Siete semanas conviviendo con Ocupa Wall Street
Los vecinos y comerciantes cercanos al parque Zuccotti piden que se levante el campamento
Nueva York, El País
Después de casi siete semanas de ocupación en el parque Zuccotti, algunas de las voces más conservadoras de Nueva York, como las que representa el diario New York Post, amanecían hoy con un grito de guerra contra el alcalde: “¡Ya está bien!”. En un editorial que arrancaba en su portada, el diario le exigía a Michael Bloomberg que eche del parque cuanto antes “a los vagabundos”, ya sea de forma pacífica o con la ayuda de la policía. “Su contrato ha caducado. Y ha sido por su culpa. Lo que comenzó como una protesta creíble contra el rescate a los bancos y contra los males del capitalismo ha sido secuestrada por criminales y locos. Además los manifestantes han demostrado con sus acciones un nivel de desprecio hacia los ciudadanos, los trabajadores y los comercios de la zona que hace tiempo que superó lo tolerable”.
El diario dice representar las voces de muchos vecinos hartos de la presencia de los manifestantes en la plaza, aunque hasta la fecha el Community Board 1, que agrupa a los diferentes representantes del vecindario, había expresado su apoyo a la protesta. Por su parte el diario Daily News se hacía eco en su portada de las palabras de Michael Bloomberg, que ayer se quejó de que los negocios del área estaban sufriendo por culpa de los manifestantes. “Están dañando a quienes dicen querer ayudar. Todos los comercios están perdiendo dinero” declaraba ayer el alcalde en lo que parecía un nuevo aviso de cara a un posible desalojo. Pese a ello, hoy Bloomberg se negó a contestar durante una rueda prensa si su intención era echarles. “Es uno de esos problemas que no tiene fácil solución. Mi visión personal es ¿por qué no os vais de ahí y tratáis de hacer algo para cambiar lo que no os gusta, como crear puestos de trabajo, en lugar de limitaros a chillar? Si queréis chillar nos aseguraremos de que podéis hacerlo pero no a expensas de los otros”.
Pero más que de la presencia de los manifestantes, a lo largo de estas semanas de lo que más se han quejado los comerciantes de la zona ha sido de las barricadas que la policía instaló en el distrito financiero el 17 de septiembre para evitar que la primera manifestación de Ocupa Wall Street llegara hasta las puertas de la bolsa y que se han mantenido en las calles aledañas durante las últimas siete semanas, convirtiendo en un engorro para miles de trabajadores la simple labor de salir del metro y llegar hasta la oficina, o de ir a por un café. Después de semanas de presión vecinal, el alcalde por fin ordenó el miércoles a la policía retirar la mayoría de las barreras que dificultaban el tránsito en la zona, devolviéndole al distrito financiero un aire de normalidad.
Claro que, desde que el pequeño grupo de trescientas personas que inicialmente tomó el parque comenzó a crecer y sus reivindicaciones sobre entrar en los debates políticos nacionales, la palabra 'normal' ha adquirido otro significado en el distrito financiero. Si antes ‘lo normal’ era ver oficinistas comiendo bocadillos en soledad en la plaza, ahora ‘lo normal’ es encontrarse a diario a cientos o miles de activistas (dependiendo del día de la semana y la hora) entregados a múltiples tareas (y observados por muchos turistas), aunque lo cierto es que el grueso del trabajo se realiza fuera de allí, en los grupos de trabajo que se reúnen en edificios cercanos. El de educación, por ejemplo, está sentando las bases para crear una universidad nómada y gratuita con el apoyo de profesores de universidades tan prestigiosas como la New York University, Columbia o New School y el grupo de Economía Alternativa, trabaja en el desarrollo de nuevos modelos económicos.
Aún así, son las acciones de la plaza las que se llevan la atención de la prensa local. Hoy jueves se organizó un juicio ficticio contra Goldman Sachs (que terminó con el veredicto de culpabilidad) y que después desembocó en una manifestación espontánea que llevó a un centenar de personas a las puertas de la institución, donde fueron arrestadas al menos 16 de ellas, incluido el periodista premio pulitzer Chris Hedges. Eso ocurría mientras los casi 900 detenidos en diferentes manifestaciones de Ocupa Wall Street (700 en el puente de Brooklyn en octubre, más de 90 en Union Square en septiembre y varias decenas dispersas desde el inicio de la ocupación) se sentaban por primera vez en el banquillo frente a un juez neoyorquino, que podría multarles con hasta 250 dólares por ‘desórdenes callejeros’.
Mientras, la vida en la plaza continúa, aunque no sin problemas. La primera nevada del año, el pasado sábado, provocó decenas de casos de hipotermia entre los manifestantes, subrayando la necesidad de encontrar una solución de cara al frío que en breve se instalará permanentemente en Nueva York. Sin generadores, requisados por los bomberos hace una semana, su futuro se plantea gélido en una ciudad que fácilmente alcanza los diez grados bajo cero en invierno. Por otro lado han surgido conflictos entre el sector más implicado en la protesta y gente que simplemente acude allí a comer y dormir. Tras una violación y un intento de violación, la asamblea general aprobó el lunes nuevas normas de convivencia que permitirán expulsar de la ocupación a quien no las cumpla.
