La tasa de participación en las elecciones de Marruecos se sitúa en el 22,4% a media tarde
Rabat, EP
Sólo el 22,4 por ciento de los 13,6 millones de marroquíes registrados para votar en las elecciones parlamentarias de este viernes en Marruecos han acudido a las urnas hasta las 15:00 horas, a falta tan solo de cuatro horas para que los colegios cierren sus puertas a las 19:00 horas, según el último dato de la tasa de participación ofrecido por el Ministerio del Interior en un comunicado.
Los marroquíes están llamados este viernes a las urnas para elegir el nuevo Parlamento en la última etapa del proceso de reformas iniciado el pasado mes de marzo por el rey Mohamed VI, que tuvo su punto álgido en la aprobación de la nueva Constitución el pasado 1 de julio en referéndum. La nueva Carta Magna, que limita los poderes del monarca, amplía el papel del Parlamento y estipula que el primer ministro procederá del partido más votado.
Una elevada tasa de abstención podría interpretarse como un rechazo a las reformas formuladas por el rey, si bien los marroquíes, aparentemente desencantados con sus políticos, también se abstuvieron de forma masiva en los comicios de 2007, en los que sólo votó el 37 por ciento de los censados.
Sin embargo, en esta ocasión hay otro factor a tener en cuenta, el llamamiento al boicot que ha realizado el Movimiento 20 de Febrero, creado emulando los grupos de protesta que derrocaron a los regímenes de Egipto y Túnez el pasado invierno, pero que en Marruecos no ha tenido tantos seguidores, congregando a algunos miles de personas en sus manifestaciones. A este llamamiento se ha unido el principal partido islamista marroquí, Justicia y Caridad, prohibido por las autoridades.
Pese a los datos que ha ido revelando a la largo de la jornada el Ministerio del Interior, han sido varios los líderes políticos que han confiado en que la tasa de participación supere finalmente a la de las anteriores elecciones.
Uno de ellos ha sido el ministro de Comunicación y miembro del Partido del Progreso y el Socialismo (PPS), Jaled Naciri, quien se ha mostrado convencido de que los marroquíes son plenamente conscientes de que con su voto están ejerciendo un derecho y decidiendo su futuro y por tanto ha confiado en que haya una mayor afluencia a las urnas que en 2007.
EL PJD CONFÍA EN GANAR
Por su parte, el secretario general del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), Abdelilá Benkirane, ha confiado en que estas elecciones sean el inicio de una "nueva era democrática" para Marruecos y espera que su formación islamista moderada, sea la más votada.
"Votar por el PJD significa un voto a favor de un programa para resolver los problemas que el país afronta, principalmente en materia de educación y salud", ha señalado, según recoge la MAP, al tiempo que ha deseado que haya una alta tasa de participación.
Los analistas consideran que el PJD podría ser la fuerza más votada en estas elecciones, tras la estela de lo ocurrido en Túnez con la también formación islamista moderada Ennahda, que se impuso en las recientes elecciones a la Asamblea Constituyente.
El primer secretario de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP, en el Gobierno), Abdelwahed Radi, ha subrayado tras depositar su voto que "el mensaje de Marruecos al mundo es que la democracia sigue siendo la mejor vía para resolver los problemas".
El primer ministro saliente y líder del Istiqlal, Abbas El Fassi, ha confiado en que el nuevo ejecutivo que surja vele por el espíritu de la nueva Constitución y ha reconocido que la campaña electoral no ha despertado un gran entusiasmo entre los ciudadanos quienes, según él, ya están decantados por un determinado partido antes de la votación.
Por su parte, el líder del Partido del Progreso y el Socialismo (PPS, en el Gobierno), Mohamed Nabil Benabdalá, ha confiado en que los comicios sirvan para "la reconciliación de la sociedad marroquí con la política y con los partidos, así como para una mayor credibilidad de las instituciones".
En declaraciones a la agencia MAP tras votar en Rabat, Benabdalá ha confiado en que haya una participación mayor a la registrada en 2007 y en que de las elecciones surja "un Parlamento más creíble y un gobierno fuerte capaz de afrontar los grandes problemas del país".
El ministro de Economía y presidente de la Agrupación Nacional de Independientes (RNI), Salaheddine Mezouar, al que se da como uno de los favoritos a ser el nuevo primer ministro, ha resaltado que el país vive "una nueva etapa de su proceso democrático".
