Ejército paquistaní quiere que Zardari dimita, pero descarta golpe de Estado

Islamabad, EP
El Ejército de Pakistán ya no apoya al presidente del país, Asif Alí Zardari, y quiere que abandone el puesto, sin embargo, los militares pretende lograrlo a través de cauces normales y no de golpes de Estado, como se ha realizado en otras ocasiones en Pakistán desde que el país consiguió la independencia en 1947, según varias fuentes militares consultadas por Reuters.

Las tensiones entre el Ejecutivo y los militares han ido en aumento después de que saliera a la luz un informe que acusaba al Ejército de preparar un golpe de Estado después de que Estados Unidos abatiese a Usama bin Laden en mayo en una operación desarrollada en Abbottabad, a 50 kilómetros de Islamabad, sin conocimiento de las autoridades paquistaníes.

"¿Quién no está enfadado con Zardari? No es solo la oposición y las personas de la calle, sino también miembros del Gobierno", señaló una fuente militar, que pidió no ser nombrada.

"Pero tiene que hacerse correctamente. No hay ninguna operación planificada por el Ejército. Incluso si lo intentásemos, sería muy impopular y no solo con el Gobierno o la oposición sino con la mayoría de los paquistaníes", explicó. El jefe del Ejército, Ashfaq Kayani, prometió mantener a los uniformados alejados de la política desde que asumió el cargo en 2007.

Zardari volvió esta semana a Pakistán tras ser tratado en Dubai de un pequeño infarto que sufrió a principios de mes y que hizo aumentar los rumores sobre su posible renuncia al cargo.

Una de las fuentes militares aseguró que no se necesitará ninguna acción directa contra Zardari debido a que ha cometido demasiados errores. "Si el Gobierno está cavando su propia tumba, no vamos a pedir palas", señaló.
RESPONSABILIDAD COMPARTIDA

Por otra parte, una investigación llevada a cabo por Estados Unidos cuyos resultados se han conocido este jueves culpa a las fuerzas norteamericanas y paquistaníes de la muerte de 24 soldados de Pakistán a finales de noviembre en un ataque de la OTAN en la frontera con Afganistán. Este ataque provocó que Islamabad boicotease una reunión en Bonn (Alemania) para hablar sobre el futuro de Afganistán a principios de diciembre.

"Queremos que cualquiera que tuviese responsabilidad, en el Gobierno o en donde sea, sea castigado. Pero no nos corresponde a nosotros hacer algo. Si el Ejército realiza cualquier movimiento tendrá repercusiones nacionales e internacionales", señaló otra fuente militar, que aseguró que es el Tribunal Supremo es el que debe dirimir responsabilidades.

Sin embargo, desde el Gobierno, se teme más una acción en contra de Zardari que provenga del Tribunal Supremo. "No estoy preocupado por el Ejército. Creo que están actuando de manera sensata y no acabarán con el sistema por el momento", señaló un alto cargo del partido gobernante. "La preocupación procede de lo que pueda hacer el Tribunal Supremo. Parece que pretenden manipular alguna cuestión", criticó.

Arabia Saudí, uno de los principales socios comerciales de Islamabad, ha mostrado en varias ocasiones su preocupación por dichas tensiones. "Pakistán es un país grande e importante y es crucial que cualquier tensión se elimine a través de cauces diplomáticos", señaló una fuente saudí a Reuters.

Pakistán ha sufrido tres golpes militares desde su independencia de Reino Unido. Las tensiones entre el Ejército y los diferentes gobiernos han sido una constante en la historia de Pakistán. En varias ocasiones, los uniformados han obligado a los presidentes civiles a dimitir y los mandos militares influyen sobre los políticos para que detengan cualquier proceso judicial contra soldados.

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