Manchester U. le regaló un triunfo a Ferguson, en su 25º aniversario


Londres, EFE
El Manchester United brindó el sábado una victoria a los aficionados de Old Trafford ante el Sunderland (1-0), el día en el que el técnico Alex Ferguson cumplió 25 años al frente de los Diablos Rojos.

Un gol en propia meta del defensa inglés Wes Brown en la recta final de la primera parte desatascó un partido que el United había dominado hasta entonces, aunque sin acierto de cara a portería.

Los Diablos Rojos continúan segundos en la tabla, a la estela del Manchester City, que lidera la Liga inglesa con 28 puntos, dos más que sus vecinos del United antes de visitar esta tarde al QPR.

El técnico escocés dejó en esta ocasión en el banquillo al joven guardameta español David De Gea, que ha salvado al equipo en diversas ocasiones en los últimos encuentros de la liga inglesa y la Champions, para dar minutos al portero suplente, el danés Anders Lindegaard.

En el ataque, Ferguson evitó las sorpresas y contó con sus dos delanteros estrella, el inglés Wayne Rooney y el mexicano Javier Hernández Chicharito.

Los locales dominaron desde el primer minuto un partido con poca intensidad en su primer tramo.

El United dirigía el juego en el centro del campo, pero chocaba una y otra vez con la defensa de Sunderland, que lograba evitar que los Diablos Rojos inquietaran al guardameta Westwood.

A la media hora de juego, los locales parecían haber encontrado el ritmo del encuentro y encadenaron diversas ocasiones protagonizadas por Rooney y el defensa francés Patrice Evra, a quienes les faltó acierto para enviar el balón al fondo de la red.

En el tiempo añadido del primer tiempo, la fortuna se alió con el equipo de Ferguson, y el defensa inglés Wes Brown remató con la cabeza al fondo de su propia red un córner que había lanzado el portugués Luis Nani.

El técnico escocés dio entrada al búlgaro Dimitar Berbatov en los minutos finales para tratar de apuntalar el resultado, pero su equipo no supo romper la férrea defensa del Sunderland y tuvo que conformarse con una victoria por la mínima.

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