Sólo el 22,4 por ciento de los 13,6 millones de marroquíes registrados para votar en las elecciones parlamentarias de este viernes en Marruecos han acudido a las urnas hasta las 15:00 horas, a falta tan solo de cuatro horas para que los colegios cierren sus puertas a las 19:00 horas, según el último dato de la tasa de participación ofrecido por el Ministerio del Interior en un comunicado.
Los marroquíes están llamados este viernes a las urnas para elegir el nuevo Parlamento en la última etapa del proceso de reformas iniciado el pasado mes de marzo por el rey Mohamed VI, que tuvo su punto álgido en la aprobación de la nueva Constitución el pasado 1 de julio en referéndum. La nueva Carta Magna, que limita los poderes del monarca, amplía el papel del Parlamento y estipula que el primer ministro procederá del partido más votado.
Una elevada tasa de abstención podría interpretarse como un rechazo a las reformas formuladas por el rey, si bien los marroquíes, aparentemente desencantados con sus políticos, también se abstuvieron de forma masiva en los comicios de 2007, en los que sólo votó el 37 por ciento de los censados.
Sin embargo, en esta ocasión hay otro factor a tener en cuenta, el llamamiento al boicot que ha realizado el Movimiento 20 de Febrero, creado emulando los grupos de protesta que derrocaron a los regímenes de Egipto y Túnez el pasado invierno, pero que en Marruecos no ha tenido tantos seguidores, congregando a algunos miles de personas en sus manifestaciones. A este llamamiento se ha unido el principal partido islamista marroquí, Justicia y Caridad, prohibido por las autoridades.
Pese a los datos que ha ido revelando a la largo de la jornada el Ministerio del Interior, han sido varios los líderes políticos que han confiado en que la tasa de participación supere finalmente a la de las anteriores elecciones.
Uno de ellos ha sido el ministro de Comunicación y miembro del Partido del Progreso y el Socialismo (PPS), Jaled Naciri, quien se ha mostrado convencido de que los marroquíes son plenamente conscientes de que con su voto están ejerciendo un derecho y decidiendo su futuro y por tanto ha confiado en que haya una mayor afluencia a las urnas que en 2007.
EL PJD CONFÍA EN GANAR
Por su parte, el secretario general del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), Abdelilá Benkirane, ha confiado en que estas elecciones sean el inicio de una "nueva era democrática" para Marruecos y espera que su formación islamista moderada, sea la más votada.
"Votar por el PJD significa un voto a favor de un programa para resolver los problemas que el país afronta, principalmente en materia de educación y salud", ha señalado, según recoge la MAP, al tiempo que ha deseado que haya una alta tasa de participación.
Los analistas consideran que el PJD podría ser la fuerza más votada en estas elecciones, tras la estela de lo ocurrido en Túnez con la también formación islamista moderada Ennahda, que se impuso en las recientes elecciones a la Asamblea Constituyente.
El primer secretario de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP, en el Gobierno), Abdelwahed Radi, ha subrayado tras depositar su voto que "el mensaje de Marruecos al mundo es que la democracia sigue siendo la mejor vía para resolver los problemas".
El primer ministro saliente y líder del Istiqlal, Abbas El Fassi, ha confiado en que el nuevo ejecutivo que surja vele por el espíritu de la nueva Constitución y ha reconocido que la campaña electoral no ha despertado un gran entusiasmo entre los ciudadanos quienes, según él, ya están decantados por un determinado partido antes de la votación.
Por su parte, el líder del Partido del Progreso y el Socialismo (PPS, en el Gobierno), Mohamed Nabil Benabdalá, ha confiado en que los comicios sirvan para "la reconciliación de la sociedad marroquí con la política y con los partidos, así como para una mayor credibilidad de las instituciones".
En declaraciones a la agencia MAP tras votar en Rabat, Benabdalá ha confiado en que haya una participación mayor a la registrada en 2007 y en que de las elecciones surja "un Parlamento más creíble y un gobierno fuerte capaz de afrontar los grandes problemas del país".
El ministro de Economía y presidente de la Agrupación Nacional de Independientes (RNI), Salaheddine Mezouar, al que se da como uno de los favoritos a ser el nuevo primer ministro, ha resaltado que el país vive "una nueva etapa de su proceso democrático".