Nueva York, El País
Después de casi siete semanas de ocupación en el parque Zuccotti, algunas de las voces más conservadoras de Nueva York, como las que representa el diario New York Post, amanecían hoy con un grito de guerra contra el alcalde: “¡Ya está bien!”. En un editorial que arrancaba en su portada, el diario le exigía a Michael Bloomberg que eche del parque cuanto antes “a los vagabundos”, ya sea de forma pacífica o con la ayuda de la policía. “Su contrato ha caducado. Y ha sido por su culpa. Lo que comenzó como una protesta creíble contra el rescate a los bancos y contra los males del capitalismo ha sido secuestrada por criminales y locos. Además los manifestantes han demostrado con sus acciones un nivel de desprecio hacia los ciudadanos, los trabajadores y los comercios de la zona que hace tiempo que superó lo tolerable”.
El diario dice representar las voces de muchos vecinos hartos de la presencia de los manifestantes en la plaza, aunque hasta la fecha el Community Board 1, que agrupa a los diferentes representantes del vecindario, había expresado su apoyo a la protesta. Por su parte el diario Daily News se hacía eco en su portada de las palabras de Michael Bloomberg, que ayer se quejó de que los negocios del área estaban sufriendo por culpa de los manifestantes. “Están dañando a quienes dicen querer ayudar. Todos los comercios están perdiendo dinero” declaraba ayer el alcalde en lo que parecía un nuevo aviso de cara a un posible desalojo. Pese a ello, hoy Bloomberg se negó a contestar durante una rueda prensa si su intención era echarles. “Es uno de esos problemas que no tiene fácil solución. Mi visión personal es ¿por qué no os vais de ahí y tratáis de hacer algo para cambiar lo que no os gusta, como crear puestos de trabajo, en lugar de limitaros a chillar? Si queréis chillar nos aseguraremos de que podéis hacerlo pero no a expensas de los otros”.
Pero más que de la presencia de los manifestantes, a lo largo de estas semanas de lo que más se han quejado los comerciantes de la zona ha sido de las barricadas que la policía instaló en el distrito financiero el 17 de septiembre para evitar que la primera manifestación de Ocupa Wall Street llegara hasta las puertas de la bolsa y que se han mantenido en las calles aledañas durante las últimas siete semanas, convirtiendo en un engorro para miles de trabajadores la simple labor de salir del metro y llegar hasta la oficina, o de ir a por un café. Después de semanas de presión vecinal, el alcalde por fin ordenó el miércoles a la policía retirar la mayoría de las barreras que dificultaban el tránsito en la zona, devolviéndole al distrito financiero un aire de normalidad.
Claro que, desde que el pequeño grupo de trescientas personas que inicialmente tomó el parque comenzó a crecer y sus reivindicaciones sobre entrar en los debates políticos nacionales, la palabra 'normal' ha adquirido otro significado en el distrito financiero. Si antes ‘lo normal’ era ver oficinistas comiendo bocadillos en soledad en la plaza, ahora ‘lo normal’ es encontrarse a diario a cientos o miles de activistas (dependiendo del día de la semana y la hora) entregados a múltiples tareas (y observados por muchos turistas), aunque lo cierto es que el grueso del trabajo se realiza fuera de allí, en los grupos de trabajo que se reúnen en edificios cercanos. El de educación, por ejemplo, está sentando las bases para crear una universidad nómada y gratuita con el apoyo de profesores de universidades tan prestigiosas como la New York University, Columbia o New School y el grupo de Economía Alternativa, trabaja en el desarrollo de nuevos modelos económicos.
Aún así, son las acciones de la plaza las que se llevan la atención de la prensa local. Hoy jueves se organizó un juicio ficticio contra Goldman Sachs (que terminó con el veredicto de culpabilidad) y que después desembocó en una manifestación espontánea que llevó a un centenar de personas a las puertas de la institución, donde fueron arrestadas al menos 16 de ellas, incluido el periodista premio pulitzer Chris Hedges. Eso ocurría mientras los casi 900 detenidos en diferentes manifestaciones de Ocupa Wall Street (700 en el puente de Brooklyn en octubre, más de 90 en Union Square en septiembre y varias decenas dispersas desde el inicio de la ocupación) se sentaban por primera vez en el banquillo frente a un juez neoyorquino, que podría multarles con hasta 250 dólares por ‘desórdenes callejeros’.
Mientras, la vida en la plaza continúa, aunque no sin problemas. La primera nevada del año, el pasado sábado, provocó decenas de casos de hipotermia entre los manifestantes, subrayando la necesidad de encontrar una solución de cara al frío que en breve se instalará permanentemente en Nueva York. Sin generadores, requisados por los bomberos hace una semana, su futuro se plantea gélido en una ciudad que fácilmente alcanza los diez grados bajo cero en invierno. Por otro lado han surgido conflictos entre el sector más implicado en la protesta y gente que simplemente acude allí a comer y dormir. Tras una violación y un intento de violación, la asamblea general aprobó el lunes nuevas normas de convivencia que permitirán expulsar de la ocupación a quien no las cumpla.