Los Hermanos Musulmanes rechazan que un consejo civil supervise la Constitución
El Cairo, EP
Los Hermanos Musulmanes, el principal grupo político de la oposición en Egipto, han advertido que no cooperarán con el consejo civil que planea crear el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que gobierna el país de forma interina, porque no quieren intromisiones del Ejército en la redacción de una nueva Constitución.
Los islamistas temen que el nuevo órgano, del que formarían parte políticos, candidatos a la presidencia y representantes de movimientos juveniles, reste autoridad al Parlamento que los egipcios comenzaron a votar a finales de noviembre y termine por convertirse en una institución de carácter permanente.
"Si este comité tiene éxito en la resolución de cuestiones nacionales, posiblemente evolucionará hasta convertirse en una comisión nacional de defensa y seguiría en activo incluso después de que el presidente sea elegido", según ha explicado una fuente cercana a estas discusiones.
El islamista Mohamed al Katatni, miembro del Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, ha dicho que tras las "negociaciones iniciales" se ha hecho palpable que ese comité asesor "tendrá un mandato más allá del periodo de transición que lidera el Consejo militar". Esto le permitiría "intervenir en la formación de la asamblea que debe elaborar la Constitución".
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que asumió la jefatura de Estado tras la caída en febrero de Hosni Mubarak, ya ha abogado abiertamente por que no dependa únicamente del Parlamento la formación de la Asamblea Constituyente, que estará integrada por cien miembros. En este sentido, quieren que su comité asesor o incluso el Gobierno ayuden a fijar el marco de creación de esta cámara.
Las discrepancias entre oposición y Consejo Supremo por la redacción de la nueva Constitución ya llevaron en noviembre a nuevas manifestaciones populares que causaron la muerte de unas 40 personas.
Los Hermanos Musulmanes, el principal grupo político de la oposición en Egipto, han advertido que no cooperarán con el consejo civil que planea crear el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que gobierna el país de forma interina, porque no quieren intromisiones del Ejército en la redacción de una nueva Constitución.
Los islamistas temen que el nuevo órgano, del que formarían parte políticos, candidatos a la presidencia y representantes de movimientos juveniles, reste autoridad al Parlamento que los egipcios comenzaron a votar a finales de noviembre y termine por convertirse en una institución de carácter permanente.
"Si este comité tiene éxito en la resolución de cuestiones nacionales, posiblemente evolucionará hasta convertirse en una comisión nacional de defensa y seguiría en activo incluso después de que el presidente sea elegido", según ha explicado una fuente cercana a estas discusiones.
El islamista Mohamed al Katatni, miembro del Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, ha dicho que tras las "negociaciones iniciales" se ha hecho palpable que ese comité asesor "tendrá un mandato más allá del periodo de transición que lidera el Consejo militar". Esto le permitiría "intervenir en la formación de la asamblea que debe elaborar la Constitución".
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que asumió la jefatura de Estado tras la caída en febrero de Hosni Mubarak, ya ha abogado abiertamente por que no dependa únicamente del Parlamento la formación de la Asamblea Constituyente, que estará integrada por cien miembros. En este sentido, quieren que su comité asesor o incluso el Gobierno ayuden a fijar el marco de creación de esta cámara.
Las discrepancias entre oposición y Consejo Supremo por la redacción de la nueva Constitución ya llevaron en noviembre a nuevas manifestaciones populares que causaron la muerte de unas 40 personas.