Tadic pide a los serbios del norte de Kosovo que retiren sus barricadas
Belgrado, EFE
El presidente de Serbia, Boris Tadic, pidió hoy a los serbios de Kosovo que retiren las barricadas que han levantado en las carreteras del norte kosovar en los últimos meses.
A la vez, instó a la fuerza de la OTAN en Kosovo, la KFOR, a que no emprenda acciones para el desmantelamiento de esas barricadas "porque ponen en peligro las vidas de los ciudadanos y producen graves riesgos".
"Deseo que muestren máxima abstención en un próximo período y que entren en conversaciones con los representantes políticos de los serbios locales", dijo Tadic a la prensa hoy en Belgrado.
"Pido a los representantes políticos de los serbios que hagan todo lo posible para que se retiren las barricadas, porque ponen en peligro las vidas de los ciudadanos y no contribuyen a la defensa de ningún interés nacional", señaló.
Las declaraciones del presidente serbio se producen después de que ayer al menos 25 soldados y varias decenas de heridos resultasen heridos en enfrentamientos tras desmantelar las fuerzas del contingente aliado una barricada en la localidad norteña kosovar de Jagnjenica.
En la zona continuaban hoy desplegados los soldados de la KFOR frente a los manifestantes serbios congregados, y ha fracasado este martes un intento de representantes de ambas partes de llegar a un acuerdo en Jagnjenica, informaron los medios serbios.
Según Tadic, la actual situación es un "círculo vicioso", del que no hay salida, y favorece sólo a los extremistas.
"Los presidentes de los municipios del norte de Kosovo tienen gran responsabilidad, mayor que el número de los ciudadanos que les dieron su voto, porque en el norte hay un conflicto internacional. Ellos deben abordar el problema de forma racional, no desde el punto de vista de su partido político", indicó.
Recalcó que cualquier escalada de la violencia pone en peligro intereses nacionales serbios.
Tadic abogó por el diálogo como la única posibilidad para la solución de los problemas en Kosovo.
Las conversaciones entre Belgrado y Pristina, bajo el amparo de Bruselas, fueron reanudadas la pasada semana después de dos meses de interrupción por la crisis en el norte kosovar, y mañana tendrá lugar una nueva tanda.
La normalización de la relaciones con Pristina y los progresos en dicho diálogo son condición crucial para que Serbia obtenga el estatus de candidato a la adhesión a la Unión Europea (UE), y Belgrado espera una decisión al respecto por parte de Bruselas en los próximos días.
Las tensiones en el norte kosovar permanecen desde el pasado julio, cuando los serbios locales cortaron las carreteras de acceso a los puestos fronterizos de Jarinje y Brnjak en protesta por la decisión de Pristina de enviar policías de fronteras y funcionarios de aduanas a esos pasos con Serbia.
La KFOR está desplegada desde entonces en los dos pasos, que tras unos incidentes violentos el pasado verano declaró como "zonas militares", e intentó en varias ocasiones levantar las barricadas.
Los serbios que viven en el norte kosovar se oponen a cualquier extensión de la soberanía de Pristina, donde la cúspide de la mayoría albanokosovar proclamó de forma unilateral la independencia de Kosovo en 2008.
El presidente de Serbia, Boris Tadic, pidió hoy a los serbios de Kosovo que retiren las barricadas que han levantado en las carreteras del norte kosovar en los últimos meses.
A la vez, instó a la fuerza de la OTAN en Kosovo, la KFOR, a que no emprenda acciones para el desmantelamiento de esas barricadas "porque ponen en peligro las vidas de los ciudadanos y producen graves riesgos".
"Deseo que muestren máxima abstención en un próximo período y que entren en conversaciones con los representantes políticos de los serbios locales", dijo Tadic a la prensa hoy en Belgrado.
"Pido a los representantes políticos de los serbios que hagan todo lo posible para que se retiren las barricadas, porque ponen en peligro las vidas de los ciudadanos y no contribuyen a la defensa de ningún interés nacional", señaló.
Las declaraciones del presidente serbio se producen después de que ayer al menos 25 soldados y varias decenas de heridos resultasen heridos en enfrentamientos tras desmantelar las fuerzas del contingente aliado una barricada en la localidad norteña kosovar de Jagnjenica.
En la zona continuaban hoy desplegados los soldados de la KFOR frente a los manifestantes serbios congregados, y ha fracasado este martes un intento de representantes de ambas partes de llegar a un acuerdo en Jagnjenica, informaron los medios serbios.
Según Tadic, la actual situación es un "círculo vicioso", del que no hay salida, y favorece sólo a los extremistas.
"Los presidentes de los municipios del norte de Kosovo tienen gran responsabilidad, mayor que el número de los ciudadanos que les dieron su voto, porque en el norte hay un conflicto internacional. Ellos deben abordar el problema de forma racional, no desde el punto de vista de su partido político", indicó.
Recalcó que cualquier escalada de la violencia pone en peligro intereses nacionales serbios.
Tadic abogó por el diálogo como la única posibilidad para la solución de los problemas en Kosovo.
Las conversaciones entre Belgrado y Pristina, bajo el amparo de Bruselas, fueron reanudadas la pasada semana después de dos meses de interrupción por la crisis en el norte kosovar, y mañana tendrá lugar una nueva tanda.
La normalización de la relaciones con Pristina y los progresos en dicho diálogo son condición crucial para que Serbia obtenga el estatus de candidato a la adhesión a la Unión Europea (UE), y Belgrado espera una decisión al respecto por parte de Bruselas en los próximos días.
Las tensiones en el norte kosovar permanecen desde el pasado julio, cuando los serbios locales cortaron las carreteras de acceso a los puestos fronterizos de Jarinje y Brnjak en protesta por la decisión de Pristina de enviar policías de fronteras y funcionarios de aduanas a esos pasos con Serbia.
La KFOR está desplegada desde entonces en los dos pasos, que tras unos incidentes violentos el pasado verano declaró como "zonas militares", e intentó en varias ocasiones levantar las barricadas.
Los serbios que viven en el norte kosovar se oponen a cualquier extensión de la soberanía de Pristina, donde la cúspide de la mayoría albanokosovar proclamó de forma unilateral la independencia de Kosovo en 2008.