Pulso interno y situación europea centran las discusiones de la Reserva Federal de EE.UU.
Washington, EFE
La Reserva Federal (Fed, banco central) de EE.UU. inició hoy una reunión de dos días sobre la política monetaria del país, de la que no se esperan sorpresas y que tendrá la atención puesta en el pulso interno sobre nuevos estímulos económicos y el impacto de la inestabilidad financiera europea.
Datos recientes sobre la actividad económica de Estados Unidos, que se elevó en una tasa anualizada al 2,5 % entre julio y septiembre impulsada por el crecimiento del gasto de los consumidores, parece otorgar algo de margen de maniobra a la Fed y aleja la posibilidad de nuevas medidas.
Sin embargo, y en medio del revuelo sobre la crisis europea, que el lunes se cobró su primera víctima estadounidense, la firma de inversión MF Global, la Fed deberá reafirmar su vigilancia ante posibles contagios.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ha reconocido en diversas ocasiones que la crisis de deuda soberana en el Viejo Continente ha generado inestabilidad en los mercados financieros internacionales, pero se ha mostrado confiado en la "capacidad y voluntad" de Europa para hacer frente a los retos.
Por otro lado, Bernanke deberá lidiar con el creciente disenso dentro del organismo, en cuyas reuniones de agosto y septiembre tres miembros expresaron su oposición frontal a las políticas sostenidas de compra de bonos y bajos tipos de interés.
El presidente de la Reserva Federal de Dallas, Richard Fisher; el de la de Filadelfia, Charles Plosse; y el de Minneapolis, Narayana Kocherlakota, alertaron sobre los riesgos inflacionarios de este tipo de medidas y urgieron a una supresión de los estímulos.
Desde 2008, el Comité Abierto del banco central estadounidense ha seguido una política expansiva a través de dos grandes programas de compra de bonos del Tesoro y el mantenimiento de las tasas de interés por debajo del 0,25 % hasta mediados de 2013.
En su última comparecencia en una conferencia en Boston, Bernanke se mostró dispuesto a seguir progresando en una mayor transparencia de la Fed.
En este sentido se enmarca la propuesta de uno de los miembros de la Fed, Charles Evans, presidente de la Reserva de Chicago, que ha indicado la posibilidad de que el organismo precise niveles concretos de inflación y desempleo a partir de los cuales se revertirían las políticas expansionistas.
Evans, considerado uno de los miembros más liberales de la Fed, propuso continuar con las actuales políticas a menos que el desempleo se sitúe por debajo del 7 % o la inflación rebase la frontera del 3 %.
"Dado lo mal que lo estamos haciendo en nuestro mandato sobre el empleo, necesitamos estar dispuestos a tomar un riesgo con la inflación", afirmó recientemente Evans, al referirse a la doble directriz de fomentar el pleno empleo y la estabilidad de precios que guía la política de la Fed.
En la actualidad, el desempleo, la principal preocupación para los estadounidenses, se encuentra en el 9,1 % mientras que la inflación está por debajo del 2 %.
La última medida anunciada por la Fed fue la denominada "operación Twist" en septiembre y que consistió en un canje de bonos del Tesoro de corto plazo por otros de más largo plazo, por un monto de 400.000 millones de dólares, para asegurar bajos tipos de interés durante un período más prolongado.
Todos los ojos estarán puestos en la conferencia de prensa que ofrecerá Bernanke el miércoles, al término de la reunión, una iniciativa que inauguró este año con el objetivo de reducir la opacidad de la institución y disipar incertidumbres sobre sus futuros movimientos.
También atraerá la atención las menciones a la evolución de las perspectivas económicas, tras sus últimas declaraciones en las que reconocía que "el crecimiento de EE.UU. es mucho menos robusto de lo esperado".
La Reserva Federal (Fed, banco central) de EE.UU. inició hoy una reunión de dos días sobre la política monetaria del país, de la que no se esperan sorpresas y que tendrá la atención puesta en el pulso interno sobre nuevos estímulos económicos y el impacto de la inestabilidad financiera europea.
Datos recientes sobre la actividad económica de Estados Unidos, que se elevó en una tasa anualizada al 2,5 % entre julio y septiembre impulsada por el crecimiento del gasto de los consumidores, parece otorgar algo de margen de maniobra a la Fed y aleja la posibilidad de nuevas medidas.
Sin embargo, y en medio del revuelo sobre la crisis europea, que el lunes se cobró su primera víctima estadounidense, la firma de inversión MF Global, la Fed deberá reafirmar su vigilancia ante posibles contagios.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ha reconocido en diversas ocasiones que la crisis de deuda soberana en el Viejo Continente ha generado inestabilidad en los mercados financieros internacionales, pero se ha mostrado confiado en la "capacidad y voluntad" de Europa para hacer frente a los retos.
Por otro lado, Bernanke deberá lidiar con el creciente disenso dentro del organismo, en cuyas reuniones de agosto y septiembre tres miembros expresaron su oposición frontal a las políticas sostenidas de compra de bonos y bajos tipos de interés.
El presidente de la Reserva Federal de Dallas, Richard Fisher; el de la de Filadelfia, Charles Plosse; y el de Minneapolis, Narayana Kocherlakota, alertaron sobre los riesgos inflacionarios de este tipo de medidas y urgieron a una supresión de los estímulos.
Desde 2008, el Comité Abierto del banco central estadounidense ha seguido una política expansiva a través de dos grandes programas de compra de bonos del Tesoro y el mantenimiento de las tasas de interés por debajo del 0,25 % hasta mediados de 2013.
En su última comparecencia en una conferencia en Boston, Bernanke se mostró dispuesto a seguir progresando en una mayor transparencia de la Fed.
En este sentido se enmarca la propuesta de uno de los miembros de la Fed, Charles Evans, presidente de la Reserva de Chicago, que ha indicado la posibilidad de que el organismo precise niveles concretos de inflación y desempleo a partir de los cuales se revertirían las políticas expansionistas.
Evans, considerado uno de los miembros más liberales de la Fed, propuso continuar con las actuales políticas a menos que el desempleo se sitúe por debajo del 7 % o la inflación rebase la frontera del 3 %.
"Dado lo mal que lo estamos haciendo en nuestro mandato sobre el empleo, necesitamos estar dispuestos a tomar un riesgo con la inflación", afirmó recientemente Evans, al referirse a la doble directriz de fomentar el pleno empleo y la estabilidad de precios que guía la política de la Fed.
En la actualidad, el desempleo, la principal preocupación para los estadounidenses, se encuentra en el 9,1 % mientras que la inflación está por debajo del 2 %.
La última medida anunciada por la Fed fue la denominada "operación Twist" en septiembre y que consistió en un canje de bonos del Tesoro de corto plazo por otros de más largo plazo, por un monto de 400.000 millones de dólares, para asegurar bajos tipos de interés durante un período más prolongado.
Todos los ojos estarán puestos en la conferencia de prensa que ofrecerá Bernanke el miércoles, al término de la reunión, una iniciativa que inauguró este año con el objetivo de reducir la opacidad de la institución y disipar incertidumbres sobre sus futuros movimientos.
También atraerá la atención las menciones a la evolución de las perspectivas económicas, tras sus últimas declaraciones en las que reconocía que "el crecimiento de EE.UU. es mucho menos robusto de lo esperado".