombra pero también de labor social y de cercanía con las clases más desfavorecidas, les han dado la ventaja de ser los más y mejor preparados para el reto de afronta las primeras elecciones de la era posMubarak y de la democracia.
El temor de muchos de esos grupos se ha confirmado en las urnas pero está por ver si se cumplen sus miedos sobre la posibilidad de una alianza entre Hermanos Musulmanes y salafistas para convertir Egipto en un Estado islámico. El PLJ ha salido al paso de cualquier comentario en ese sentido y ha reiterado durante los últimos días a través de diversos comunicados, su intención de pactar sólo con las formaciones de su bloque electoral, la Alianza Democrática, en la que se encuentran el nuevo Ghad y el partido Karama. Los islamistas descartaban así la posibilidad de un pacto con los fundamentalistas de Al Nur.
Pero la principal preocupación de los liberales sobre la presencia mayoritaria de los islamistas en la Cámara Baja, está enfocada en el peso específico que esto les dará en la elección de la comisión que tendrá que redactar una Constitución. Hace unos días en una entrevista concedida a este diario el vicepresidente del PLJ, Essam El Erian, descartaba su intención de modificar la Carta Magna para que recoja una aplicación estricta de la sharia (ley islámica). “Egipto es un país moderado y eso se verá reflejado en la Constitución”, afirmaba.