La pobre reacción policial causó la propagación de los disturbios en el Reino Unido
Londres, EFE
La pobre actuación de la Policía para contener los primeros disturbios callejeros surgidos en Londres el pasado agosto hizo que los altercados se extendieran a otras partes de Inglaterra, ante la percepción de los participantes de que podían salir impunes, según concluye un informe presentado hoy.
La comisión sobre disturbios, comunidades y víctimas, auspiciada por el Gobierno para extraer lecciones de esas revueltas, difundió hoy una versión preliminar de ese informe, cuyas recomendaciones finales se presentarán en marzo de 2012.
Los sondeos hechos por la comisión entre decenas de personas implicadas o afectadas por los disturbios, que se extendieron por barrios de Londres y a ciudades inglesas como Birmingham o Bristol, reflejan que la falta de confianza en la capacidad de la Policía para "contenerlos" fue "el principal detonante" de su propagación.
"La falta de confianza en la Policía debido a su respuesta a los primeros disturbios ocurridos en Londres animó a la gente a poner a prueba la reacción en otras zonas", sentencia el informe.
Según el documento, muchas personas creyeron que podían saquear comercios "sin ser detenidos por la Policía", lo que, en algunas áreas, "fue lo que sucedió".
El estudio, que se basa en esas entrevistas, no establece un único motivo para los disturbios, ya que los entrevistados aludieron argumentos que van "desde la necesidad de obtener nuevas zapatillas al deseo de atacar la sociedad".
El presidente de la comisión, Darra Singh, dijo sin embargo que "la pobreza", aunque "no es una excusa para la delincuencia", es un factor de descontento social que hay que abordar "si se quieren evitar futuros disturbios" en el Reino Unido.
El informe pide también a los órganos supervisores de la Policía que revisen sus métodos para evitar casos como la muerte a manos de agentes del joven Mark Duggan, que estaba desarmado, en el barrio londinense de Tottenham (Londres), que motivó los disturbios iniciales en esa zona.
Los autores del estudio, que hace también recomendaciones a las aseguradoras para que agilicen trámites con los afectados, estima que entre 13.000 y 15.000 personas estuvieron implicadas en los altercados ocurridos entre el 6 y el 10 de agosto.
Más de 4.000 sospechosos han sido detenidos, de los cuales nueve de cada diez eran ya conocidos por la Policía, indica el documento.
Además, durante los altercados se cometieron más de 5.000 delitos, entre ellos cinco muertes, 1.860 incendios y daños materiales, 1.649 robos, 141 alteraciones del orden y 366 agresiones.
Los responsables del estudio calculan que el coste de los disturbios ascenderá a unos 500 millones de libras (582 millones de euros), más de la mitad de los cuales serán reclamaciones de los damnificados.
La pobre actuación de la Policía para contener los primeros disturbios callejeros surgidos en Londres el pasado agosto hizo que los altercados se extendieran a otras partes de Inglaterra, ante la percepción de los participantes de que podían salir impunes, según concluye un informe presentado hoy.
La comisión sobre disturbios, comunidades y víctimas, auspiciada por el Gobierno para extraer lecciones de esas revueltas, difundió hoy una versión preliminar de ese informe, cuyas recomendaciones finales se presentarán en marzo de 2012.
Los sondeos hechos por la comisión entre decenas de personas implicadas o afectadas por los disturbios, que se extendieron por barrios de Londres y a ciudades inglesas como Birmingham o Bristol, reflejan que la falta de confianza en la capacidad de la Policía para "contenerlos" fue "el principal detonante" de su propagación.
"La falta de confianza en la Policía debido a su respuesta a los primeros disturbios ocurridos en Londres animó a la gente a poner a prueba la reacción en otras zonas", sentencia el informe.
Según el documento, muchas personas creyeron que podían saquear comercios "sin ser detenidos por la Policía", lo que, en algunas áreas, "fue lo que sucedió".
El estudio, que se basa en esas entrevistas, no establece un único motivo para los disturbios, ya que los entrevistados aludieron argumentos que van "desde la necesidad de obtener nuevas zapatillas al deseo de atacar la sociedad".
El presidente de la comisión, Darra Singh, dijo sin embargo que "la pobreza", aunque "no es una excusa para la delincuencia", es un factor de descontento social que hay que abordar "si se quieren evitar futuros disturbios" en el Reino Unido.
El informe pide también a los órganos supervisores de la Policía que revisen sus métodos para evitar casos como la muerte a manos de agentes del joven Mark Duggan, que estaba desarmado, en el barrio londinense de Tottenham (Londres), que motivó los disturbios iniciales en esa zona.
Los autores del estudio, que hace también recomendaciones a las aseguradoras para que agilicen trámites con los afectados, estima que entre 13.000 y 15.000 personas estuvieron implicadas en los altercados ocurridos entre el 6 y el 10 de agosto.
Más de 4.000 sospechosos han sido detenidos, de los cuales nueve de cada diez eran ya conocidos por la Policía, indica el documento.
Además, durante los altercados se cometieron más de 5.000 delitos, entre ellos cinco muertes, 1.860 incendios y daños materiales, 1.649 robos, 141 alteraciones del orden y 366 agresiones.
Los responsables del estudio calculan que el coste de los disturbios ascenderá a unos 500 millones de libras (582 millones de euros), más de la mitad de los cuales serán reclamaciones de los damnificados.